20 enero 2007

EL HABLA DE LAS ROCAS. LA ROCA DE BIRMANIA

En esta imagen se estrellan los científicos con su estereotipada explicación: "Caprichos de naturaleza". Bonito recurrir del conocimiento científico a la ignorancia. Y es que la 'verdad' no la posee nadie. ¿Por qué exclusividad del científico? También al científico se le escapan las liebres ante sus ojos. Las cosas cambian, por más que se empecine en hacerlas estáticas. Sólo 2+2=4 mientras la lógica no deje de ser lógica, y deja de serlo por la aberrada posesión de la 'verdad'. La 'verdad' no es de nadie. Ella se parcela en fracciones, que se corresponden con cada una de las partes del conocimiento: ciencia, religión, arte, metafísica, etc. ¿Y DIOS? Sea cual fuere la concepción que tengamos de ese Ser, en EL, como 'EL GRAN TODO', están todas las criaturas, incluso el 'conocimiento del científico'. Y sé la respuesta del científico: "Dios no existe". ¿Cómo va a existir Dios para el científico de posesión empedernida de 'la verdad'? Su radio mental es demasiado corto para ver más allá de sus narices. Es como taparse los ojos ante la luz y negarla. Mas, excluyendo a ciertos científicos de radio mental más amplio, la luz está también al alcance del científico. Sólo que tiene que bajar su actitud prepotente y reconocer que la esfera del conocimiento tiene 360 grados, que no solamente su reducido ángulo de 'conocimiento científico'.
Y es por esa trasnochada visión de la 'verdad', que en ciertos programas de televisión, de radio y comunicación escrita se impone el científico ante los demás integrantes de un panel, y también razón por la que he tomado al científico como objetivo frente a la imagen arriba expuesta. Imagen que ha llegado a mis manos al azar, y que desconozco de su autor, a quien de antemano respeto y felicito por el acierto de presentarnos esa imagen /tenga composición o no/ que se dice pertenece a una 'roca' a orillas de un lago de Birmania. Gracias a ese autor, yo me voy a permitir, en este escrito, lo que de 'revelación' hay en esta roca; y también dirigirme al científico poseedor de la 'verdad' /valga la excepción/.
Pues, bien, señor científico. Vayan primero mi estima y consideración para con usted. Pero, por favor, no se burle de las otras ramas del conocimiento. Compárese nada más y nada menos con Aquel, que llamándose Dios, El Cristo, nos recibió a todos por igual y como "hermanos", compartiendo un solo conocimiento y un solo amor con nosotros. El conocimiento del Cristo está también en la 'verdad', pero con una enorme diferencia: que la 'verdad' del científico es con minúscula y la 'verdad' del Cristo es con mayúscula, la 'VERDAD'. Una verdad que sí da sabiduría y llena de paz. Una verdad que, al que se acerca a Ella, le queda como oscuridad la luz del conocimiento científico. ¿Y, si no, señor científico, por qué en vez de tener usted que recurrir al 'caos', que es lo mismo que 'confusión' o 'ignorancia' no nos asoma usted a las puertas del origen de todo: de lo que se ve según su ciencia, y de lo que no se ve con el lente de su ciencia, pero que sí se puede palpar con los ojos del alma /de esa su otra gran incógnita/?
Pronto presentaré ante sus ojos otros "caprichos de la naturaleza". Y entre estos 'caprichitos': al mismo Cristo tal y cómo El vivió, padeció, murió, resucitó y subió a los cielos. ¿Por qué, señor científico, en vez de tener que valerse de lo que ya existe y hacer transformaciones no nos hace siquiera una gota de agua que elimine nuestros temores de morir un día por inanición y, entonces, desafiar a la Naturaleza, lo único que ven sus ojos, sin más allá ni causa?
El conocimiento no sólo es científico. Decía Jesús:"No sólo de pan vive el hombre". La misma 'fe' implica un conocimiento de lo que nunca usted con su ciencia podría demostrar, por más que a priori se considere con autoridad para rechazarlo. El hombre de 'fe', señor científico, se proyecta por encima de los alcances de su ciencia, y lo que para usted es un imposible, para el hombre de 'fe' es una realización, y de hecho se le materializa. Y no solamente esto, sino que halla sentido a la vida, vive y muere en paz. Siempre con la esperanza por delante, que como dice el adagio: "La esperanza es lo último que se pierde".
Pero… sigamos. La 'roca' se muestra algo así como enigmática. Es hablante. Dice por sí misma. Obedezca o no su figura a una composición, pueda ser en parte; pero en su contextura es de un realismo que no dudo es obra de la naturaleza, y como a tal la presento.¿"Caprichos de la naturaleza", señor científico? ¿Acaso las demás personas /no científicas/ no tenemos nuestro lente de visión y nuestra óptica mental para ver y discernir y sacar nuestras /"ingenuas", para usted/ conclusiones? El mundo, la vida y las cosas tienen sus atracciones no científicas que deleitan los sentidos y producen 'placer estético', que usted nunca podrá colocarlo sobre la mesa de su laboratorio. Y estas impresiones, que despiertan los sentidos, que halagan nuestra alma y embriagan todo nuestro ser, usted mismo se priva de ellas /es ley de compensación del TODO: Niega a priori; se le esfuma el gusto/. Piense que su sola 'ciencia' no es lo único que mueve al mundo. Imagínese, nada más, cuántos siglos y milenios estuvo trabajando el mundo y la sociedad /y aún continuaría su marcha/ sin su 'ciencia'. Y su 'universo', señor científico, por más que usted pretenda achicarnos con su "big-bang" y con su "infinito" no es más que un 'granito de arena' de la 'gran playa coexistencial'. Y no me hable del "eslabón perdido", porque, entonces, nos acabamos de perder. Esto, 'estar aquí y ahora', es algo más, señor científico. No es "el caos" como lo incausado, salvo que la ignorancia del científico llegara a tal extremo. Hay otras dimensiones, que no son la de los sentidos, ni del tiempo ni del espacio. Así que sería bueno /sin negar lo que la 'ciencia' tenga de concreto/ que el señor científico se bajara del cocotero y subiera a la montaña del 'pleno conocimiento' /que no del conocimiento parcializado y discriminatorio de su 'ciencia'/. Repito que creo y espero en la 'ciencia'; también en los demás conocimientos del hombre. Que una mano lave a la otra, para beneficio de la humanidad. Al tiempo que recuerdo que somos "como la gota de agua en el océano que se sabe océano ella misma". E internalizar estas cosas ayudarían bastante a la inquietud del científico. Algo así sería como su gran estremecimiento, pues no es para menos 'sentirse parte del TODO', que no de la 'borrachera exclusivista y de posesión de la verdad'. También usted, señor científico, se pertenece a la 'gran circunferencia', cuyos grados son interactivos y armónicos, que no únicos y disociados. Si se aísla uno de ellos /como su conocimiento científico/ la 'verdad' pierde fuerza, consistencia y entidad. Esto es, el científico queda, en parte, imposibilitado para ver y tocar las otras realidades conexas a su conocimiento. Y las ideas que concomitan alrededor del conocimiento científico no producen efectos. Y por de más está decir que la 'búsqueda y el encuentro' se opacan /el incentivo, la ilusión, la idea, la curiosidad..., no iluminan la acción científica/. Por último, señor científico: "No sólo de pan vive el hombre".
Entremos ahora a observar más de cerca la 'roca'. En posición vertical: La figura del 'Dios Padre-Madre' de la cultura de Birmania en un gran 'mimetismo'. Y el Niño en actitud piadosa: 'El Engendro Divino', el Cristo que se pertenece a toda cultura como Hermano de todo ser humano. La Divinidad se deja ver en cada pueblo como espejo de Causa de toda la existencia. 'Mimetismo' que es tan fuerte como que podemos decir que es la simbiosis de lo Divino en la humano y de lo humano en lo Divino / lo de de Arriba en lo de abajo y lo de abajo en lo de Arriba/.
Aunque parezca enigmática esta 'roca', yo, en particular, no creo en el misterio, ya que éste es como lo inaccesible para la mente humana y hasta sinónimo de ignorancia, o por lo menos aquello que no es comprensible para nosotros tan fácilmente. Si bien se acostumbra a recurrir /muy propio de las religiones/ al 'misterio', yo, siendo cristiano católico, no me valgo del 'misterio', que la religión lo resuelve con un credo y un dogma. ¿Por qué no creo? Porque, si estoy claro en conocimiento del 'objeto declarado misterio', ¿qué necesidad tengo de refugiarme en una fe ciega e impuesta? Por ejemplo, si una persona es una autoridad en esfinges egipcias y lo más correcto es creerlo, porque ella es la que de verdad conoce sobre las esfinges, está bien. ¿Pero, quién quita que Juan o Pedro tengan en alguna forma tal conocimiento? Para Juan o Pedro está de más esa autoridad. Y es que la 'sabiduría' se la da Dios a quien en sus designios le place otorgársela; no es privacidad de hombre alguno. Es mi caso. Sería infantil de mi parte creer /con fe ciega/ en el 'Dogma de la Inmaculada Concepción de María Virgen ', teniendo /por gracia divina/ pleno conocimiento de que María es Virgen antes del Parto, en el Parto y después del Parto, porque a mí se me ha dado a conocer que el Dios Uno y Trino, como 'EL GRAN TODO', no cabe en criatura alguna, y que el mismo Dios se hizo 'VIENTRE DIVINO' en María para darse paso a 'SI MISMO' en la Figura del Cristo, su 'Único Hijo'. Más no por esto dejo en menosprecio lo sexual, que es creación de Dios. Más, repito, de otra manera: La parte no puede dar cabida al 'TODO'.
En la 'Roca de Birmania', y en tantas rocas hablantes en el mundo, percibo en 'ella' y en ellas un llamado a la reflexión y a la trascendencia; a que miremos a lo que de 'Arriba' hay aquí abajo no como "caprichos de la naturaleza", que sería otro misterio y otro dogma por parte de los científicos. Yo, en mi pensamiento cósmico, sin fronteras, hago mi interpretación: Nada hay fortuito en la Naturaleza. En ella está impreso todo cuanto pueda captar la mente humana. La Naturaleza obedece como un 'Todo' al 'GRAN TODO'. Y en la Naturaleza estamos sumergidos y somos como "la gota de agua en el océano". La Naturaleza es más grande de lo solemos pensar. Si bien es furia, impulsos, pasiones, fuego, trueno, relámpago, rayos, a la vez es quietud, y pensamiento /raciocinios, reflexiones, recuerdos, ideas, ideales.../.Y sus leyes, cuando se irrita, son implacables. Ella cede en parte y hasta cierto límite, porque tiene su flujo en lo mental. Pero cuando el libre albedrío del hombre la desafía, sobreviene la 'descarga compensatoria' y se hace irresistible. Porque como 'Todo' es armónica, no anárquica ni caprichosa /científicos: "Caprichos de la naturaleza". Su gran ley es la que yo denomino 'Ley de la voracidad cósmica'. Los océanos, los desiertos, las selvas, el llano, la montaña, los volcanes, los vientos huracanados son como su canto, como el de la sirena en el mar. Nada hay fuera de Ella. El Dios mismo la cobija con su divino aliento. Ella es como la gran pizarra de la vida en la cual el hombre dibuja sus pensamientos y hace sus experimentos. Mas el borrador está en manos de la Naturaleza. El hombre no podrá decir jamás ante Ella: Yo no fui. ¡Qué no será ante Dios! Ante esa pizarra, tú, mi hermano(a) puedes escribir a tu antojo; pero cuídate de lo incorrecto, y no la rayes. Tú eres como sello indeleble que en Ella te imprimes. ¿Ocultarte? ¿Mentirle? ¿Para qué? Ella es tu vientre, conoce de tu palpitar, de tus pensamientos, de tus intenciones. Ella te trajo a la manifestación como 'La Gran Madre'. Ella te recibe al regreso. Nadie queda afuera: Ni el que vino, porque ya está aquí; ni el que quedó en potencia, porque no ha salido de Ella; ni el que se va, porque Ella le sirve de puente con la Eternidad.Detrás de la 'Roca de Birmania' hay también un escultor, la Madre Naturaleza, esculpiendo los dictámenes del Creador. Hablándole a los hombres. Invitándonos a mirar hacia 'Arriba'. Testificándonos de que estar aquí y ahora no es capricho ni azar; sino que esto es 'el anverso' de la otra realidad, el 'Gran Reverso', cuya esencia y existencia es 'DIOS'. Dios, a través de la 'Roca de Birmania' baja a nosotros y nos habla, como a 'EL' le place; sin que en su complacencia perdamos entidad.Es en mi percibir que en la 'Roca de Birmania' está el 'DIOS PADRE-MADRE' Y 'EL HIJO', /Este en expresión de elevación espiritual/, personificados en mimetismo de aquella cultura de borde tibetano /hasta en la vestimenta/.
La "PALABRA DE MANUEL", Principios de la "NUEVA GENERACION 'CLAVE 9'", Mensaje dado a Manuel, Profeta de 'Clave 9', por los Maestros del Universo, Peregrinos del Universo', dice así en la Pal. 119: "Son libres aquellos terrícolas que, según 'Conciencia Cósmica' /Libertad, Justicia y Amor/, ven más allá de lo visible, oyen más allá de las vibraciones sonoras, sienten, gustan y perciben olores más allá de lo sensible. Que la Naturaleza toda es bella, porque es armónica. Y esta armonía posee otras dimensiones que no son las de los sentidos...". En tanto que esta Palabra es muy rica en detalles y abarca una serie de conceptos, me voy a limitar a "que la naturaleza toda es bella, porque es armónica". De aquí que 'La roca de Birmania', como parte de la Naturaleza que es, sea también "bella y armónica" y, como tal, nos despierte la curiosidad de observarla y de prestarle singular atención. Ella, al igual que la Naturaleza toda, habla, nos trae un mensaje. Mas alguien diría: ¿Que hablan las rocas? -Pues sí, las rocas hablan. Y el habla no sólo se percibe por los oídos, también por la vista y por los demás sentidos. Por los oídos es que escuchamos o recibimos específicamente las vibraciones sonoras, que, de por sí, no dirían nada si no tuviésemos capacidad para procesarlas y darles significado. Pero de que las rocas hablan, hablan. La Palabra II Introductoria del Mensaje lo confirma: "Tú eres Manuel y sabes que el Maestro Elías te ha acompañado y arrebatado en su 'carro de fuego' por tres veces y que te ha dicho en voz inteligible: 'Shalom'. El te condujo hasta Tierra Santa y allí "oíste el habla de las rocas". En 'Clave 9', pues, hay rocas que roer. Y nada de extraño tiene que la 'Roca de Birmania' hable ahora a Manuel /habiendo estado también Manuel sumergido en aquella cultura en otra de sus encarnaciones. ¡Dichosos los que aprendan a oír el habla de las rocas! Y ¡ay! del día en que tengan que 'gritar' las rocas. Decía Jesús en su 'entrada triunfal a Jerusalén': "El día que ellos /los hombres/ callasen, gritarían las piedras". Y las piedras han gritado muchas veces: se han precipitado por los barrancos de la 'antihistoria' /que no de una historia racional y conciente/ y han hecho estragos a su paso. El callar de los hombres /por opresión, por comodidad o por interés personal o de grupo/se revierte en espantosas erupciones de fuerzas negativas que se hacen incontrolables y estallan en infernales guerras, y hasta atraen peste y hambre donde había salud y abundancia. Y sólo quedan lamentaciones, pues que hasta los inocentes sufren por causa de los injustos. Somos "naturaleza bella y armónica". No seamos indiferentes ante el 'habla de las rocas'. Ellas también pertenecen a la Naturaleza. Y La naturaleza 'es mental'. En Ella está "lo bello y armónico". Cuanto hay en nosotros /hasta en las rocas/ viene de Ella. Y en lo que de "bello y armónico" tiene se refleja la Imagen del mismo Dios. Y escrito está: "Dioses sois". Y como 'dioses' es que debemos comportarnos y reestablecer en la Tierra 'el paraíso perdido', forjándonos en 'Conciencia Cósmica' /Misión ésta de 'Clave 9'/.
Para finalizar, hablemos ahora de 'La gran roca cósmica', a la que tocaremos aunque sea con la mente, que para mí es suficiente. Y es suficiente, porque 'La gran roca es Mental'. De no serlo, ¿de dónde hubiera venido en la estructura de sus elementos la potencialidad de generar 'mente' como la nuestra? Sería necesario multiplicar los entes sin necesidad: buscar fuera de 'Ella' un agente causante. Si la 'mente' está sujeta a la materia /que de hecho lo está/ y es producto de su evolución, es porque en la materia está implícita la potencialidad de producir 'mente'. Y 'mente' no sólo en el hombre. 'Mente' también en cuanto tiene vida. Y aún en las demás cosas, 'lo no animado', que goza de una reacción muy peculiar /cuasi mental/ de 'empatía y antipatía', como es el caso en el que actúan minerales, plantas y los mismos átomos /éstos con su 'covalencia y no covalencia'/. Los religiosos apelarían inmediatamente a Dios, porque la Biblia dice que "el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios". Otros libros sagrados dirían que 'los dioses', 'los grandes espíritus', etc. Y los científicos: 'La mente es hechura de la Naturaleza, sin más causa generadora'. ¿Pero, habrán mirado los científicos un poco más allá? Lo cierto e incuestionable es que la 'mente' es una realidad. Y tan realidad que sin ella /la 'mente'/ no se puede hallar consistencia a las otras realidades. Todo sería como un sueño sin sujeto durmiente; como un profundo sueño sin despertar.
La 'mente'... Nuestra 'mente' en esta dimensión de espacio-tiempo 'es la lectura de LA GRAN ROCA CÓSMICA en una de sus partes, nosotros'. Así que 'LA GRAN ROCA CÓSMICA' es 'hablante'; se da lectura a sí misma; nosotros somos su voz. Nosotros somos 'el anverso'; la Naturaleza nuestro 'reverso'.
¿Pero, y Dios? Una cosa es cierta: que la 'mente', hija predilecta de la Madre Naturaleza, sabe muy bien quién es su madre y su nodriza, y en el susurro de ésta oye también el habla de su Padre-Dios. Mi 'mente' se siente segura de este parentesco.

¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!

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