20 enero 2007

EDUCACIÓN CÓSMICA PARA UN MUNDO MEJOR


...Y UNA CARTA A LOS EDUCADORES

Hemos dicho en repetidas ocasiones que la 'NUEVA GENERACION' no está hecha, que hay que idearla, planificarla, implementarla y realizarla. De manera que del dicho al hecho hay mucho trecho. Esto es, desde el Mensaje escrito /"PALABRA DE MANUEL"/ hasta el logro de la meta señalada por la misma hay todo un proceso de por medio, que es el proceso de formación de la 'CONCIENCIA CÓSMICA' según Libertad, Justicia y Amor. Y, por supuesto, con pies en tierra, con la mente en lo trascendental y el corazón en la humanidad. Necesariamente que esto implica ir redimensionando, transformando y eliminando, e innovando, muchas de las circunstancias envolventes en la mente de los particulares así como de la sociedad en general, que también llega a conformar su mente social: hábitos, mitos, leyendas, creencias, intereses, etc. que, en expresión de la llamada cultura, se hace un estado de inercia que niega posibilidades de apertura a lo nuevo.
Ya es hora de que salgamos a la búsqueda de un día de horizontes concretos y mejores para la humanidad. Ello exige sustitución de unos valores y creación de otros, y, sobre todo, la adquisición de un nuevo tipo de conciencia, 'CONCIENCIA CÓSMICA'. Un reto que hay que asumirlo. De lo contrario esa humanidad más libre, más justa y más amorosa, más de paz y no belicosa, no llegará nunca, sino que, por el contrario, sucumbiremos como especie, y, si no, volveremos a un triste pasado, de mera subsistencia y de penosa y efímera vida. Habremos perdido la oportunidad de reconstruir el 'paraíso'. Y esta desgracia nos puede sobrevenir en cualquier momento por hecatombe natural, porque nos resistimos a preverla y prevenirla, y/o superarla, bien porque provoquemos a la Madre Naturaleza para que nos niegue sus recursos, o bien porque utilicemos mal nuestros conocimientos científicos y tecnológicos.Creer que todo está bien, por las complacencias de un instante, es ilusión. La equidad está todavía muy lejos de sistematizarse y hacerse lo más estable posible. Las ambiciones de unos superan las esperanzas de algo más justo para otros. Todavía el 'potro salvaje' de lo humano no está domado para el ritmo y armonía de sus movimientos, ni en lo individual ni en lo social. La 'Conciencia Cósmica' es la doma de este 'potro' sobre el que inconcientemente cabalgamos. Nos dominan los impulsos y las tendencias de lo indómito. Al tiempo que nos adormecen las ilusiones del astral. Y la razón la tenemos sometida a lo inmediato y a lo que produzca más lucro personal o grupal, lejos, no obstante, del beneficio del todo social y de cada uno de sus integrantes. El espíritu casi no recibe el oxígeno de la atención que merece como energía trascendental de lo humano; de eso que es y que nunca muere. Y lo que es no puede dejar de serlo. De ahí que esté escrito: "El hombre ha sido creado para la inmortalidad". Y es precisamente lo que nos resistimos a darle verdadera importancia. Y hablar del espíritu no es dar riendas sueltas a beatería de malformaciones religiosas, esotéricas, espiritas, etc. En el espíritu reside la integridad de lo humano. Jesús lo manifestó con claridad: "A Dios hay que adorarlo en espíritu y en verdad". Y 'en espíritu y en verdad' es como tenemos que levantar ahora al nuevo hombre y a la nueva sociedad.
Indiscutiblemente que todavía la humanidad vive este mal que acusamos. Y hay que evitar caer en un profundo abismo de pesadillas en el que convenciéndonos de que estamos muertos, al mismo tiempo nos viéramos vivos y sin remisión. Para muchos esta pesadilla ya es una realidad, infierno en vida. No faltan, sin embargo, quienes alimentan esta pesadilla. ¡Qué bonito el derroche de unos! Pero ¡qué triste y angustioso es la miseria de otros! Con dádivas no se aviva el espíritu, sino con justicia social. Justicia que, sin negar lo poco positivo que ya se atisba en el mundo social de algunas naciones, hay que incentivarla con una concepción más amplia del hombre, del mundo, de la vida y de las cosas. Justicia que hay que hermanarla con la 'libertad' y con el 'amor', para que en conjunto constituyan el trípode de la 'Conciencia Cósmica'.Mientras esto no suceda, y ya desde 'Clave 9' estamos promocionando este 'trípode cósmico' /Libertad, Justicia y Amor/, ¡madre mía! ¡Qué espantoso pensar siquiera que la humanidad caiga en el caos del libertinaje momentáneo del sexo, de la droga, de las ambiciones desmedidas de concentración de capitales y riquezas, de terrorismo, de armamentismo, de comercio con la dignidad humana...! Ya el grito es de la 'regeneración de lo humano'; no de sálvese el que pueda. Mientras tanto las especies inferiores nos llevan ventaja en su plano de mera naturaleza. Pero nosotros hasta con la naturaleza estamos acabando. Mas no olvidemos que la naturaleza revierte sus leyes contra quien las quebranta, y tarde o temprano tendríamos que lamentarnos.Ánimo, no obstante, pues si hay tiempo para el desastre, también lo hay para la 'regeneración de lo humano'. La 'CONCIENCIA CÓSMICA' es el recurso más inmediato en el devenir de nuestra especie. Un estado de elevación sobre el que ya hemos alcanzado en algunos aspectos de la vida, a la vez con capacidad para redimensionar todas las nociones anteriores y abrir nuevas perspectivas de luz y progreso donde pareciera que sólo hay tinieblas, desorden, maldad...La 'CONCIENCIA CÓSMICA' es de por sí una conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia. Y como tal unidad es integradora. Pero para esta integración pone como requisito 'sine qua non' un nuevo enfoque de la 'educación', que se constituye en 'cósmica' al colocar el proceso 'enseñanza-aprendizaje' sobre el Trípode Cósmico de la Libertad, de la Justicia y del Amor. Pero ahora en la modalidad de 'EN - PARA': En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor, para el Amor. Pilares éstos de la nueva sociedad hasta hacernos sentir miembros de un solo cuerpo, del hombre como sociedad y como especie. Y es entonces cuando será el día del Cristo: "Para que todos sean uno".
La "PALABRA DE MANUEL", principios fundamentales de 'Clave 9', en su numeral 11 dice que hay que "preparar a los terrícolas para una 'Nueva Generación'. Un nuevo hombre con 'Conciencia Cósmica': Libertad, Justicia y Amor. Y para lograr el fin, hay que establecer los medios". Y no más eso de que "cualquier medio con tal de conseguir el fin". En 'Clave 9' hay, repetimos, un 'EN - PARA': En Libertad, para la Libertad; en Justicia para la Justicia; y en Amor, para el Amor. Y es bueno conocer que esta relación de términos es de mutua interrelación: Libertad, en tanto que se corresponde con Justicia y con Amor; Justicia, en tanto que se corresponde con Libertad y con Amor; y Amor, en tanto que se corresponde con Libertad y con Justicia.
La educación matizada en este sentido hace que el alumno responda de igual manera y comience a ser el ente generador de sociedad nueva. El alumno al participar de este proceso abierto, direccional y ascendente se da cuenta rápidamente de que él vale y merece mucho más, y que, como él, sus compañeros y demás personas. Y se le oye decir, al hacer en el aula la prueba de la 'educación cósmica': "¡Ojalá y este método lo tomaran todos los profesores y lo pusieran en práctica en sus aulas! ¡Cómo cambiaría la educación y el mundo! ¡Cómo tendríamos una patria más bonita!".
...Pero en 'Clave 9' no perdemos la esperanza del Apóstol Pedro:"Cielos nuevos y tierra nueva", nuevos tiempos de mundo mejor.El mundo funciona aún porque hay quienes con su sacrificio lo echan a andar. Mas el esquema que inspira a las naciones es bajo el concepto de 'antihistoria' /una trayectoria de improvisaciones, azar, aventuras, y no menos maldades/. Falta el gran ideal de vida que ponga pilares nuevos y sólidos a la humanidad. Para esto hay que tomar en cuenta el carácter universal del hombre y hacerle sentir la universalidad de su especie mediante una 'educación cósmica': 'E N - P A R A': En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor, para el Amor. Todo un engranaje de medios y fines hasta ir dejando fuera de contexto al hombre de 'antihistoria'. Y mi reflexión sobre el hombre de 'antihistoria' es que da la sensación de que este hombre no ha llegado todavía a ser hombre como lo percibe mi mente. Como si en el proceso de naturaleza necesitara más madurez. El hombre que conocemos tiene que subir de peldaño en la escala de la vida. Pareciera estar dentro de una membrana de animalidad, y como que por palpitación salta como los peces en el mar a la atmósfera de la razón y de la conciencia. ¿Paradoja o que no ha salido el hombre de esa membrana ruda /de animalidad/? Y hay animales nobles, y a veces hasta más nobles que el hombre. La realidad es que el comportamiento del hombre es más de índole biológica que racional: Está dominado por impulsos, tendencias, pasiones... y, en ocasiones, en mínima dosis, vibra en arpeges de racionalidad. Se asemeja a la fiera solapada en acecho de la presa. Algo tiene que haber que no se ha desarrollado en el hombre que lo humano es hasta para cuestionarlo, si no fuera por algunos atisbos de amor, de nobleza y de entrega que manifiesta de vez en cuando. ¿Cómo, entonces, se explicaría que en millones de años no se pueda mirar, como especie predilecta de este planeta, en el espejo de la Divinidad como imagen de la misma? ¿Qué diferencia a un hombre que mata sin piedad a su semejante, que lo humilla, que le roba hasta el alma, de un perro que lanza sus feroces garras y colmillos al que se le acerque mientras roe el hueso? Los animales son domesticables. El hombre, educable. Los mismos animales tienen capacidad de adiestramiento, que lo ejercen, como decimos, instintivamente los mayores sobre los menores, hasta que éstos se pueden valer por sí mismos. En el hombre viene dada la educabilidad, como capacidad; y la educatividad, como acción que se ejerce sobre la educabilidad. El hombre, es pues, educable. Sin embargo la educación que ha recibido es de mitos, de religiones, de costumbres impresas en el medio cultural, de intereses grupales o sociales. Sí, cómo no, podemos hablar de influencias educativas en el hombre. Pero la educación no ha dado la talla. La educación ha estado al servicio de una parcialidad y de una ideología, que no de un ideal universal de lo humano. Lo mítico, lo religioso, lo político y lo inmediato han privado sobre la universalidad y trascendencia que deben hermosear la vida social del hombre. Los derechos humanos están como soterrados en intereses de clases dominantes. El hombre necesita, para ocupar su verdadero sitial en la creación, la 'educación cósmica', que, como su nombre lo indica, no tiene fronteras, sino fundamentos de Libertad, de Justicia y de Amor en función de un hombre más libre, más justo y más amoroso. Y ya como que está amaneciendo el día en que el hombre eleve su pensamiento, su conciencia, sus sentimientos a esferas vibracionales de mayor fecuencia. En 'Clave 9' estamos abriendo este proceso de hombre mejor, para un mundo mejor, y viceversa: de un mundo mejor para un hombre mejor. Es así cómo tomará verdadero cuerpo el hombre y cómo en esta apertura de su ser habrá también nuevos horizontes de presente, de futuro y de contactación con las dimensiones de arriba. Cuesta acallar lo que de fiera hay en el hombre. Pero no es imposible. Somos hijos de la luz que no de las tinieblas. La ignorancia de lo Grande nos impide ver más allá de nuestras narices. Y lo que debería ser luz en nosotros, se nos hace oscuridad. Y aunque el instinto es previsivo, no por ello deja de corresponder a planos inferiores de la existencia. Somos capaces de lo Grande. Somos hechos para lo Grande. Y en busca de lo Grande realizamos esfuerzos en 'Clave 9', aprendiendo cada día a ser más libres, más justos y más amorosos; menos animales y más hombre-especie, meta ésta inmediata y de superación de la animalidad, que aún cargamos como soporte para poder entrar en esta dimensión sensible. El hombre es creado para cruzar, recorrer y gozar de los espacios interestelares y proyectarse con espíritu de grandeza por el empíreo todo. Por la 'educación cósmica' dominará lo animal y saldrá de esta condición inferior como el humo del palo en fuego, y libre, como el humo también, ascenderá a los cielos que le pertenecen. Lo animal habrá quedado atrás. Lo espiritual será el nuevo reino. De manera que cuanto antes nos elevemos a 'conciencia cósmica', más pronto se realizará en nosotros el milagro de ser hombre a plenitud. "El reino de los cielos está dentro de vosotros", decía Jesús. La animalidad nos lo oculta. ¡Animo, pues!

Incluyo a continuación y a título de recuerdo, de ‘TESTIMONIO V’ Pág. 25 a 30., este texto a los educadores:
Nueva Generación ‘Clave 9’:- Que no es logia - Que es libertad / - Que no es política - Que es justicia / - Que no es religión - Que es amor /… Que es mensaje de ‘conciencia cósmica’…
Invita a los educadores a realizar un mundo realmente mejor con pies en tierra, con la mente en lo trascendental y el corazón en la humanidad.¡Educador, tu vales y mereces mucho mas! tu puedes hacer del aula ‘tu templo y tu patria’. De que se puede, se puede.El método pedagógico ha sido experimentado por Manuel, el profeta de ‘clave 9’, por varios años durante su ejercicio de docencia en el liceo ‘Fray Juan Ramos de Lora’ en Mérida –Venezuela – con extraordinarios resultados, y está a la orden para quien lo desee adquirir.A los educadores que de verdad deseen dar un paso hacia una pedagogía de mundo mejor, pedagogía cósmica… sin fronteras… como los principios que la sustentan: libertad, justicia y amor.De: Manuel, profeta de ‘Clave 9’; quién te invita, colega educador, a que te integres a este proceso de ‘conciencia cósmica’.
Queridísimos Colegas:
1. Las instituciones de los terrícolas, incluyendo la Educación, al igual que la Humanidad entera, atraviesan por una crisis sin precedentes, por más que en épocas anteriores hayan existido otras crisis. 2. Los gobiernos de las naciones se resienten de esta crisis y se sienten impotentes para afrontarlas con soluciones adecuadas. La crisis es mundial y en todos los órdenes. ¿Quién puede negar esto? Todo se estremece. Una nueva era reclama su paso. 3. En ‘Clave 9’ hay una respuesta para el político, para el religioso, para el esotérico, para el científico, para el militar, para el educador… Sí es bueno aclarar que ‘Clave 9’ es un Mensaje (contenido en un opúsculo denominado “PALABRA DE MANUEL”) de ‘Conciencia Cósmica’. Esto no lo comprenden muchos, porque están vibrando muy bajo. 4. Sí, ‘Conciencia Cósmica’, según Libertad, Justicia y Amor, es la respuesta a la crisis. Y ‘Conciencia Cósmica’, decimos con Faber-Kaiser, “es algo más de lo que estamos acostumbrados a ver, a oír, a conocer a creer”. 5. ¿Sería fácil dar esa respuesta? –El mismo Faber-Kaiser nos dice que no, que para ello se requiere de una “preparación, lenta y dificultosa”. Y ¿por qué “lenta y dificultosa”? – Precisamente porque el hombre está tocando los extremos: teniendo ojos, no ve, teniendo oídos, no oye; y teniendo entendimiento, no entiende sino lo que halaga a su tripa. 6. Ahora bien, ¿quién mejor que un educador, que tiene mística de trabajo y vocación de servicio, para emprender esta obra de regeneración de lo humano? ¿Quién mejor que un educador, para forjar a niños y a jóvenes sobre el Trípode de la ‘Conciencia Cósmica’, sobre el Yunque Cósmico de la Libertad, de la Justicia y del Amor? 7. Por más “lenta y dificultosa” que parezca esta “preparación” de la “Conciencia” del hombre, si el educador se amamanta de la Teta Cósmica de la Libertad, de la Justicia y del Amor, indiscutiblemente que entre educador y alumnos se ha de producir el “feed-back” de la armonía Cósmica y el aula no menos se convertirá en un pequeño “reino de los cielos”. No es idealismo; hagamos la prueba y gustaremos en realidad de esta vivencia cósmica, del fruto de la Libertad, de La Justicia y del Amor. 8. Si bien en muchas instituciones del Planeta Tierra falta Libertad, Justicia y Amor, la Educación no se queda atrás. Lamentablemente en la Educación ondea, también, la bandera de la represión (hasta sistematizada), de la incomprensión, de la prepotencia, del catecismo demagógico, de la receta de la incapacidad (‘piratería académica’), de la irresponsabilidad, de la prevalecía del afán por lo económico, etc. ¿Acaso el psiquismo de los alumnos no graba estas influencias negativas, que más tarde se traducen en traumas, frustraciones y evasiones de desarmonía individual y social? 9. Si inútil sería esperar que el problema de la Educación se resolviera por arte de magia, por un “abracadabra”, inútil sería también que el educador se dejara arrastrar por la corriente del conformismo, de la resignación o de un mero cumplimiento del deber, por más sanas que sean sus intenciones. El Educador está llamado a algo más digno y más grande: a lo que de noble y sublime hay en un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor, de ‘Conciencia Cósmica’. El Educador debe ser el primero en dar esta respuesta. 10. Pero, para dar esta respuesta el educador a sus alumnos, hemos dicho que antes tiene él mismo que amamantarse de la Teta Cósmica de la Libertad de la Justicia y del Amor. Luego, compartir este alimento con sus alumnos, para que éstos, nutriéndose de este ‘maná’ de nueva generación, puedan desenvolverse como entes sociales y como entidades propias, de una manera más libre, más justa y más amorosa. 11. Así, en este “feed-back” cósmico se habrán establecido las bases de mundo mejor que la Humanidad toda ansía. Creer que esto es imposible, que el mundo no lo arregla nadie, o que esto es responsabilidad única de los gobiernos, es como no querer participar en la obra de la regeneración de lo humano, es como cerrar las puertas a la evolución de la vida, es como oponer resistencia a la necesidad imperante de una dimensión histórica superior. 12. Nadie da lo que no tiene. Las instituciones de los terrícolas no pueden dar lo que no tienen: Libertad, Justicia y Amor. Pero nosotros, si queremos, sí podemos amamantarnos de la Teta Cósmica de la Libertad, de la Justicia y del Amor, y, en consecuencia, podremos dar algo a nuestros alumnos y a la posteridad: Libertad, Justicia y Amor. 13. La Libertad no está hecha; la tenemos que hacer nosotros. La Justicia no está hecha; la tenemos que hacer nosotros. El Amor no está hecho; lo tenemos que hacer nosotros. ¡Cómo se hermosearían nuestras vidas y cómo fructificaríamos en Educación! ¡Cómo, según el pensamiento bíblico, “de la unidad saldría el millar! 14. Tal vez alguien, impulsado por su ignorancia, o por estar aún vibrando muy bajo, se podría reír de estas cosas, de que Libertad, Justicia y Amor son términos muy trillados a través de los siglos. Para nosotros, los que tenemos fe en las posibilidades de realización y de trascendencia, esos términos los ponemos con mayúscula: Libertad, Justicia y Amor. Y, por más que sean términos trillados por la antihistoria, en ‘Clave 9’ adquieren una nueva connotación: Libertad, en tanto que se corresponda con la Justicia y con el Amor; Justicia, en tanto que se corresponda con la Libertad y con el Amor; Amor, en tanto que se corresponda con la Libertad y con la Justicia. 15. Y algo más: No basta que el educador cree un ambiente de Libertad, de Justicia y de Amor en el aula para complacencia de sus alumnos, o por bondad propia. No, la Libertad, la Justicia y el Amor de que hablamos van más allá de la significación tradicional. Parten estos términos de uno mismo y pasan a lo social, a lo universal y trascendental. Son términos de correlación cósmica: EN LIBERTAD, PARA LA LIBERTAD; EN JUSTICIA, PARA LA JUSTICIA; Y EN AMOR, PARA EL AMOR. Esto es, algo más que un dar; es un compartir LO GRANDE con nuestros alumnos, con la finalidad de que ellos, nutriéndose de este manjar cósmico, lo compartan también el día de mañana con sus semejantes en la vida social. 16. Hay, pues, que ejercitarse en este compartir LO GRANDE. Y LO GRANDE NO SE MENDIGA; LO GRANDE SE PRODIGA.Colegas, a cada uno en particular: TÚ VALES Y MERECES MUCHO MÁS.
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel. Profeta de 'Clave 9'.

NO MÁS GUERRA SANTA, SINO PAZ SANTA

...para que al fin podamos vivir en santa paz.


Observando a las doctrinas religiosas encontramos un común denominador, que, traduciéndolo en lenguaje cósmico, sería: más que fábrica de contrarios, 'enemigos polarizados y encontrados'. Unos, los adeptos, se auto declaran los verdaderos y predilectos hijos de Dios; los no adeptos son execrados y vistos con tan malos ojos que hasta son llevados a la destructora maquinaria del 'ojo por ojo y diente por diente', con las consecuentes implicaciones: guerras fratricidas e infames genocidios entre 'rectos, puros y santos', y la contraparte de 'impíos y herejes'. Dualidad de 'antihistoria', que no de historia racional y un poquito más humana. Fanatismo y predominio de unos contra otros. Igual que ocurre en política: el contrario, aunque sea mayoría, es castrado en sus derechos por los que ostentan el poder y las armas y pasado a la categoría de enemigo irreconciliable, peligroso y hasta objeto de exterminio. Sin pasar por alto otros sectores doctrinarios con sus posesiones de la verdad y radicalismos, que, en vez de unir a los hombres como hermanos, los discriminan, los rechazan y anatemizan.En la 'antihistoria' la ley del más fuerte se erige como lo 'sacrosanto', lo intocable e irrefutable, y ante ella hay que inclinarse, someterse y rendirle tributos y pleitesía. No hacer esto es ya, de por sí, declaración de facto a guerra santa sin importar las consecuencias.No acuso a nadie en particular. Me refiero a una constante de la 'antihistoria'. Jesús decía: "El que esté sin pecado que arroje la primera piedra". Se trata del hombre que en milenios no ha superado aún su animalidad. Si bien los animales, dominados por sus instintos, luchan por su territorio, los hombres, dotados de razón, no han aprendido a compartir su territorio con sus hermanos. Y mientras esto /'antihistoria'/ persista, no habrá paz en la Tierra. Dicho de otra manera, mientras el hombre no alcance un nivel de conciencia superior, 'Conciencia Cósmica', conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia, la 'antihistoria' seguirá siendo vertedero de sangre humana.No niego que exista la 'revelación', que de hecho me ha sido concedida. Acepto que Dios se haya comunicado con algunas de sus criaturas en cualquiera de las formas escogidas por El. Pero entre recibir 'revelación' en conciencia propia, humana, y procesar debidamente su contenido, hay un intermedio de serenidad, y no de exaltación; de claridad de conciencia de lo sucedido; de humildad y de petición de luz, para no distorsionar el contenido. Tristemente, la 'revelación' no ha recaído siempre en mentes reflexivas y comedidas, y temerosas en cuidar lo recibido en justa medida. De hecho la 'antihistoria' ha proclamado más de una guerra santa, por esta misma razón. ¿Y en qué cabeza cabe, que no sea en mentes de baja frecuencia, que Dios quiere la guerra? Si el vocablo 'santa' significa 'justicia', Dios, que es la Santidad Suprema, no va a ordenar lo no santo, lo no justo, la guerra a sus criaturas. El que recibió revelación de guerra, o no procede de Dios su supuesta revelación o su mente no ha procesado correctamente el mensaje.
El más común de los sentidos nos dice que el Dios Santo y Bueno y Perfecto nos ama, que desea que nos amemos unos a otros, y que vivamos en paz. El hombre a través de los tiempos ha superpuesto el interés, quizás de manera inconciente, por no emitir juicios temerarios, a la verdad revelada, la cual ha revestido de ideología religiosa y por conveniencias personales o de grupo en ideología política. ¡Y cuántas guerras mal llamadas santas ha habido en el Planeta!
En mi mente cósmica, de unidad, de universalidad y de trascendencia, no caben estos exabruptos doctrinarios, por más que digan que la fuente es de 'revelación'. En mi mente no hay fronteras, ni divisionismos ni oportunismos. Soy tan hijo de las estrellas como el más encumbrado o el más humilde. Si de verdad tal o cual 'revelación', procede de Dios, la sabiduría también se muestra por sus frutos. Y la guerra no es de sabiduría, sino de torpezas, de egoísmos, de pasiones... El 'GRAN TODO' es armónico, y la guerra es efecto de desarmonía; mal puede Dios ni siquiera incitar a la guerra. ¡Confusiones o intereses de mentes humanas! Y en la esfera de la armonía se entretejen otros elementos, que no son los de la guerra, la Libertad, la Justicia y el Amor, que más que palabras hueras son leyes de armonía, cuyo cumplimiento nos hace verdaderamente humanos y hermanos sin distingos o condiciones de ninguna naturaleza. Si se quiebran estos principios nadie puede arrogarse que tal profecía, 'revelación', o poder, viene de Dios. Delante de Dios todos somos iguales. Nadie es más. Nadie es menos. Por un mismo camino entramos a esta dimensión; por un mismo destino caeremos en la fosa del sin retorno; salvo esto por nueva encarnación según Voluntad Divina, y con nueva memoria, que ya la vieja cumplió su cometido.
Si algo lindo y bello nos tipifica es la individualidad con sus más o menos características o cualidades, que haciéndose diferencias y divergencias, una es sin embargo la raíz y la meta que nos une: 'somos humanos' y nos pertenecemos al Hacedor como unos en el Todo y como todos en el Uno. Sólo el Hacedor en su infinita sabiduría sabe en qué distribución nos ha ubicado en una misma especie.
Entre las causales de las llamadas 'guerras santas' hallamos profetas, líderes, gobernantes... Pero ni profetas, ni líderes ni gobernantes son quiénes para arrogarse una supremacía sobre sus semejantes. Un profeta, un líder y un gobernante tienen una función social, como la tienen el albañil, el panadero, el labriego, el médico, etc. Así debe ser; y si no es, hay que lograr que así sea. En el contexto social nadie debe ser más; nadie debe ser menos. La responsabilidad ha de ser compartida, y los derechos respetados en su totalidad. Y el buen profeta, el buen líder y el buen gobernante se han de conocer por sus frutos. Si los frutos no reflejan la 'VERDAD', mal anda la cosa. La imposición, la supremacía y la mentira lo echarán todo a perder. La sabiduría del profeta, del líder y del gobernante deben reflejar la 'VERDAD', y esto con conciencia clara de que ellos no son poseedores de la 'VERDAD' con mayúscula, sino que su 'verdad' es con minúscula. La 'VERDAD' le queda muy grande al hombre. Y la 'VERDAD' es como el gran espejo cósmico en el que toda palabra, todo pensamiento y toda acción se deben reflejar para que se cumpla la Ley de la armonía de las partes en el TODO. No mirarse en este espejo ya es de por sí propender a la mentira, de la cual es hija predilecta la guerra en todas sus modalidades.
Ahora bien, respetando todas las creencias habidas y por haber, invito a los hombres de cualquier cultura a que levanten sus cabezas, a que miren un poquito hacia arriba, a que se den cuenta de que no debemos seguir enguerrillándonos unos contra otros, sino ejercitarnos en las supremas leyes de Libertad, de Justicia y de Amor. Capacidades no le faltan para esto al hombre. El equipo con que el Ser Todopoderoso nos ha dotado es completo. Nada nos falta si queremos ser santos. Todo nos sobrará, si queremos ser espíritus malignos /energías negativas/. Somos entidades de libre albedrío y dueños de nuestros propios destinos. Si nos vamos por el buen camino, y todos sabemos lo que es bueno y lo que es malo, habrá remanso y paz; por el mal camino, ya estamos prontos a precipitarnos por el abismo. Tal vez diga algún lector: ¡bah!, palabras hueras y necias de un idealista más. Pero de las trágicas e infernales consecuencias el tal lector no se podrá librar. ¿Quién puede escapar, hasta ahora nada más, de los efectos del odio, de la venganza, de la mentira...? Y lo más grave es que si rebasamos la copa, nuestra propia desarmonía se descargará inexorablemente contra nosotros mismos. Con las Leyes de Arriba no se juega, por más que el hombre crea burlarse de las leyes justas de las sociedades /pues que no toda ley terrenal es justa, por ejemplo: la ley de matar a un semejante; la vida nos es dada como atributo esencial en esta dimensión, y no somos quiénes para quebrantar lo ya preestablecido/. ¡Allá los que se hagan reo de su propia abominación! Yo no juzgo; simplemente invito a que comencemos a redimensionar la senda tan distorsionada que a través de la 'antihistoria' nos hemos trazado. ¿Una mentira y sus consecuencias? -Se acostumbra, a confundir lo cultural con lo espiritual, y a hacer creer esto a los demás, con la intención de que mentira que se repite suele hacerse verdad, y no sólo verdad, sino costumbre, hábito... La mentira es tan sutil que se infiltra fácilmente en las mentes. Esto es, se la inculca solapadamente hasta llegar a convertirse en doctrina y en ideología. El engaño es planificado y como un anzuelo se utiliza para pescar incautos y meterlos en el cesto del dominio de las conciencias /religiosas, políticas, etc./ y, así, sumergir al incauto semejante en creencias que nublan la mente y avivan la sumisión y el servilismo, y hasta en la esclavitud sin aparentes cadenas. La mentira es la maldad disfrazada de astucia, que entretiene, atrae y atrapa, adormeciendo y matando sin dolor y sin conciencia de ello. Las víctimas, miles de millones en el planeta tierra, entran en metamorfosis de enajenación /de adoctrinamiento, de lavado cerebral/ y sucede algo así como al paciente pasado de anestesia en el quirófano, que queda en vida vegetativa y sin poder valerse por sí mismo. Y algo peor que esto, el adoctrinado o ideologizado es utilizado no sólo para beneficios de una persona, grupo o comunidad, sino en muchos casos como robot programado para fines inconfesables. ¡Cómo será esta programación que la víctima se presta hasta para el suicidio, sacrificando su propia vida, lo más preciado de este mundo! Si el extremo es el suicidio, más fácil es el genocidio. Y de genocidios ya estamos descalificados en el todo coexistencial como seres racionales: hombre fiera y perversa que se ensaña contra su hermano humillado, como he dicho otras veces: hasta quererle arrebatar el alma. Pero el alma es individual y se pertenece solamente a Dios.
Yo sé que el futuro, a las buenas o a las malas llega. Pero hay tiempo para rectificar y enderezar los caminos. Y esto es competencia de todos. Y sé que el vacío espiritual salta a la vista. Y en este vacío los más sagaces usufructúan a los más ingenuos y desfavorecidos. Mas no por ello me doy por estar arando en el mar. Sé, al mismo tiempo, que la Gran Presencia está como vigía a nuestro lado. Gran Presencia que ahora, en este mismo estallido de guerra entre bandos que creen que con las armas van a engendrar la paz, se nos manifiesta en la imagen del Cristo. El Cristo que unos aceptan y otros rechazan. El Cristo que un día dijo: "Yo no he venido a sembrar la paz, sino la guerra". ¡Pero ésta sí que es la 'guerra santa'! La guerra a vencer los desmanes de este mundo mediante la ley del Amor. La guerra del desafío a la mentira, al odio, a los intereses bastardos, a las injusticias. Guerra crística, que sin ser religiosa, sino cósmica, la seguimos en 'Clave 9' y la propugnamos con las armas de la Libertad, de la Justicia y del Amor, para una humanidad más libre, más justa y más amorosa. Y recordamos al Cristo cuando dijo: "Mi paz os dejo, mi paz os doy; pero no como os la da el mundo os la doy yo". ¿Y cómo la da el mundo? A cambio del dominio del vencedor sobre el vencido, y bajo condiciones injustas y oprobiosas que dejan el rescoldo para atizar nuevas guerras. La paz del Cristo es de ahora para siempre. Y el Cristo es fuego transformador de mentes y corazones. El fuego que purifica en medio de la infamia de hombres cegados por intereses materiales y/o por ideologías de 'antihistoria'.
Cumplo una vez más con mostrar el Cristo fuego devorador de mentes y corazones, y de paz santa y eterna. Por algo se nos ha manifestado ahora. Yo, al menos, cumplo con dar testimonio del hecho. El que tenga ojos que vea, y el que tenga entendimiento que entienda.
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!

LA GLORIA DE YAVÉ; Y LA ZARZA ARDIENTE

"Una vez que entraba en ella /en su tienda/ Moisés, bajaba la columna de nube, y se paraba a la entrada de la tienda, y Yavé hablaba con Moisés" /Ex. 33,9/. "Moisés dijo: 'Muéstrame tu gloria', y Yavé respondió: 'Yo haré pasar ante ti toda mi bondad...; pero mi faz no podrás verla, porque no puede verla hombre y vivir'. Y añadió: 'Hay aquí un lugar cerca de mí; tú te pondrás sobre la roca. Cuando pase mi gloria, yo te pondré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano mientras paso; luego retiraré mi mano, y me verás las espaldas, pero mi faz no la verás'" /Id. 33, 18-22/.
Descripción muy genuina. De nuevo "la columna de nube" y, aunque Yavé y Moisés se comunicaban /"mi faz no podrás verla"/, la presencia de Yavé /'nave, ovni, aterradora'/ se hacía insoportable para el hombre hasta el punto de que Moisés se tenía que esconder entre las rocas, y Yavé ejercía su paso con cautela, asiéndolo con una mano mecánica de la nave, para que no sufriera daño.
En los cuarenta días y cuarenta noches que Moisés estuvo en el Sinaí, Yavé lo visitaba y le daba mandamientos, normas y consejos para el pueblo, y Moisés comunicaba todos los dictámenes de Yavé a los Israelitas. Y algo que aclararé más adelante, y con lo cual no estoy de acuerdo, es eso de que, cuando Moisés terminaba de hablarle al Pueblo, se ponía "un velo sobre el rostro", igualmente "al entrar ante Yavé para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía" /Id. 34,33-34/. Yo sé lo que pudo pasar allí, porque cuando yo tuve mi 'arrebato cósmico' el 16 de Junio de 1979, me sucedió algo parecido a Moisés. Mi rostro quedó irradiado. Y me extraña que, ante la irradiación que emitía aquel aparataje de Yavé, Moisés se quitara el velo. ¿Y qué era el tal 'velo'? El caso es que "los hijos de Israel veían radiante la faz de Moisés..." /Id. 34,35/. Y "Moisés no sabía que su faz se había hecho radiante..." /Id. 34,29/.
"Todo el tiempo que los hijos de Israel hicieron sus marchas, se ponían en movimiento cuando se alzaba la nube sobre el tabernáculo /lugar mandado a preparar por Yavé en la tienda de la reunión del pueblo/, y si la nube /nave, ovni/ no se alzaba, no marchaban hasta el día en que se alzaba. Pues la nube de Yavé se posaba durante el día sobre el tabernáculo, y durante la noche la nube se hacía ígnea a la vista de los hijos de Israel, todo el tiempo que duraron sus marchas" /Id. 35,36-38/.
El Autor narra en forma espontánea y sencilla lo visto, y el pueblo participó de semejante y extraordinario espectáculo: "La Gloria de Yavé Dios". No cuenta por encimita lo acontecido, sino con lujo de detalles. Sin dudas que aquello era una 'nave, ovni' con todas las característica / poco a poco iremos viendo en otros capítulos/ con que podríamos hoy describir una nave extraterrestre u 'ovni'. Evoco aquella tarde cuando, encontrándome en la casa de mi hijo, en Guanare -Venezuela, a eso de las 3 de la tarde, y como a 150 metros de distancia, y por espacio de un minuto, tuve la dicha de ver y de contemplar extasiado "La Gloria de Yavé", tal como nos la ha mostrado el Autor Sagrado. "La Gloria de Yavé" ha estado en todas las culturas de la geografía terrestre, y aún sigue manifestándose. El mismo Yavé dice: "Yo hago gracia a quien hago gracia..." /Id. 33,19/. Y cuando se recibe esta 'gracia' uno no puede callar. ¡Dicha alcanzar esta 'gracia'!, aunque sea por un segundo. Hagámonos acreedores de 'ella' mediante espíritu de trascendencia, que se logra por el ejercicio armónico de la Libertad, de la Justicia y del Amor, elevándonos en este mismo Planeta a nivel de 'Conciencia Cósmica': Conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia. Yavé Dios responde a quien lo invoque de corazón: "Llámame y yo te responderé..." /Jr. 33,3/.
"...he aquí que llega Yavé en fuego y es su carro /su nave, ovni/ un torbellino... Vendré para reunir a las naciones de toda lengua, que vendrán para ver mi gloria. Yo les daré una señal..." /Is. 66, 18-19/.
¿Qué es esto de Yavé Dios, que viene, carro, torbellino, gloria...? La pregunta es válida. Sentimos inquietud por conocer nuestro pasado /en este caso religioso/. Y en este pasado hay cosas y más cosas que hasta nos inducen a aparente contradicción. Por un lado, "nadie puede ver mi faz"; por otro los personajes hablan con Yavé "cara a cara". Por ejemplo, Jacob dice que ha visto a Dios 'cara a cara': "Quedóse Jacob solo, y hasta rayar la aurora estuvo luchando con él un hombre... El hombre dijo a Jacob: 'Déjame ya que me vaya, que sale la aurora'. Pero Jacob respondió: 'No te dejaré ir si no me bendices'" /Gén. 32,24-26/. Jacob lucha no con un hombre, sino con la apariencia de hombre /con Yavé Dios en forma de hombre/. Era tal la fuerza que hizo Jacob que "el hombre" tuvo que propinarle un golpe certero en su pierna /"tendón femoral"/ para que lo soltara; al mismo tiempo Jacob reconocía que "el hombre" era Yavé Dios y le pide la bendición. La confirmación de esto se da cuando Jacob pregunta al "hombre" por su nombre: "¿Cuál es tu nombre? Y él le dijo: 'No te llamarás ya en adelante Jacob, sino Israel, pues has luchado con Dios... Jacob llamó a aquel lugar Panuel, pues dijo: 'He visto a Dios cara a cara y ha quedado a salvo mi vida'" /Id. 32,27-30/. El hecho de decir "he visto a Dios cara a cara" /Dios es "espíritu Puro"/, no es para tomarlo literalmente. Más delante veremos cómo el mismo Yavé Dios tiene sus comandos: diferentes seres y en diferentes formas /hasta "semejante a hombre"/. Recuérdese cómo Abraham tuvo delante de sí a dos hombres /Yavé Dios/ vestidos de blanco... "Pero mi faz /mi verdadera faz, la gloria de Yavé por dentro/ no la verás... porque no puede verla hombre y vivir".
Por otra parte, considero atrevido emitir juicios personales sobre ‘LO ESCRITO’, en tanto que se trata de fuente de inspiración y de fe, y cualquier interpretación hecha por alguien, como yo, fuera del seno de la autoridad religiosa, es tomada como temeraria y no válida. Procuraré ser lo más honesto y cuidadoso posible, para no herir susceptibilidades, al exponer mi punto de vista sobre “La Zarza Ardiente”, pasaje ampliamente conocido de la Biblia. Y si algo de disentimiento con mi enfoque pudiera haber, pido disculpas. Sólo se trata de un enfoque. No obstante, el pensamiento es libre. Sí que no es mi propósito negar el hecho bíblico, sino sacar a luz lo que yo veo en la Biblia y otros no lo hayan visto o no lo puedan ver. ‘Lo escrito, escrito está’. Gozamos del libre albedrío para leerlo e interpretarlo.
Pues bien, varias veces he tocado el tópico de la “Zarza Ardiente” y de otras apariciones de ‘Yavé Dios’. En especial me había quedado la duda en relación al ‘velo’ que pusiera Moisés en su rostro, cuando no estaba en presencia de ‘Yavé’ ni del pueblo, y, al revés, se lo quitara para asistir ante ‘Yavé’ o ante el pueblo /Ex. 34,33-34/.La verdad es que esto para mí era una dicotomía que me dejaba sin interpretación. Hasta que, después de tanto insistir conmigo mismo, pude acabar con esta disociación.No era para menos que la figura de Yavé infundiera “pavor”. Si esto es así, lo más probable es que Moisés, me decía yo, se cubriera su rostro con el ‘velo’ al hablar con Yavé. Mi argumento o duda progresaba. Hasta que nuevas premisas se hicieron evidentes:a) “Mi faz no podrás verla, porque no puede verla hombre y vivir”.b) "Todo el pueblo temblaba… Llenos de pavor, se estaban lejos”.c) “Yo te pondré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano mientras paso”.
Es más:
a) “Los hijos de Israel veían radiante la faz de Moisés” /después de hablar con Moisés/.b) “Moisés no sabía que su faz se había hecho radiante” /después de hablar con Yavé/.La presencia de Yavé era demasiado fuerte como para que un cuerpo humano no recibiera de Ella irradiación. Aquí afinqué mi argumento. Y en esto otro: "La faz de Moisés se hacía radiante”; no importa que él se diera cuenta de ello o no. De hecho el temor invadía también a Moisés. Algo raro sucedía.
Sigamos. Cuando Moisés hablaba con Yavé, cuando estaba en presencia de Él, su rostro se hacía “radiante”… Y ahora bien, al examinar el pasaje de la “zarza ardiente” leemos: “…se le apareció el ángel de Yavé /a Moisés/ en llama de fuego de en medio de una zarza. Veía Moisés que la zarza ardía y no se consumía /y tuvo curiosidad de acercarse hacia ella, y Yavé le habló desde adentro de la zarza/…”. “Yavé le dijo: No te acerques…”. “Moisés se cubrió el rostro, pues temía mirar a Dios” /Ex. 3,2-6/.
El ‘pavor’ que infundía la presencia de Yavé se hacía sentir a cada momento. Y pensamos: cómo no sería de aguda y de penetrante la ‘irradiación’ que “Arón y todos los hijos de Israel, al ver cómo resplandecía la faz de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él” /Gén. 34,30/.
Por lo que, en cuanto a mi lógica toca, concluyo que ese ‘velo’ no era una simple tela, sino algo dado por Yavé Dios a Moisés para que no tuviera problemas en su presencia. Ese ‘velo’ es un tipo de escafandra con micrófono y cornetas (altavoces) incluidos para que Moisés a la vez pudiera hablarle a la muchedumbre de su pueblo. Y es así que bien pudo haberle dado Yavé a Moisés la escafandra cuando le dijo: “Te cubriré con mi mano mientras paso”.
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!

EL HABLA DE LAS ROCAS. LA ROCA DE BIRMANIA

En esta imagen se estrellan los científicos con su estereotipada explicación: "Caprichos de naturaleza". Bonito recurrir del conocimiento científico a la ignorancia. Y es que la 'verdad' no la posee nadie. ¿Por qué exclusividad del científico? También al científico se le escapan las liebres ante sus ojos. Las cosas cambian, por más que se empecine en hacerlas estáticas. Sólo 2+2=4 mientras la lógica no deje de ser lógica, y deja de serlo por la aberrada posesión de la 'verdad'. La 'verdad' no es de nadie. Ella se parcela en fracciones, que se corresponden con cada una de las partes del conocimiento: ciencia, religión, arte, metafísica, etc. ¿Y DIOS? Sea cual fuere la concepción que tengamos de ese Ser, en EL, como 'EL GRAN TODO', están todas las criaturas, incluso el 'conocimiento del científico'. Y sé la respuesta del científico: "Dios no existe". ¿Cómo va a existir Dios para el científico de posesión empedernida de 'la verdad'? Su radio mental es demasiado corto para ver más allá de sus narices. Es como taparse los ojos ante la luz y negarla. Mas, excluyendo a ciertos científicos de radio mental más amplio, la luz está también al alcance del científico. Sólo que tiene que bajar su actitud prepotente y reconocer que la esfera del conocimiento tiene 360 grados, que no solamente su reducido ángulo de 'conocimiento científico'.
Y es por esa trasnochada visión de la 'verdad', que en ciertos programas de televisión, de radio y comunicación escrita se impone el científico ante los demás integrantes de un panel, y también razón por la que he tomado al científico como objetivo frente a la imagen arriba expuesta. Imagen que ha llegado a mis manos al azar, y que desconozco de su autor, a quien de antemano respeto y felicito por el acierto de presentarnos esa imagen /tenga composición o no/ que se dice pertenece a una 'roca' a orillas de un lago de Birmania. Gracias a ese autor, yo me voy a permitir, en este escrito, lo que de 'revelación' hay en esta roca; y también dirigirme al científico poseedor de la 'verdad' /valga la excepción/.
Pues, bien, señor científico. Vayan primero mi estima y consideración para con usted. Pero, por favor, no se burle de las otras ramas del conocimiento. Compárese nada más y nada menos con Aquel, que llamándose Dios, El Cristo, nos recibió a todos por igual y como "hermanos", compartiendo un solo conocimiento y un solo amor con nosotros. El conocimiento del Cristo está también en la 'verdad', pero con una enorme diferencia: que la 'verdad' del científico es con minúscula y la 'verdad' del Cristo es con mayúscula, la 'VERDAD'. Una verdad que sí da sabiduría y llena de paz. Una verdad que, al que se acerca a Ella, le queda como oscuridad la luz del conocimiento científico. ¿Y, si no, señor científico, por qué en vez de tener usted que recurrir al 'caos', que es lo mismo que 'confusión' o 'ignorancia' no nos asoma usted a las puertas del origen de todo: de lo que se ve según su ciencia, y de lo que no se ve con el lente de su ciencia, pero que sí se puede palpar con los ojos del alma /de esa su otra gran incógnita/?
Pronto presentaré ante sus ojos otros "caprichos de la naturaleza". Y entre estos 'caprichitos': al mismo Cristo tal y cómo El vivió, padeció, murió, resucitó y subió a los cielos. ¿Por qué, señor científico, en vez de tener que valerse de lo que ya existe y hacer transformaciones no nos hace siquiera una gota de agua que elimine nuestros temores de morir un día por inanición y, entonces, desafiar a la Naturaleza, lo único que ven sus ojos, sin más allá ni causa?
El conocimiento no sólo es científico. Decía Jesús:"No sólo de pan vive el hombre". La misma 'fe' implica un conocimiento de lo que nunca usted con su ciencia podría demostrar, por más que a priori se considere con autoridad para rechazarlo. El hombre de 'fe', señor científico, se proyecta por encima de los alcances de su ciencia, y lo que para usted es un imposible, para el hombre de 'fe' es una realización, y de hecho se le materializa. Y no solamente esto, sino que halla sentido a la vida, vive y muere en paz. Siempre con la esperanza por delante, que como dice el adagio: "La esperanza es lo último que se pierde".
Pero… sigamos. La 'roca' se muestra algo así como enigmática. Es hablante. Dice por sí misma. Obedezca o no su figura a una composición, pueda ser en parte; pero en su contextura es de un realismo que no dudo es obra de la naturaleza, y como a tal la presento.¿"Caprichos de la naturaleza", señor científico? ¿Acaso las demás personas /no científicas/ no tenemos nuestro lente de visión y nuestra óptica mental para ver y discernir y sacar nuestras /"ingenuas", para usted/ conclusiones? El mundo, la vida y las cosas tienen sus atracciones no científicas que deleitan los sentidos y producen 'placer estético', que usted nunca podrá colocarlo sobre la mesa de su laboratorio. Y estas impresiones, que despiertan los sentidos, que halagan nuestra alma y embriagan todo nuestro ser, usted mismo se priva de ellas /es ley de compensación del TODO: Niega a priori; se le esfuma el gusto/. Piense que su sola 'ciencia' no es lo único que mueve al mundo. Imagínese, nada más, cuántos siglos y milenios estuvo trabajando el mundo y la sociedad /y aún continuaría su marcha/ sin su 'ciencia'. Y su 'universo', señor científico, por más que usted pretenda achicarnos con su "big-bang" y con su "infinito" no es más que un 'granito de arena' de la 'gran playa coexistencial'. Y no me hable del "eslabón perdido", porque, entonces, nos acabamos de perder. Esto, 'estar aquí y ahora', es algo más, señor científico. No es "el caos" como lo incausado, salvo que la ignorancia del científico llegara a tal extremo. Hay otras dimensiones, que no son la de los sentidos, ni del tiempo ni del espacio. Así que sería bueno /sin negar lo que la 'ciencia' tenga de concreto/ que el señor científico se bajara del cocotero y subiera a la montaña del 'pleno conocimiento' /que no del conocimiento parcializado y discriminatorio de su 'ciencia'/. Repito que creo y espero en la 'ciencia'; también en los demás conocimientos del hombre. Que una mano lave a la otra, para beneficio de la humanidad. Al tiempo que recuerdo que somos "como la gota de agua en el océano que se sabe océano ella misma". E internalizar estas cosas ayudarían bastante a la inquietud del científico. Algo así sería como su gran estremecimiento, pues no es para menos 'sentirse parte del TODO', que no de la 'borrachera exclusivista y de posesión de la verdad'. También usted, señor científico, se pertenece a la 'gran circunferencia', cuyos grados son interactivos y armónicos, que no únicos y disociados. Si se aísla uno de ellos /como su conocimiento científico/ la 'verdad' pierde fuerza, consistencia y entidad. Esto es, el científico queda, en parte, imposibilitado para ver y tocar las otras realidades conexas a su conocimiento. Y las ideas que concomitan alrededor del conocimiento científico no producen efectos. Y por de más está decir que la 'búsqueda y el encuentro' se opacan /el incentivo, la ilusión, la idea, la curiosidad..., no iluminan la acción científica/. Por último, señor científico: "No sólo de pan vive el hombre".
Entremos ahora a observar más de cerca la 'roca'. En posición vertical: La figura del 'Dios Padre-Madre' de la cultura de Birmania en un gran 'mimetismo'. Y el Niño en actitud piadosa: 'El Engendro Divino', el Cristo que se pertenece a toda cultura como Hermano de todo ser humano. La Divinidad se deja ver en cada pueblo como espejo de Causa de toda la existencia. 'Mimetismo' que es tan fuerte como que podemos decir que es la simbiosis de lo Divino en la humano y de lo humano en lo Divino / lo de de Arriba en lo de abajo y lo de abajo en lo de Arriba/.
Aunque parezca enigmática esta 'roca', yo, en particular, no creo en el misterio, ya que éste es como lo inaccesible para la mente humana y hasta sinónimo de ignorancia, o por lo menos aquello que no es comprensible para nosotros tan fácilmente. Si bien se acostumbra a recurrir /muy propio de las religiones/ al 'misterio', yo, siendo cristiano católico, no me valgo del 'misterio', que la religión lo resuelve con un credo y un dogma. ¿Por qué no creo? Porque, si estoy claro en conocimiento del 'objeto declarado misterio', ¿qué necesidad tengo de refugiarme en una fe ciega e impuesta? Por ejemplo, si una persona es una autoridad en esfinges egipcias y lo más correcto es creerlo, porque ella es la que de verdad conoce sobre las esfinges, está bien. ¿Pero, quién quita que Juan o Pedro tengan en alguna forma tal conocimiento? Para Juan o Pedro está de más esa autoridad. Y es que la 'sabiduría' se la da Dios a quien en sus designios le place otorgársela; no es privacidad de hombre alguno. Es mi caso. Sería infantil de mi parte creer /con fe ciega/ en el 'Dogma de la Inmaculada Concepción de María Virgen ', teniendo /por gracia divina/ pleno conocimiento de que María es Virgen antes del Parto, en el Parto y después del Parto, porque a mí se me ha dado a conocer que el Dios Uno y Trino, como 'EL GRAN TODO', no cabe en criatura alguna, y que el mismo Dios se hizo 'VIENTRE DIVINO' en María para darse paso a 'SI MISMO' en la Figura del Cristo, su 'Único Hijo'. Más no por esto dejo en menosprecio lo sexual, que es creación de Dios. Más, repito, de otra manera: La parte no puede dar cabida al 'TODO'.
En la 'Roca de Birmania', y en tantas rocas hablantes en el mundo, percibo en 'ella' y en ellas un llamado a la reflexión y a la trascendencia; a que miremos a lo que de 'Arriba' hay aquí abajo no como "caprichos de la naturaleza", que sería otro misterio y otro dogma por parte de los científicos. Yo, en mi pensamiento cósmico, sin fronteras, hago mi interpretación: Nada hay fortuito en la Naturaleza. En ella está impreso todo cuanto pueda captar la mente humana. La Naturaleza obedece como un 'Todo' al 'GRAN TODO'. Y en la Naturaleza estamos sumergidos y somos como "la gota de agua en el océano". La Naturaleza es más grande de lo solemos pensar. Si bien es furia, impulsos, pasiones, fuego, trueno, relámpago, rayos, a la vez es quietud, y pensamiento /raciocinios, reflexiones, recuerdos, ideas, ideales.../.Y sus leyes, cuando se irrita, son implacables. Ella cede en parte y hasta cierto límite, porque tiene su flujo en lo mental. Pero cuando el libre albedrío del hombre la desafía, sobreviene la 'descarga compensatoria' y se hace irresistible. Porque como 'Todo' es armónica, no anárquica ni caprichosa /científicos: "Caprichos de la naturaleza". Su gran ley es la que yo denomino 'Ley de la voracidad cósmica'. Los océanos, los desiertos, las selvas, el llano, la montaña, los volcanes, los vientos huracanados son como su canto, como el de la sirena en el mar. Nada hay fuera de Ella. El Dios mismo la cobija con su divino aliento. Ella es como la gran pizarra de la vida en la cual el hombre dibuja sus pensamientos y hace sus experimentos. Mas el borrador está en manos de la Naturaleza. El hombre no podrá decir jamás ante Ella: Yo no fui. ¡Qué no será ante Dios! Ante esa pizarra, tú, mi hermano(a) puedes escribir a tu antojo; pero cuídate de lo incorrecto, y no la rayes. Tú eres como sello indeleble que en Ella te imprimes. ¿Ocultarte? ¿Mentirle? ¿Para qué? Ella es tu vientre, conoce de tu palpitar, de tus pensamientos, de tus intenciones. Ella te trajo a la manifestación como 'La Gran Madre'. Ella te recibe al regreso. Nadie queda afuera: Ni el que vino, porque ya está aquí; ni el que quedó en potencia, porque no ha salido de Ella; ni el que se va, porque Ella le sirve de puente con la Eternidad.Detrás de la 'Roca de Birmania' hay también un escultor, la Madre Naturaleza, esculpiendo los dictámenes del Creador. Hablándole a los hombres. Invitándonos a mirar hacia 'Arriba'. Testificándonos de que estar aquí y ahora no es capricho ni azar; sino que esto es 'el anverso' de la otra realidad, el 'Gran Reverso', cuya esencia y existencia es 'DIOS'. Dios, a través de la 'Roca de Birmania' baja a nosotros y nos habla, como a 'EL' le place; sin que en su complacencia perdamos entidad.Es en mi percibir que en la 'Roca de Birmania' está el 'DIOS PADRE-MADRE' Y 'EL HIJO', /Este en expresión de elevación espiritual/, personificados en mimetismo de aquella cultura de borde tibetano /hasta en la vestimenta/.
La "PALABRA DE MANUEL", Principios de la "NUEVA GENERACION 'CLAVE 9'", Mensaje dado a Manuel, Profeta de 'Clave 9', por los Maestros del Universo, Peregrinos del Universo', dice así en la Pal. 119: "Son libres aquellos terrícolas que, según 'Conciencia Cósmica' /Libertad, Justicia y Amor/, ven más allá de lo visible, oyen más allá de las vibraciones sonoras, sienten, gustan y perciben olores más allá de lo sensible. Que la Naturaleza toda es bella, porque es armónica. Y esta armonía posee otras dimensiones que no son las de los sentidos...". En tanto que esta Palabra es muy rica en detalles y abarca una serie de conceptos, me voy a limitar a "que la naturaleza toda es bella, porque es armónica". De aquí que 'La roca de Birmania', como parte de la Naturaleza que es, sea también "bella y armónica" y, como tal, nos despierte la curiosidad de observarla y de prestarle singular atención. Ella, al igual que la Naturaleza toda, habla, nos trae un mensaje. Mas alguien diría: ¿Que hablan las rocas? -Pues sí, las rocas hablan. Y el habla no sólo se percibe por los oídos, también por la vista y por los demás sentidos. Por los oídos es que escuchamos o recibimos específicamente las vibraciones sonoras, que, de por sí, no dirían nada si no tuviésemos capacidad para procesarlas y darles significado. Pero de que las rocas hablan, hablan. La Palabra II Introductoria del Mensaje lo confirma: "Tú eres Manuel y sabes que el Maestro Elías te ha acompañado y arrebatado en su 'carro de fuego' por tres veces y que te ha dicho en voz inteligible: 'Shalom'. El te condujo hasta Tierra Santa y allí "oíste el habla de las rocas". En 'Clave 9', pues, hay rocas que roer. Y nada de extraño tiene que la 'Roca de Birmania' hable ahora a Manuel /habiendo estado también Manuel sumergido en aquella cultura en otra de sus encarnaciones. ¡Dichosos los que aprendan a oír el habla de las rocas! Y ¡ay! del día en que tengan que 'gritar' las rocas. Decía Jesús en su 'entrada triunfal a Jerusalén': "El día que ellos /los hombres/ callasen, gritarían las piedras". Y las piedras han gritado muchas veces: se han precipitado por los barrancos de la 'antihistoria' /que no de una historia racional y conciente/ y han hecho estragos a su paso. El callar de los hombres /por opresión, por comodidad o por interés personal o de grupo/se revierte en espantosas erupciones de fuerzas negativas que se hacen incontrolables y estallan en infernales guerras, y hasta atraen peste y hambre donde había salud y abundancia. Y sólo quedan lamentaciones, pues que hasta los inocentes sufren por causa de los injustos. Somos "naturaleza bella y armónica". No seamos indiferentes ante el 'habla de las rocas'. Ellas también pertenecen a la Naturaleza. Y La naturaleza 'es mental'. En Ella está "lo bello y armónico". Cuanto hay en nosotros /hasta en las rocas/ viene de Ella. Y en lo que de "bello y armónico" tiene se refleja la Imagen del mismo Dios. Y escrito está: "Dioses sois". Y como 'dioses' es que debemos comportarnos y reestablecer en la Tierra 'el paraíso perdido', forjándonos en 'Conciencia Cósmica' /Misión ésta de 'Clave 9'/.
Para finalizar, hablemos ahora de 'La gran roca cósmica', a la que tocaremos aunque sea con la mente, que para mí es suficiente. Y es suficiente, porque 'La gran roca es Mental'. De no serlo, ¿de dónde hubiera venido en la estructura de sus elementos la potencialidad de generar 'mente' como la nuestra? Sería necesario multiplicar los entes sin necesidad: buscar fuera de 'Ella' un agente causante. Si la 'mente' está sujeta a la materia /que de hecho lo está/ y es producto de su evolución, es porque en la materia está implícita la potencialidad de producir 'mente'. Y 'mente' no sólo en el hombre. 'Mente' también en cuanto tiene vida. Y aún en las demás cosas, 'lo no animado', que goza de una reacción muy peculiar /cuasi mental/ de 'empatía y antipatía', como es el caso en el que actúan minerales, plantas y los mismos átomos /éstos con su 'covalencia y no covalencia'/. Los religiosos apelarían inmediatamente a Dios, porque la Biblia dice que "el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios". Otros libros sagrados dirían que 'los dioses', 'los grandes espíritus', etc. Y los científicos: 'La mente es hechura de la Naturaleza, sin más causa generadora'. ¿Pero, habrán mirado los científicos un poco más allá? Lo cierto e incuestionable es que la 'mente' es una realidad. Y tan realidad que sin ella /la 'mente'/ no se puede hallar consistencia a las otras realidades. Todo sería como un sueño sin sujeto durmiente; como un profundo sueño sin despertar.
La 'mente'... Nuestra 'mente' en esta dimensión de espacio-tiempo 'es la lectura de LA GRAN ROCA CÓSMICA en una de sus partes, nosotros'. Así que 'LA GRAN ROCA CÓSMICA' es 'hablante'; se da lectura a sí misma; nosotros somos su voz. Nosotros somos 'el anverso'; la Naturaleza nuestro 'reverso'.
¿Pero, y Dios? Una cosa es cierta: que la 'mente', hija predilecta de la Madre Naturaleza, sabe muy bien quién es su madre y su nodriza, y en el susurro de ésta oye también el habla de su Padre-Dios. Mi 'mente' se siente segura de este parentesco.

¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!

MENTE CÓSMICA

¿Qué hago yo aquí? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué es todo esto? ¿Existo? ¿Es esto un sueño?... Y tantas otras interrogantes como ya se ha formulado el hombre.
La Biblia parte de mitos, leyendas y supersticiones de pueblos primitivos. Mitos y leyendas, etc., que, en las diferentes comunidades ancestrales /y todavía las hay/, se han enraizado con la vida y con la mente de sus habitantes, y han surgido dioses, hechizos, encantos y espantos; y espíritus favorecedores y maléficos… Y siga usted contando. El caso es que en la mente del hombre hay creencias que se hacen como raíces que dan consistencia al moverse humano sobre este Planeta. Y las creencias se abren generalmente en religiones o en doctrinas cerradas. Basta recurrir a la Biblia, al Srimad Bhagavatam, al Bhagavad Gita, al Chilan Balan, al Popol Vuh… Hasta nacer en nuestra mente un concepto de Dios, de un más allá, de una gloria, de un purgatorio y de un infierno.
Hasta aquí todo esto se nos presenta como un desvarío de nuestra mente y nada más; un invento, si se quiere, y un aprovechamiento de los más privilegiados sobre los más humildes e ignorantes, así hasta ser calificada la religión como “el opio de los pueblos”. Y han transcurrido siglos y milenios, y los hombres como que siempre han estado divididos en dos categorías radicales: los que han dado asidero a sus creencias y los que dicen no creer en nada y que lo que importa en vivir y gozar la vida, que es lo único, dicen, nos llevamos. Pero resulta ser que la mente no sólo fabrica, en base a su ignorancia, los mitos y las leyendas y los ritos… La mente es más poderosa. La mente es capaz de penetrar no solamente en el campo de los sentidos, sino que se remonta a esferas de trascendencia y se pronuncia: ‘Estar aquí tiene que tener una significación’, ‘todo un orden tan perfecto’, ‘como si hubiera detrás de este todo un ente hacedor y regidor’… Y es que, por más que nos inclinemos hacia lo inmediato, ‘la duda’ anida también en la mente. Y ésta trata de hallar una explicación a su mismo pensar. Y llega un momento en que la mente se estremece, y capta que ella se pertenece a un ‘TODO ÚNICO’; que ella no es una quimera o pasatiempo, sino una realidad con fines precisos y concisos, y que no somos quiénes para negar posibilidades. La mente misma se siente como la voz de ese ‘GRAN TODO’. Y con tal sentimiento y percepción se lanza a la búsqueda y al encuentro, y, sí, acepta que los mitos, las leyendas, las supersticiones, etc., son asiento histórico de la humanidad, pero que, aún en ese infantilismo del conocimiento, hay una luz superior y rectora tangible a ella misma como ‘mente’. Luz que acusa de que somos una realidad viviente, pensante, espiritual y trascendente, y que nos sustenta una ‘GRAN PRESENCIA’.
La mente, como su todo tangente inmediato, la naturaleza, sigue los mismos pasos, el mismo ritmo, la misma evolución, tanto como entidad individual como entidad colectiva e histórica. ¿Más, qué es la mente? Sin formulaciones teóricas /teóricas, al fin/, lo comúnmente inteligible es decir que la mente es una actividad más, aunque la principal en nuestra especie, del cerebro. De hecho tal actividad se localiza en el cerebro y no en ninguna otra parte del organismo. Y el cerebro es como la caja receptora-efectora de todo el mecanismo humano. El cerebro, a través de los sentidos, recibe estímulos y da respuestas. Un organismo descerebrado a lo sumo recibe estímulos y da respuestas a nivel inferior, como pueda suceder en una planta cuyo movimiento obedece a estímulos de luz, e incluso, como la hierba que se encoge y adormece al tocarla. En fin, lo que nos interesa ahora no es un estudio científico a nivel biológico, fisiológico o neurofuncional, sino la mente, como elemento que conduce la vida del hombre. Sin ella seríamos autómatas, zombis…, marionetas a merced de los vientos que soplen.
Si bien la ciencia y la tecnología han llegado a descubrir las áreas y las funciones de la mente localizadas en el cerebro, no por ello han podido pasar más allá: tocarla a ella como tal y fotografiarla. Sólo se sabe de sus funciones y de su asiento en el cerebro. Pero como funciones en sí, encierra el habla del universo con sus enigmas o misterios, y hasta el misterio se nos daría por el habla mental, pues la mente se engendra en la potencialidad de la misma materia. Y, ¡oh sublimidad!, yo como persona, que piensa, que siente y que quiere…, viniendo de los antros del magma cósmico, soy aquí y ahora eso mismo, pero hablando, pensando. Y si soy así aquí y ahora, ¿quién es qué para negar las posibilidades de mi ser en estadios superiores de evolución, e incluso que en la misma materia exista la posibilidad espiritual que, al hito muerte, pasemos a otra dimensión? Por tal razón los mitos, las leyendas, las historietas y supersticiones, espantos y apariciones de espíritus, tengan un significado más hondo del que los empíricos del conocimiento les han atribuido. Quizás sean los balbuceos de la humanidad incipiente. De hecho son las bases del pensamiento de hoy. Sin esas manifestaciones que suelen ser conceptuadas de primitivas no hubiéramos logrado el pensamiento actual. ‘EL GRAN TODO’ nos envuelve, y seguimos su ritmo. Y lo bello de verdad es que desde aquí y desde ahora tenemos la capacidad de revertir el pasado en presente y de proyectarnos a lo que todavía no se ha materializado, lo futuro. Y es que somos ‘mentes’, y si hallamos explicación y damos contenidos a las cosas, es por la ‘mente’.
Si bien nadie da lo que no tiene, y la naturaleza da mente, podemos concluir que la naturaleza es mental. Y la mente, sin confundirla ni con el cuerpo ni con el espíritu, pues es una función del cerebro, tiene procesos mentales superiores, tales como: abstracciones, reflexiones, introyecciones, proyecciones, voliciones, y un almacén muy peculiar de memoria y conciencia, y otras operaciones. Nuestra mente es el habla de la misma naturaleza. Y esta habla es acuciosa, penetrante, escudriñadora…, capaz de emitir sonidos y de captar lo insondable en el universo, y hasta en el más allá de éste, en las dimensionales coexistenciales a la nuestra. Por esta habla nos elevamos a imagen del Creador. Somos seres en predilección. Y la misma mente nos dice que ‘valemos y merecemos mucho más’. Y este ‘mucho más’ nos dice a nosotros, que somos su eco, que es alcanzable por el esfuerzo y por la constancia. Si la mente no se pronunciara, nada sabríamos, ni nos moveríamos con sentido en la vida. Es ella la que pone todo el aparataje humano en acción o en quietud. Y sin confundirla con el ‘espíritu’, ella sirve de puente entre ‘cuerpo y espíritu’, así como entre esta dimensión sensible y las dimensiones-luz. Tal es su condición o textura molecular que tiene capacidad de transmutar lo de arriba en lo de abajo y lo de abajo en lo de arriba, y de conjugar la parte en el todo y el todo en la parte. Y es ella la que todo lo percibe y concibe. Es ella la que se abre en raciocinios, la que nos dice que somos entes de libre albedrío, la que nos invita a ponernos en el punto equidistante de los extremos para inclinarnos a una o a otra parte. Es ella la que nos transmite la voz de que el Todopoderoso está detrás de ella. Todopoderoso que en esencia, presencia y potencia todo lo impregna. Y es la misma mente la que dice, y la que interpreta las vibraciones que le vienen de arriba, de abajo, de adentro, de afuera… Ella misma nos pone delante de la Biblia y nos remonta a los orígenes de las primeras palabras de la tradición oral y más tarde de la escritura. Y nos dice también que no debemos rechazar la revelación, pues de ésta le vienen manifestaciones y orientaciones para el mejor tránsito por esta dimensión sensible. Sí ocurre en el ser humano, y es pronunciamiento de la misma mente, que cuando ella se inclina hacia lo de abajo /instintos, tendencias, intereses materiales, etc. / ella misma se envilece. Ella reconoce que su misión principal es servir de puente entre lo de abajo y lo de arriba, y ser elemento de armonía dentro del Todo coexistencial, alimentando así al espíritu que es concomitante de ella. La mente nos evoca al mismo tiempo que nuestro ‘yo’ es su propio eco. Y orgullo de este ‘yo’ es sentirse mente y consustanciarse con las manifestaciones más elevadas de la misma: bondad, belleza, armonía, amor, libertad, justicia, rectitud, verdad… Y algo más dentro de esta serie: saber mirar hacia atrás para, conociendo nuestro pasado, poder mejorar nuestro presente y propender a nuevos horizontes de vida, de salud, de paz… Pero la mente no es sino mente. Ella nace y se desarrolla en nuestro cuerpo; se enferma y muere. El legado más importante que ella nos deja es hablarnos de que no somos sólo cuerpo, sino también espíritu, y que después de esta vida nos aguarda un más allá. Por ella damos valor a la vida y a las demás cosas, y al espíritu.
Así podemos trasladar nuestra atención a nuestros antepasados. Nosotros, en particular, los llamados de cultura occidental, tenemos como punto de partida la Biblia. Y aunque en nuestra cultura han influido otras ideas y civilizaciones que no necesariamente han sido de pensamiento bíblico, el predominio llegó a ser el de la religión monoteísta de ascendencia bíblica. Pensamiento que se hizo religión, y ésta tiñó de religiosa la ley de los hombres. ¿Y cuántas guerras fratricidas no se han desarrollado en el Planeta por esta causa? Quizás la mente cedió el paso a intereses bastardos. La razón, como función mental, se puso al servicio de ellos. Y todavía está sometida a intereses económicos, políticos, y de tanta otra índole como azotan a la humanidad y están destrozando a la madre naturaleza.
Necesidad hay, pues, desde el ‘yo’ como eco de la mente, de revertirnos a lo mental y alimentar la racionalidad con nuevas ideas, con nuevos valores… El poder de la mente permite al ‘yo’ y a los ‘yoes’ interactuarse y emitir juicios de grandeza que dignifiquen nuestra condición de humanos. La animalidad, la brutalidad, en una mente aberrada supera los efectos negativos que los animales puedan ocasionarnos. En los animales privan los instintos, los impulsos, y hasta la fiereza, pero en el hombre esto es mínimo en comparación con la maquinación y saña que un humano descarga sobre su semejante. Comportamiento que se puede denominar ‘irracional’, porque la función de la mente, de la razón, es la de poner cada cosa en su sitio; que es lo mismo que ser justos unos con los otros.
Somos, pues, una especie en evolución. La racionalidad todavía no se ha personificado. Pero en la reversión ‘mente-yo’ hay capacidad para ir subiendo de escaños. Estamos en niveles individuales y sociales, como cualquier otro grupo de animales, si no fuera por los atisbos o relampagazos que da la mente hacia la racionalidad de vez en cuando. Nos faltan peldaños para arribar a lo universal, a lo espiritual y trascendental. Pero, en conclusión, ‘mente-yo’ pueden superar estas etapas.
Soy mente como ente que piensa, que tiene voluntad y libre albedrío para determinar los actos. Y como mente, al pronunciarme ‘yo’, me conjugo en el gran verbo de la mente universal y trascendental que todo lo impregna con su sabiduría y su plugo, y mi ‘yo’ es el eco de ese otro Gran Todo. En los seres inferiores al hombre se da también una expresión, aunque en mínima cuantía, de la mente, que denominamos ‘inteligencia’ /capacidad para resolver cada entidad humana o simplemente animal sus problemas/. Digo que en menor significación en los seres inferiores, porque la inteligencia en el hombre es la única manifestación como tal que adquiere matices realmente de raciocinio, de voluntad, de conciencia, de libre albedrío, de trascendencia…, por lo que nuestra mente es amplia y la de los animales reducida. Dicho de otra manera: en comparación con los animales el hombre posee un radio mental sólo superado por los ángeles /seres al menos posibles que admite la mente/ y por Dios /igualmente SER SUPREMO o GRAN TODO que concibe nuestra mente/. Y la mente adquiere consistencia de ser racional, conciente y espiritual, porque ella tiene la sensación de ser el eco del TODO COEXISTENCIAL. Aquí vale la comparación: La mente es como una gota de agua en el océano que se sabe océano ella misma, y, en consecuencia, puede dictaminar a motu propio: ‘yo soy’ y ‘lo otro también’.
¿Qué pasa, entonces, con la polaridad de posiciones que asumen las mentes hasta extremos, no sólo de enfrentamientos verbales, sino de hechos consumados que lamentar? Una cosa es que cada mente se corresponda a una individualidad, a uno de los grados de LA GRAN CIRCUNFERENCIA, y otra cosa es el empecinamiento de la misma mente, su terquedad, su imposición de raciocinio… ¿Por qué sucede esto? Si examináramos las diferentes gotas de agua que pudiéramos obtener del océano, veríamos las diferencias entre las mismas. Igual ocurriría con los diversos granitos de arena de la playa o con los astros de las pléyades del firmamento, etc. En las individualidades hay diferencias, y por estas diferencias y divergencias es que no perdemos la sensación de ser cada cual su propio ‘yo’ y no ‘lo otro’. Lo grave es cuando esta conciencia del ‘yo’ y del ‘otro’ no está clara; surgen los opuestos, más que como contrarios, como adversarios y enemigos. Por ende la importancia de una mente sana y equilibrada; de una mente armónica: en armonía consigo misma, con sus semejantes y con todo lo demás. ¿Y por qué esto no es así? Porque como entidades humanas hay en nosotros concomitancias de orden natural, como impulsos, tendencias, instintos, inclinaciones…; y otras de carácter social: apegos, intereses, valores, usos y costumbres, hábitos… Nada de esto es malo, sino perfectible y controlable. Y es que en el hombre hay la capacidad mental de la ‘educabilidad’, y de hecho puede educarse para un mayor dominio de su mente sobre los instintos, impulsos, etc., y así poder comportarse como lo que es: un ser racional. Si la naturaleza sigue su curso en el orden de cambios, la mente no puede escapar a ello; pero con una particularidad, según su libre albedrío. Y puede mejorar su conducta personal y su conducta social.
La mente puede crear ciencias y disciplinas. Ciencias y disciplinas que puede substraer de tres ámbitos: del mundo de arriba, cuando se eleva a planos superiores; del mundo de abajo, cuando escudriña las entrañas de las cosas; y de su propia inspiración, vivencias y experiencias. Las fuentes a las que puede recurrir la mente en sus andanzas son copiosas, muy ricas en recursos habidos y por haber. A ella le pertenece el mundo de las coexistencias, en tanto que ella se debe a él en igual forma. Dejan mucho que desear las reyertas entre hermanos de una misma especie, que goza de lo inmediato y de lo trascendental. Para eso está el mundo de las ideas, para arrancar de él substratos de vida, de orden, de equilibrio, de paz, de bienestar. Bien dicho está: "dioses sois". Podemos recorrer los mundos de arriba y los mundos de abajo, y hasta unirlos en función de metas temporales y de lo eterno. Por lo que no debe haber, salvo en mentes enfermizas, disociación o contradicción entre las ciencias y disciplinas aplicadas a la naturaleza de las cosas y las ciencias y disciplinas de creencias y aspiraciones sobrenaturales del hombre. Ambas se complementan en un mismo fin: ambas deben estar al servicio y beneficio del hombre. Infantilismo sería sobreponer unas a las otras. La operación mental que llamamos razón hay que educarla para que aprenda a poner cada cosa en su sitio y en su justo medio. Maravilla es de la mente ejercer en sí la función de auto educarse. Prueba fehaciente, si se lo propone. Sólo una mente educada en Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor, para el Amor…, podría proporcionar a este mundo la paz que tanto anhelamos. Pero nos educamos para la guerra /fabricamos armas de exterminio; comerciamos con droga para anular la mente; usamos la política para favorecer a un grupo de poder, sin importarnos los millones de hermanos que padecen hambre y sed, y de otras privaciones/.
Lamentándolo mucho, hay mentes que se apegan al mundo de abajo y se vuelven densas y no ven más allá de sus narices; todo lo miden de acuerdo a intereses personales o grupales. De hecho ya están desarmonizadas. Ellas mismas dejan ver sus retratos. Y la máxima de Jesús se cumple: "Por los frutos los conoceréis".
Ha llegado la hora, según el Mensaje ‘Clave 9’, de educarnos cósmicamente, sin fronteras y en jerarquía de igualdad, de derechos, de responsabilidades… Y así como individuos estamos enmarcados en un solo espíritu de la especie hombre, y al mismo tiempo en un TODO COEXISTENCIAL, del mismo modo podemos construir y ubicarnos en un contorno social más de libertad, más justo y más amoroso. La terquedad e imposición de unas mentes sobre otras, amparándose en una falsa posesión de la ‘VERDAD’ /que, suelo repetir: la ‘VERDAD’ con mayúscula le queda muy grande al hombre/ da origen a infinidad de conflictos entre los humanos /hasta de guerras infernales/. La ‘VERDAD’ es como EL GRAN TODO, y este TODO no cabe en una de sus partes /en la mente/. Este pronunciamiento lo da la mente sensata, la mente educada en ‘Conciencia Cósmica’, que no en parcialidades, mentiras, intereses…
¡Qué irritante es una mente encerrada en su hedonismo¡ ¡Cuán hostigosa se hace su prepotencia y pretensión de imponerse como la poseedora de la ‘VERDAD’! Rehuye mirarse en el espejo de las convergencias, de las conclusiones justas que sí las hay. Negar ‘lo otro’ que está ante sus ojos, ya es de por sí soberbia y manifiesta intolerancia. Así está el mundo. Así están muchas mentes en su individualidad. A diario observamos /sin juzgar a nadie/ cómo la gente /hasta summa cum laude/, y gente que se dicen estar en el camino de la perfección, se van detrás de quienes ofrecen dádivas y hasta los endiosan, negándose a reconocer fanáticamente la realidad circundante. Siendo ricos, se vuelven miserables. Han entregado lo más precioso de su vida, sus propias energías, a otro, que necesariamente las usará, las explotará y las usufructuará, y hasta en detrimento del que se las cedió, que de hecho perdió de su entidad. Pero no olviden las mentes egoístas e interesadas, y alimentadas en la mentira, que EL GRAN TODO COEXISTENCIAL es armónico, y toda desarmonización resuena en EL. Nadie, en consecuencia, podrá decir ‘yo no fui’. Su yo vibra y deja mensaje impreso en ese GRAN TODO. Y ahí estará posteriormente, si no se resarce la armonía a tiempo, el “chirriar de dientes” de que nos habla Jesús. Queramos que no queramos, aquí estamos. Y esto no lo detiene nada ni nadie. Y para allá vamos. Lo que es, es, y no podrá dejar de ser. Y si nos elevamos, que capacidad tenemos, veremos desde más arriba lo que no se ve desde abajo. Tal es el poder de la mente como parte del GRAN TODO.

Ahora, imaginemos que dos personas van caminando por la calle y, a una, le viene una idea buena y, a otra, mala. Antes de continuar con estas dos ideas habría que preguntar: ¿Qué son las ideas? ¿De dónde vienen las ideas? ¿Por qué unas buenas y otras malas? ¿Por qué vienen, si no las llamamos? Pareciera un acertijo de mente huera. Pero al hombre lo mueven las ideas. El científico, que se ufana de ser el único fabricante de verdades, si no tiene ideas, /‘y bien claras y distintas’/, la pipeta de su laboratorio será estéril. El pintor, si no traza sus líneas, relieves, perspectivas, luces, sombras, etc., sobre el lienzo cristalino de sus ideas preconcebidas, terminará dando brochazos de desconcierto. El poeta, que pasa por una laguna seca y putrefacta, de puro fango maloliente, ¿de dónde puede extraer, crear…, convertir lo pútrido en esbelta flor? Valgan estas mis palabras, aunque no poéticas, de ejemplo: '¡Oh, engañoso muladar, fuente de vida! Eres luz que me inspiras. Suelta esa flor bella y pura… Que, manando de tus entrañas, su perfume me cautiva’. ¿De dónde, si no de las musas que posan allá, donde ya la materia no alcanza? Del mundo de las ideas. Y las ideas asoman en palabras, en imágenes, en símbolos…; sólo esperan plasmarse. Para todo son necesarias. Y decimos que hay ideas buenas y malas. Pero, ¿qué son las ideas?
- Para no caer en divagaciones filosóficas, pues son muchas las teorías sobre esta materia desde los griegos, principalmente Platón, pasando por Descartes, Locke, Kant, etc. Teorías y más teorías. Mas las ideas siguen siendo ideas. Y sea que estén en la mente, sea que aniden y se oculten en otra parte del psiquismo, sea que vengan de afuera…, para efectos de este artículo son como un pronunciamiento que se da en la mente y que la misma mente /vengan de donde vengan/ le da respuesta. A veces podemos confundir idea con sensación, con percepción, con pensamiento, con imagen… Lo cierto es que las ideas hablan, nos incitan e impulsan. Y, o las llevamos a ejecución, o las enfrentamos con raciocinios acallándolas, o las sustituimos por otras que ya tenemos almacenadas y conocidas, o nos dejamos arrastrar por ellas; en pocos casos no las tomamos en cuenta. Pero ¿de dónde vienen las ideas?
Ellas están en su mundo, en el mundo de las ideas. Sólo esperan ser llamadas por un interés, un deseo, una necesidad, por una curiosidad, por una pasión, y hasta por un estado de negligencia o pereza. ¿Y por qué unas son buenas y otras malas?
Aunque lo bueno y lo malo pueda ser tenido como una apreciación de valores, en las ideas suele haber una intencionalidad, una como predisposición a realizarse, y lo que pueda ser bueno para una persona, puede resultar malo para otra, y viceversa. Pero, que vienen ideas positivas y negativas a la mente, es una realidad. ¿Quién puede negar que una idea que conduzca a un hallazgo científico para prevenir una enfermedad no sea positiva? ¿Y quién que invente un químico, por ejemplo, de exterminio masivo y de consecuencias radiactivas hasta para el medio ambiente puede negar que esto no es negativo? Las ideas son como las brujas: ‘de que vuelan, vuelan’. Y lo grave de tales brujas es que le den a uno el escobazo en la cabeza o en donde más duela. ¿Pero, por qué vienen si no las llamamos? A veces surgen las ideas como a borbotones y están que echan humo. A veces hasta son demasiado pobres y escasas. Quizás el estado de ánimo influya en atraer las ideas. Y una idea se atrae o se llama cuando, hemos dicho, hay una necesidad, un interés… Por supuesto que aún no provocándolas intencionalmente, en la mente hay un mecanismo de computarización tan sincronizado y perfecto que aún en el inconsciente y subconsciente se generan las ideas, y ellas, como hadas de cuento infantil, se asoman a la ventana de la conciencia y nos hablan, y hasta nos gritan como incitándonos a la acción. Cuando esto sucede, se oye decir: "Tuve una tentación; era tan irresistible…”. Y es que hay ideas fuertes e ideas débiles. De aquí que prevenga la Biblia: "Estad alerta y vigilad…”. ¿Qué sucede cuando una mente está débil? Puede caer en el suicidio. ¿Y cuando está excitada? Puede cometer tremendas locuras, aun con seres queridos; cuánto no más, si son odiados. Por lo que la Biblia en tal sentido tiene razón. Y, para ‘estar alerta y vigilarnos a nosotros mismos’, no hay como una buena salud mental: a) En el aspecto de salubridad e higiene mental y corporal. b) En el aspecto de una buena educación y formación que atienda lo corporal, lo mental y lo espiritual como elementos interactivos de una misma entidad hombre, como individuo y como miembro social. El hombre no es una entelequia, ni una sombra. El hombre es algo más que “mera forma física en movimiento”. En él se reproduce el eco de la Naturaleza inmediata como el del GRAN TODO COEXISTENCIAL. Y las mismas ideas participan de este eco. Las sociedades modernas, como si oyeran este eco, instrumentan mecanismos preventivos de salud, no sólo en vacunación sobre algunas enfermedades, sino para las desviaciones y abusos del tráfico en carreteras. Si el que maneja un automóvil está dominado por impulsos o por embriaguez etílica, o por sopor de drogas, las consecuencias las conocemos a diario. Si el que vigila a la comunidad no está capacitado para portar un arma de reglamento, ¿qué se puede esperar de él? ¿Y qué tienen que ver las ideas con estas cosas? Porque las ideas son el motor que todo lo mueve, y las ideas se hacen improntas. Si el contenedor de ellas, la mente del hombre, no las domina y las canaliza bien, los resultados son indeseados para el que tenga buen uso de razón. Y el buen uso de razón requiere que la mente se ponga en guardia con sus propias ideas y esté capacitada para conducirlas a efectos positivos, que no negativos por descontrol.
En ‘Clave 9’ nos preparamos para, en ‘Conciencia Cósmica’, poner las ideas en su verdadero sitio y secuencia. Las ideas que emanan de una mente cósmica son de armonía y se manifiestan en frutos de Libertad, de Justicia y de Amor. Y es porque en ‘Clave 9’, antes de dar rienda suelta a las ideas, se aprende primero a dominarlas, vengan de donde vengan; sean buenas o malas. Y son ellas las que tienen que estar al servicio de la razón, y no ésta al servicio o sometimiento de las ideas.
En una mente cósmica, ejercitada armónicamente según Libertad, Justicia y Amor, misión que nos incumbe en ‘Clave 9’ para elevación de la especie, las ideas pasan como por un crisol antes de darles paso al campo de las realizaciones y materializaciones. Hay ideas que no bajan al espacio sensible y perceptible por los sentidos, y quedan en la mente como matriz y guías de ideas posteriores. Estas suelen ser las ideas madres o moldes conformadas por la Libertad, por la Justicia y por el Amor, que llegan a convertirse en ideal cósmico y trascendental que propulsa ‘Clave 9’. Por ende que proclamamos la necesidad de una ‘Educación Cósmica’ que se corresponda con un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor. Veamos: Antiguamente el mundo funcionaba conforme a un ideal natural que proporcionaba la vida a la mente del hombre. Era un mundo estático. Más adelante la mente despierta de su natural quietud y comienza a moverse por planteamientos filosóficos que daban dinamismo y expresión a la vida social del hombre. Es el mundo de las elucubraciones. El casillero de la mente como que se abría a las ideas en lo político, en lo económico, en lo cultural, etc., y el mundo estaba sostenido por columnas. Todavía el sol giraba en torno a la tierra. Se abre la mente un poco más y ya deviene la idea de reflexiones más profundas. La mente del hombre pasa de improvisaciones a cálculos científicos. La mente del hombre se abre como una rastreadora al universo y el geocentrismo cede a la nueva idea del heliocentrismo. Ya no es el sol el que gira al rededor de la tierra, sino ésta alrededor del sol. ¿Hemos agotado con esto las ideas de nuevas posibilidades en el movimiento de los astros? Sea lo que fuere, ya se asoman nuevas ideas, al menos en la relación del hombre con su universo. Antes como que el hombre tenía la idea de sometimiento al universo. Ahora la idea se revierte, y es el universo el que se debe al hombre. Y sale a su encuentro, a medirlo, a escudriñarlo. Un ejemplo de que las ideas mueven al hombre, al mundo. Y son las ideas, mediante la mente del hombre, pues no se debe confundir mente con idea /la mente es el continente y la idea el contenido/, las que han de abrir las nuevas relaciones del hombre con el hombre mediante un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor. Hacia este ideal que apuntamos y nos encaminamos, y que se traduce en una ‘NUEVA GENERACIÓN’ de hombres más libres, más justos y más amorosos.
No estaría de más apuntar diferencias entre ‘idea’, ‘ideal’, ideología’. La ‘idea’ es manación primaria de la mente, por más que se nutra de otras fuentes /impulsos, instintos, vivencias, experiencias, etc. /, y es ella sola la que se asoma a la ventana del pensamiento y, si es necesario, busca asociaciones de otras congéneres /de otras ideas/. ‘Ideal’. El ideal surge de la misma idea, sea ésta individual o en asociación, y requiere colocarlo como el eje de un sistema cuidadosamente confeccionado. ‘Ideología’. La ideología, partiendo de la idea, trata no sólo de comportarse como ideal, sino que adquiere otros matices de carácter imperativo /credo, dogma, sometimiento, imposición…/. Ejemplificando ‘idea’, ‘ideal’ e ‘ideología’ sería: ‘Idea’, transformar un desierto en vergel; ‘Ideal’, esa misma idea, planificada, elevarla a extrema categoría que sustente al vergel como una proyección de atracción y perdurabilidad /que sería como un nuevo modo de vida en el campo humano/; ‘Ideología’, sea abstracta o concreta, es la idea e ideal del vergel, pero con postura de cánones, exigencias y hasta de implementaciones cercenantes /que en el ámbito humano mutilarían la libertad y otros atributos de nuestro ser/.
Cuando una idea es hermosa, hay que cuidarla y alimentarla desde las alturas del espíritu para hacerla trascendente y duradera. Cuando es mala, hay que cerrarle las puertas del espíritu para que no lo contamine, sacrificarla desde la mente para que no se realice en el plano material. Mas cabría añadir que las ideas no sólo pueden provenir de la vida del hombre mismo, sino también de dimensiones ulteriores y superiores, y hasta del mismo Dios. La Biblia nos dice que la verdadera sabiduría viene de Dios. Y yo, Manuel, acepto y confirmo esto por mis propias experiencias espirituales y mis revelaciones. Nos pertenecemos a un GRAN TODO COEXISTENCIAL y de El podemos recibir también ideas.
Partiendo del criterio de que la mente tiene su asiento en el cerebro, y el cerebro está alojado en la caja craneana, es en la masa cerebral donde se dan los prodigios y maravillas de esta vida; donde se gestan las ideas, los pensamientos; donde adquieren categoría los sentimientos, el dolor, la alegría, la fe, el espíritu de trascendencia. Y ahí está la mente, como la mayor y más específica operación del cerebro de nuestra especie. Hasta el punto de poder decir que ‘el hombre es lo que lleva en su mente’. Si éxitos, se emociona, se exalta acomete empresas… Si fracasos, se entristece, se deprime, pierde entusiasmo, decae en sus propósitos. Se ha de tener una personalidad muy bien solidificada para actuar ecuánimente en cualquier circunstancia, próspera o adversa. Y esta personalidad, precisamente es la que surge en el proceso de ‘Clave 9’ mediante la toma de la ‘Conciencia Cósmica’, que se logra por el ejercicio armónico de la Libertad, de la Justicia y del Amor, y que es el objetivo fundamental de ‘Clave 9’. –Y aprovecho la oportunidad para invitar al amable lector a que no se quede indiferente ante este mensaje, sino a que profundice en su estudio y práctica; poco a poco notará la diferencia entre su estado de ahora y las sorpresas que le esperan-.
Si el ser humano se desenvuelve en un buen ambiente cultural que le suministre elementos para fabricar ideas sanas y productivas, el hombre se hace creativo, y sus obras pueden ser admirables y de bienestar social; si su ambiente es negativo, los frutos no se dejarán esperar en la misma proporción. Esta es la regla general. Y es así cómo una sociedad, cuyos valores sean bélicos, de conquistas, de ambiciones territoriales y de otros dominios, conduce infaliblemente a la guerra. Sus gentes son inducidas a la violencia. Se crían los niños, incluso, en un ambiente de lucha de contrarios, en el que sus juegos son de guerra, convirtiéndose en carnadas fáciles para el frente de batalla. En sus mentes se han inculcado ideas y valores que los hacen proclives a creer tener delante de sí un enemigo, que simplemente puede ser alguien que no esté de acuerdo con sus criterios. Por el contrario, una sociedad de valores pacíficos, de laboriosidad, de respeto por los derecho humanos y de siembra de responsabilidades, de orden y bien social, se cuida de que sus instituciones, sobre todo educativas, alimenten las frágiles mentes de los niños, y de sus adultos, con ideas sanas y de progreso social y en beneficio de todos, abriéndose a otros valores universales y aportando los suyos a otras comunidades. Sobre todo esto tan necesario en las perspectivas de universalidad que exigen los nuevos tiempos, para una humanidad más libre, más justa y más amorosa. Lamentablemente todavía hay naciones que están en las cavernas, más que de la antigüedad, del medioevo, que es más nefasto por sus ideas recalcitrantes y oscurantistas. De manera que, si ‘el hombre es lo que lleva en su mente’, considero que ya es hora de educar cósmicamente al niño, para que tengamos un joven y un adulto preparados para la nueva contienda que aguarda a la humanidad en su conquista por un mundo mejor: de verdadera paz y posible felicitad en el Planeta Tierra, al tiempo que estimule su espíritu de conquista del Universo, que se le presenta más que como panorama de belleza inaudita, como un desafío a su mente universal y trascendental, que nada de esto está reñido con ser hijos de Dios /y “dioses sois”/. Y como dioses, que no como espíritus diabólicos, debemos vivir y comportarnos, en honor a lo que somos como parte de la GRAN DEIDAD.
Enfatizamos en la influencia que de hecho ejerce la educación sobre la comunidad y sobre los individuos. Y aunque es verdad que toda regla tiene su excepción, pues los moldes de la naturaleza y de la ciencia humana dejan escapar algunas particularidades/ lo manso de lo fiero, y lo fiero de lo manso/, lo cierto también es que cuando ha habido, según casos que registra la historia, algunas civilizaciones de elevado índice formativo según sus normas de vida, el florecimiento de las artes, de la ciencia, de la industria, de la agricultura, etc., se ha manifestado, y tanto comunidad como individuos, en reciprocidad, han gozado de sus beneficios. Por supuesto que tal florecimiento ha estado dirigido por la mente del hombre. En la mente del hombre había esas cosas positivas, el fruto no podía ser otro que la positividad. Cuando la mente la ocupa lo negativo /malicia, desidia, abominaciones, corrupción, injusticias varias…/, lleno de tristeza que contar está el mundo, sin excluir el momento actual.
De manera que, si queremos un mundo mejor, tenemos que construirlo. Y lo primero que tenemos que hacer es encender la lámpara mental. Que se iluminen las ideas para que den esplendor a nuestras vidas. La primera idea que hay que prender es la de una buena educación que abarque los más y posibles aspectos de la vida del hombre, sin mutilar a ninguno de ellos. Sí hay que empezar desde ya a redimensionar muchos conceptos acerca de Dios, del hombre, del mundo, de la vida y de las cosas, en función de un mundo mejor en el que todos quepamos sin distingos de razas ni posiciones económicas, ni de otras discriminaciones. Ya la ciencia, las religiones y las metafísicas, dentro de sus respectivas ramas del conocimiento, han llegado a una misma conclusión: relación cerebro-mente; mente-cerebro. E igualmente coinciden en aceptar corrientes eléctricas en el cerebro que se encargan, en conexiones de neuronas unas con otras, de transmitir los mensajes de afuera hacia adentro, de adentro hacia fuera y de adentro a adentro. Una falla en determinados circuitos puede afectar marcadamente a la mente y a sus consecuentes pronunciamientos, surgiendo distorsiones que se pueden extremar en idiotez, demencia, psicosis, neurosis, fijaciones, excentricidades, aberraciones, etc... Y todo ello en un sujeto de carne y hueso, en un ser humano. ¡Pobre humanidad, carcomida cada día más de insatisfacciones, frivolidades, apetencias desordenadas, sexualidad desmedida, drogadicción…, y añada cada cual algo del mundo que le rodea
Mas no es mi propósito infundir miedos o pesimismo. Mi tesis en ‘Clave 9’ es que ‘valemos y merecemos mucho más’. Y es en este orden del pensamiento en el que, a través de estas líneas, pretendo comunicarme con mis semejantes para invitarlos a reflexión y a asumir posiciones como lo que somos: seres racionales, dotados no sólo de conciencia, sino de espíritu, éste como singular investidura de seres privilegiados en esta dimensión, y sin ello bien valdría consumar la sentencia: "Comamos y bebamos que mañana moriremos”. Y por demás está decir que a nadie le gusta que lo califiquen de ‘animal’, ‘bicho’; su reacción es inmediata, pues se siente ofendido. ¿Ofendido de qué? Aunque tal o cual no lo conciencie, de su interno sale inconcientemente el rechazo. En realidad es porque nuestra esencia es de índole espiritual. Eso que viene dado como concomitancia en la potencialidad de la materia y que luego se plasma como verdadera entidad en nuestra configuración humana. ¡Allá los videntes que se hacen los ciegos para no ver sino la inmediatez y las conveniencias y complacencias de su cuerpo! Para ellos es también eso de “mente sana en cuerpo sano”; una mente capaz de discernir entre lo de ‘arriba’ y lo de ‘abajo’. Y la sanidad de la mente no sólo entra por una buena alimentación física, sino por una educación, que hemos dado en llamar ‘cósmica’, sin impedimentos, sin fronteras, que atienda además del buen funcionamiento eléctrico de las neuronas, las leyes de la trascendencia y ubiquen al espíritu en su verdadero sitial. Y conforme a un ideal de vida /de Libertad, de Justicia y de Amor/ orientar al hombre. Es así cómo el hombre encuentra sentido y plenitud, y justificación a su presencia en este mundo. Mal trabajaría una razón puesta al servicio de la materia y del azar como destino. Por el contrario, es altamente visible y demostrado a través de los tiempos cómo un alma que se eleva por encima de los avatares de este mundo manifiesta un comportamiento que escapa al del hombre sumido en las cosas mundanas. Se siente realizada. Está por encima de los impulsos, de los instintos, de los apegos… Y esto que digo no es religión, ni beatería, ni cursilería, como lo podría sentenciar apriorísticamente una mente racionalista o hedonista. Hablo desde un peldaño de la misma vida, desde un escalón que a todos nos pertenece por esencia y el cual muchos no quieren pisar por temor /equivocada creencia/ a perder entidad o bienes terrenales, o placeres, o comodidades. Pero, como toda moneda: cara o cruz; no hay término medio. Si se alimenta lo de arriba, el espíritu, se beneficia lo de abajo: el cuerpo halla reposo y las demás cosas que le circundan se armonizan con el mismo cuerpo / en la medida en que la ley del espíritu obra sobre ellas/. Indiscutiblemente que lo individual repercutiría en lo social, y consecuentemente las sociedades se abrirían a nuevas posibilidades de realización para la misma especie. Esto no sucedería, ni sucederá, mientras lo espiritual esté bajo la cubierta de religiones e ideologías. Una cosa es el Mensaje de Dios, impreso en el mismo corazón del hombre, como decía Jesús: "el reino de los cielos está dentro de vosotros”; y otra cosa es la religión, que aunque no es mala, tiene secuelas secundarias de fanatismo, dogmatismo. En ella hay ductores jerarcas que imponen estrechos criterios bajo el seductor atractivo de una fe que garantiza la dicha eterna. Como si se tratara de una peculiar parcela de borregos que tienen un pastor propietario y tienen que pastar y balar conforme al capricho de su amo. El único amo es Dios, ‘EL GRAN TODO’. Nosotros somos cada uno parte de este TODO. Y, si algo necesitamos, y capacidad para ello tenemos, es sincronizarnos con EL. No excluyo, al pastor de almas, aquella persona que por su elevación espiritual tienda la mano a sus hermanos menores para que no caigan por el precipicio de la banalidad. Jesús autoriza a un hombre llamado Pedro para que cuidara de sus “ovejas”: de aquellos que “en espíritu y en verdad” estén dispuestos a adorar al Padre; de aquellos que estén dispuestos a tomar la cruz /la realidad de esta vida/ y ofrendarla a Dios. Y Jesús tiene un mensaje muy claro. Él habla de que el deseo del Padre es que seamos “verdaderamente libres” por la verdad, que es la expresión del amor y de la justicia. Jesús excluye todo lo espurio. Su mensaje no es religión, sino palabras de vida eterna. Y yo, Manuel, en convencimiento, me abrazo con Jesús. Y Jesús, como ya he mostrado, y lo haré en otras ocasiones específicas, se me revela con frecuencia. ¿Increíble? Escudriñad mis escritos y las imágenes /fotos/ con que los suelo acompañar.
Mas continuemos con la mente. La mente es terrible; también sublime. Pero es el único enlace que nos lleva a conciencia y nos conecta no sólo con ‘EL GRAN TODO’ y con los otros yoes, sino con nosotros mismos. La mente es el ‘anverso’ de la Madre Naturaleza, la cual a su vez es el ‘reverso’ de la misma mente. Y así como la Madre Naturaleza es nuestro ‘reverso’ es al mismo tiempo el ‘anverso’ del ‘GRAN TODO, de ‘EL PODER-DIOS’, que está siempre detrás de toda existencia. Dios en sí es ‘anverso-reverso’. Concebimos ‘anverso’ como lo que se manifiesta en primer plano; ‘reverso’, lo que respalda y propicia la manifestación del ‘anverso’. Lo maravilloso es que somos capaces de transmutar nuestro ‘anverso’ en ‘reverso’, que sería: siendo individuos reconocer que nos pertenecemos a la Naturaleza, y nos podemos remontar de igual manera hasta Dios, al Relojero de este nuestro ‘tictac’. Por supuesto que esta capacidad de remontarse y/o de trascender esferas depende del radio mental de cada sujeto. También juega un papel preponderante en dicha función la frecuencia que tenga la mente para pronunciarse y proyectarse. Generalmente radio y frecuencia suelen conformar una definitoria de captación y de acción. Por ende que lo que una persona no ve, porque su radio mental es corto y su frecuencia limitada, lo puede ver otra persona de mayor amplitud de radio o frecuencia. Ejemplo sencillo: La mayor medida de radio mental y de frecuencia de la mente la tiene una persona que está en un estadio superior de visión. Pedro respecto a Juan. Pedro está en lo alto de la montaña y ve lo que desde abajo no ve Juan. Y, porque Juan no vea, no quiere decir esto que tiene autoridad para negar lo que Pedro está observando y disfrutando incluso desde su altura. ¡Cuántos Juanes no hay que lo niegan todo a priori! Y es que en sus mentes falta algo: o bien que la naturaleza no se lo ha dado o que, habiéndoselo dado, no lo ha desarrollado. Cada cual saque sus conclusiones de sus experiencias en la vida real. Somos una especie privilegiada en este Planeta. Valemos y merecemos mucho más; tanto cuanto nos lo propongamos. La mente no sólo pare ideas, sino incentivos, motivaciones, sentimientos de grandeza…, para nuestra realización. ¡Animo! En ‘Clave 9’ tenemos una fórmula cósmica para elevar lo individual a lo social, a lo universal y trascendental, y llegar a gustar desde acá lo de allá.
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!