24 febrero 2006

LA NAVIDAD EN LOS ANDES VENEZOLANOS, Y EL 'NACIMIENTO CÓSMICO'.

Las navidades en los Andes Venezolanos /Estados Táchira, Mérida y Trujillo/ son muy típicas. Cuando se llega a mediados de noviembre comienzan las gentes, hoy unos, mañana otros, a construir ‘el pesebre’ /portal/ para el nacimiento del niño dios. El pesebre adquiere diferentes matices en cada hogar, en cada oficina y hasta en lugares públicos. Hay un tributo de fe al Divino Niño. Generalmente el Niño ocupa el lugar central del pesebre o portal, acompañado por la Virgen, por san José, la mula y el buey. Es toda una fiesta regional, aunque de estricto carácter religioso. Cada familia e institución se esmera por hacerlo lo mejor posible. Y lo folclórico se une a lo religioso dando alegría y esplendor a esta tradición. Así hay cantos especiales y música con deje de arraigado sentimiento de fe. Y derroche de cohetes y luces de bengalas. Y el ponche crema y otros licores, lo mismo que el bizcochuelo, y comidas, forman parte del mismo folclor. El pesebre es adornado de luces de todo tipo. No falta la ‘estrella’ que guió a los magos, ni la figura de estos en sitio preferencial. Antes de quitar el pesebre, pasada la noche de Navidad, y el pesebre propiamente no se quita hasta el día 2 de febrero, día de la ‘Candelaria’, cada grupo familiar o institucional realiza ‘la Paradura’, que es el acto mas solemne dedicado al Niño: cantos y música especiales, e incluso ofrendas que se exhiben, sobre todo en las aldeas y campos, de frutos y otras especies de alimentos, para que el niño bendiga las cosechas. Hay rezos, letanías… cada cual se esmera en hacerlo con la mayor fe y esmero. Algo simpático son los ‘padrinos’. Los padrinos juegan un papel primordial en las paraduras, e incluso el mejor plato a repartir es para los padrinos del niño. Siempre hay, por supuesto, invitados a las paraduras y sería un desaire no asistir a la invitación. En las paraduras hay motivos para el reencuentro de familiares y amigos y hasta para deponer rencillas o malos entendidos. Todos cantan al Niño Dios. Todos reciben con fe la bendición del Niño Dios. Un acto verdaderamente hermoso y trascendental. Hay que vivirlo para darle la connotación que de verdad tiene y merece.
Yo considero que al pesebre sería bueno hacerle una modificación que se adaptara más a la realidad de los relatos bíblicos /no en la superficialidad de la letra, como ‘la estrella’, sino en el contexto en que la ‘estrella’ se ubica. Esto es, la Biblia da a entender en Ezequiel I, en Job 41, en los relatos de Moisés en la montaña, y en muchos otros pasajes, que siempre ha habido una comunicación de seres de arriba que se han puesto en contacto con el hombre: lo de Moisés en la montaña, la zarza ardiente, la nube luminosa y el fuego en que bajaba y subía Yavé, y tantos casos de ángeles y apariciones siempre con la misma tonalidad. La ‘estrella’ que conduce a los magos… ¿a quien le puede entrar en la cabeza que una estrella se va a posar en lo alto de una casa?
La modificación estaría sustancialmente en sustituir ‘la estrella’ por ‘una nave espacial, ovni’. Léase, repito nada más que Ezequiel I y Job 41. En estos relatos, como en tantos otros, la descripción bíblica de la ‘nave’ y de cómo es la ‘nave’ es perfecta. Y si lo cortés no quita lo valiente, la ‘nave-ovni’ no quita nada a la realidad que retrata la Biblia. Seres muy superiores a nosotros han estado siempre en comunicación con el hombre: "carros de fuego”, “torbellinos”, “nubes de fuego”, “salía humo como de carbones encendidos”, “de día nube; de noche fuego”… ¿y qué añadiríamos a los magos, sino que fueron conducidos por la misma nave /de día y de noche atravesando el desierto/ y que la nave se paró lógicamente, como lo puede hacer hoy en día un helicóptero, en lo alto de la casa donde habitaba el niño? y dato curioso es que los ‘evangelios apócrifos’, paralelos en antigüedad a los canónicos, hablan de la presencia de una nave cuando iba a nacer el Redentor. Y esta nave es la misma que obedece a todos los relatos bíblicos. Nave perfectamente detallada en los ‘apócrifos’ como la Biblia habla de ‘la nube’, del torbellino, del fuego, etc.’ Sólo hay que tener un poquito de visión y no caer en fanatismo religioso. El retrato está en la misma Biblia. Por ende que me parezca conducente cambiar la ‘estrella’ por la ‘nave’ y hacer que ésta ocupe un sitial de preferencia en las diferentes escenas que conducen al nacimiento del Hijo de Dios. A continuación señalo algunas escenas que traducirían lo que yo denomino ‘el nacimiento cósmico’. Nacimiento que, espero vaya tomando forma en los nuevos pesebres.
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel. Profeta de ‘Clave 9’

ALGUNAS ESCENAS DEL NACIMIENTO CÓSMICO'.
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