24 enero 2010

CÓMO PUDO DIOS HACERSE A SÍ MISMO

REDIMENSIONANDO LA NOCIÓN DE DIOS

Mi misión como Profeta de ‘Clave 9’ es anunciar la necesidad de ‘redimensionar’ la noción de Dios, del hombre, del mundo, de la vida y de las cosas. Si tú ya estás al tanto de esto y te consideras capaz de dar ese salto, hazlo con tu vida y tu ejemplo, pues que teóricamente no conduce a nada.
En mis ediciones de ‘Clave 9’ he usado la ‘idea redimensionar’ como una necesidad para abrir una nueva brecha histórica para la humanidad. Redimensionar en el sentido de hallar la dimensión más exacta de alguien o de algo conforme a los nuevos tiempos que nos han tocado vivir. En otras palabras, todo cambia, y ahora ese todo exige una nueva visión a la luz de un lente también nuevo. Y ese todo es mutable, como lo es la forma en que nuestra mente lo contempla. Por ejemplo: el concepto del valor humano en épocas pasadas, no es el mismo que el de ahora. Generalmente el derecho era atributo de las élites dominantes; el resto de los hombres eran objetos más o menos servibles en tanto que prestaran beneficio a dichas élites, cuya tendencia era a estar confabuladas en sus diferentes estamentos de poder político, económico, intelectual, religioso…
Por ende que digamos que ha llegado la hora de redimensionar la noción de Dios, del hombre, del mundo, de la vida y de las cosas, incluso de la muerte. El Mensaje ‘Clave 9’ nos invita a ello de manera libre, justa y amorosa, sin adoctrinamiento coercitivo ni de especulación de conciencias; al contrario: para que nos elevemos de nivel mental y alcancemos la nueva meta que nos está implícitamente dada en el devenir de nuestro ser, esto es: la toma de una conciencia superior, ‘Conciencia Cósmica’, sin fronteras, que nos permite ser dueños de nuestro destino como individuos y como especie en un “PRIMERO YO, LUEGO YO Y SIEMPRE YO; PERO EN ARMONÍA CONMIGO MISMO, CON MIS SEMEJANTES Y CON TODO LO DEMÁS”. Conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia que nos hace dignos de nuestra condición de humanos, imagen del Dios aceptado por muchos y negado por algunos que en su confusión mental prefieren rebajarse a niveles de vida netamente animal, sin más diferencia que la de igualarse a un bicho más de los que pueblan nuestro planeta. Para tales sujetos, en el mejor de los sentidos, todo es naturaleza: nacer, vivir, morir… Sólo la razón los asiste en su proceder, que no la racionalidad producto de una mente trascendente. También a los animales los mueve el instinto y siguen las leyes de la naturaleza con más fidelidad que el ser humano. No obstante respetamos el criterio que los induce a negar lo que la gran mayoría acepta como una realidad, aunque sea no visible, porque el simple concepto de Dios nos queda muy grande a los humanos; aún somos incipientes pensantes / pero nos es dado el “sed perfectos como el Padre celestial es perfecto”/. Somos seres en evolución. ¡Ah, si la naturaleza se nos desdoblara como una película y pudiéramos remontarnos a los orígenes de nuestro ser! ¡Cómo nos veríamos bañarnos en ese río de la existencia! ¡Cómo se desenrollaría nuestro ser: nuestro estado actual, naciendo, como fetos, en el acto in situ del engendro /dos células que se funden y dan paso a una nueva vida/…! ¿Y antes de ser el hombre engendro? ¿Antes de las dos células vivientes? –Simples moléculas, átomos, plasma cósmico, energía, lo indefinido, lo imperceptible para nuestra mente /¡LO OTRO!, ¡EL REVERSO!, ¡EL UNO!, ¡EL TODO! , ¡LO INNOMBRABLE!, ¡QUIZÁS LO QUE LLAMAMOS DIOS!, ¡ESO QUE, SIENDO LÍMITE DE NUESTRA MENTE, ES COMIENZO DE SÍ MISMO Y QUE PARA MÍ ES DIOS, LA VIDA ETERNA…!/.
En esta vida todo suele tener su opuesto, ¿por qué negar el opuesto de lo efímero y contingente, cual nuestra misma mente nos dice que es lo imperecedero, lo eterno, y lo autosuficiente; lo que, si aquí todo tiene su origen en otra cosa, allá lo tiene por sí mismo /Dios en sí mismo/como el opuesto a lo de acá. Buscar las cinco patas al gato es más difícil.
Comencemos por redimensionar la noción de Dios.
En lo tocante a una mente acuciosa y deseosa de superación, todo es posible. No así en una mente racionalista, que, como dice el refrán, calienta la cabeza, pero enfría los pies. La mente racionalista reviste características muy peculiares. Lo más fácil para la mente racionalista es cerrar la ventana a la otra realidad, o sea: negar a Dios, alejando de sí cargos de conciencia. La mente racionalista sabe lo que quiere: la expansión y halago de sus intereses. Es mente muy perjudicial para el resto de los humanos, pues no sólo se hace intocable, sino que reacciona con violencia si su beneplácito no es satisfecho en alguna forma; máxime cuando logra poder temporal, sea éste económico, político, religioso, doctrinario, etc. Es insaciable en sus apetencias; por demás arrogante y exclusivista. Es mente usurpadora de los derechos ajenos. Es como si dijéramos que su tripa se ensancha en la medida en que abusando de su poder infiere daño a los demás. Su hedonismo la enloquece hasta endiosarla. Fuera de sí lo demás son meros utensilios que deben adornarla. De aquí los ‘tiranos’ de todas las épocas. Si te arrodillas ante ellos y les sirves fiel e incondicionalmente, entonces eres útil a sus desmedidos propósitos y no menos afán de dominarlo todo, y te permiten cortejarlos, eres tonto útil, un excelente vasallo. Este tipo de mente es como vampiro siempre sediento de sangre. No importa la víctima /que los demás seres humanos padezcan necesidades o se mueran de hambre/, sí es de máximo valor complacerla en todo /con aplausos, con sonrisas, con moviditas de cabeza en plan de asentimiento cada vez que se pronuncia, aunque sea en sus ex abruptos, y, sobre todo, que sus deseos sean tomados por sus lacayos como de estricta obligación y cumplimiento, sin medir consecuencias ni las injusticias a que ello conllevare. Asimismo el tirano es quien tiene hasta la medida para valorar a Dios según sus propios intereses. Y si le conviene usufructúa el nombre de Dios como un objeto más. Y del mismo modo las palabras del mismo Cristo recobran tal o cual significación en esta mente racionalista, tan sui géneris. Unas veces Cristo es Dios; otras un líder; y hasta un loco. Mentes acomodaticias al ego y nada más.
Más cómo se forja esta mente. Ella de por sí trae un potencial de absorción de energías de otras mentes, y por ley de “lo semejante atrae a lo semejante”, y como muchas mentes sagaces necesitan de ese potencial, ella las absorbe, enriqueciendo su caudal, al tiempo que las otras mentes compensan sus apetencias. Lamentablemente esto ocurre en mentes negativas con mayor facilidad que en las positivas, ya que éstas no padecen desequilibrios por estar armonizadas. Así un positivo se dice que vale por mil negativos. Al respecto podríamos confirmar esto con la Biblia:”De la unidad saldrá el millar”. Lo evidente en el mundo es que proliferan las fuerzas negativas sobrepasando lo del millar por unidad; son legiones incontables que bombardean a los humanos. Se multiplican como el arroz. Basta, entonces, que nazca en el planeta una de esas mentes absorbentes para que esas legiones se alisten y alineen en propósitos y planes macabros como los que azotan a las naciones: políticos sin conciencia de servicio a la comunidad, carteles de armas /terrorismo y delincuencia organizada/, de droga, de trata de blanca, y pare usted de contar.
¿Pesimismo y justificación del mismo? –Basta leer la prensa, ver los noticiarios televisivos o abrir la internet para quedarse uno estupefacto ante el drama de las naciones: pobreza, desempleo, hambre, inseguridad / atracos, secuestros, crímenes…/, sin ocultar lo que reluce en la opulencia de los que atesoran a costilla del dolor de la mayoría /acaparamiento y enriquecimiento desmedido e ilícito /. El enriquecimiento de unos es el empobrecimiento de otros. Y esto es injusto. Esto es desarmonización que repercute en el Todo, en el Anverso, en la otra cara de la moneda, que, aunque no la veamos, está ahí como testigo invisible; está ahí detectándolo todo, y nadie podrá decir: ‘yo no fui’.
Estas mentes, que suelen ser racionalistas, todo lo farsean, la mentira es su consigna. La intriga es su ardid. Saben muy bien la ley del César de “divide y vencerás”. Y ésta otra no menos ley, si “dioses sois”, yo soy ahora el dios de este mundo, aunque este mundo no sea sino un simple cargo, pero lo hacen de ostentación. Mentes que, si suben a la plataforma del mando de las naciones, se embriagan apertrechándose de armas y de ejércitos, porque el ‘dios’ es intocable e invencible. La historia está llena de ejemplos, cada cual escoja el de su gusto. La inconciencia de estas mentes sólo halla parangón unas en otras. Sólo son conscientes de sí mismas cuando caen en desgracia. Pero de cabeza ajena no admiten consejo.
En cuanto a Dios, esas mentes racionalistas recalcitrantes Lo ‘redimensionan’ a su conveniencia y nada más. No hay más medida de valor ni de libertad, de derecho, ni de justicia en la tierra. En sus satánicas veleidades no cabe otra deidad.
De hecho hay mentes racionalistas de inferior categoría, que no se basan ni en el poder, ni en la fama lucrativa. Mentes que todo lo discuten y nada más, que se acaloran y ciegan en sus raciocinios en espiral y que al final son como humo que se esfuma en el viento. Aunque en el fondo portan el gen de sobreponerse a los demás. En sus elucubraciones hasta echan espumas por la boca. De aquí tanta incompatibilidad de caracteres en el matrimonio o en cualquiera otra clase de sociedad. Lo que monta es “llevar la razón”, como suele decirse.
Hay también mentes de vibraciones muy bajas que están como en letargo. La mente intrascendente no sabe ni lo que pasa a su alrededor, porque su radio /radio mental/ es insignificante; mente de nivel de sótano que ignora lo que pueda suceder en la planta baja, y mucho menos en el exterior, y Dios y las cosas son como devienen en el momento, sin más preocupación. Unas de estas mentes se hunden en la resignación; otras se adaptan para sobrevivir.
Hecha esta pequeña clasificación mental /racionalistas de poder y racionalistas con otras inclinaciones, y mentes intrascendentes o tipo limbo/ cabría que el lector o la lectora se preguntase: ¿qué clase de mente es la mía? Adelantándome a la respuesta, cuando he asistido a convivencias de grupos, la tendencia general es a decir: yo me considero justo(a), yo no le hago mal a nadie, yo… Bueno, un pan comido. La inconciencia suele ser un predominio de esas mentes. Quizás la sensatez sea una virtud que todavía no ha aflorado en muchas mentes. Por supuesto que no paso por alto lo que de inconciencia pueda haber en mí, por más que procuro ser justo en mis apreciaciones y actos. Mas, cuando me doy cuenta de mi falla, sí puedo afirmar que procuro corregirme. Hay casos en que ciertas mentes pretenden dominar a otras y las acosan con imposiciones, cuando no con imputaciones hasta temerarias. Esto es muy común. Su arrogancia y prepotencia no las dejan ver “la viga en propio ojo y sí la paja en ojo del prójimo”. Mentes que parecieran ser hijas del ‘dios altercado’. Mentes de siembra de cizaña. Y en sus incongruencias suelen exteriorizarse como amantes de la paz. Tóquelas y sentirás la ponzoña cargada de veneno que pretende aniquilarte. Y caso curioso es que este arquetipo de mentes deambula por los pasillos de las religiones, de las metafísicas y de otros centros espiritualistas. Diríamos lobos con lana de corderos.
¿Pero qué tiene que ver todo esto con la redimensión de la noción de Dios, etc.? –Quizás en absoluto, pues ¿cómo puede una mente enredada en la mentira y en la malicia, o en la desidia, percibir un concepto verdaderamente amplio y claro de un Dios Todopoderoso y Amantísimo, Principio y Fin de todas las cosas? Primero, necesariamente, ha de haber una apertura mental en los principales ‘líderes’ sociales, que sí los hay, y que son, como hemos dicho, esas mentes de potencial extraordinario y absorbentes. Ellos vienen como programados como sostenedores de equilibrio en el mundo que les rodea. Si ellos, que son “la sal de la tierra”, se pervierten, la consecuencia es: “¿si la sal se desvirtúa, con qué se salará?”. Nadie es nacido para hacer el mal, sino para que encauce esas energías hacia el bien de sí y de los demás. “Te he puesto mi ley en tu mente, en tu corazón, en tus labios… Si obras bien serás bendito hasta mil generaciones; si obras mal, sufrirás hasta la tercera o cuarta generación”. Hasta determinados animales que acompañan al hombre sienten temor cuando obran fuera de lo pautado, cuánto no más el hombre sabe que ha obrado mal, y huye como Caín, y, si lo atrapan en sus fechorías, siente vergüenza y esconde el rostro. Hablamos de lo normal, no de psicopatías.
No descartamos una degradación en la condición humana respecto a sus usos, costumbres, valores y principios de vida. Para Jesús sería ‘degeneración’, pues Él aboga por la necesidad de “la regeneración de lo humano”, y en base a esto enfoca su mensaje. Mas preguntar: ¿y si hasta el médico está enfermo, quién cuidará de la salud? –No todo está perdido. Todavía hay hombres y mujeres con integridad propia, no enajenados ante los placeres que pueda proporcionar esta vida. Y esto es lo que mantiene cierto equilibrio aún en nuestro mundo social. Mas no basta con poseer esta condición de nobleza y de grandeza. Jesús insiste en que “una casa iluminada en la montaña no puede permanecer a oscuras”; está hecha para iluminar, no para que se apague y se confunda con las tinieblas. O sea, según ‘Clave 9’:”El que tenga un talento que lo multiplique, que no lo esconda, que talento que se multiplica da sus dividendos”, que la apatía y la indiferencia no sirven para nada, a lo sumo para ser pacto de fácil llama para otros inescrupulosos. Por eso en ‘Clave 9’:”Se es o no se es”. No caben medias tintas. Jesús decía:”Más vale ser frío o caliente que tibio”. Lo frío se contrarresta con el calor, y éste con lo frío y dan un término medio. Lo tibio es sinónimo de desidia, indolencia, comodidad /que los demás se sacrifiquen por mí, que lo mío es estar tranquilo(a), vivir plácidamente o sin compromisos/. Y de tibios está lleno el mundo. Y como esto es así, los tibios no son contrapeso de lo positivo, sino de lo negativo, pues encuentran el plato opuesto de la balanza que los adormece más y más, porque es como de ley que lo negativo se aprovecha de lo tibio/ los vivos de los apáticos/. Sí, pues lo negativo se mece fácilmente y muy a gusto con su contrapeso ‘tibio’. Y las mentes negativas, sagaces de por sí, se dicen: no tenemos contendor, sino quienes nos sostengan en el equilibrio de nuestras fuerzas. Realidad ésta en el plano social. “Hay vivos, porque hay pendejos”, se dice en Venezuela. Y entre los tibios no faltan los adulantes, los que no exponen nada y andan al acecho de una oportunidad. Oportunidad que la hallan en esos ‘líderes’ /que anteriormente denominamos ‘peligrosos racionalistas’; racionalistas que con su lógica cuadran muy bien sus cuentas: no tienen escrúpulos de dar el zarpazo a la libertad y dignidad de los demás. Son rapaces de tripa gorda, y si algo les interesa redimensionar es la anchura de su tripa. Lo demás es huero idealismo.
Mas alguien ha de emprender esta empresa de la “regeneración”, y de seguro que al hacerlo ya ha comenzado a redimensionar la noción de Dios /y del hombre, y del mundo, y de la vida y de las cosas/. Es más la redimensión del Dios Omnipotente y Sempiterno la hizo Jesús. ¿A dónde están los verdaderos cristianos? ¿Quién, cristiano o no cristiano, se une a esta ‘redimensión’ que de Dios hizo Jesús?: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo(a)”. Sacar el contexto real de esta máxima de la filosofía, de la teología, de la religión y concientizarlo a nivel de ‘Conciencia Cósmica’ es redimensionar en uno de sus aspectos la noción de Dios. Dios no es una entelequia. Dios es una realidad consustanciada con nosotros mismos. Separar a Dios de sus creaturas es el absurdo de los absurdos. Sería lo mismo disociar al artesano de su hechura, la causa del efecto. Y en el caso de Dios más absurdo todavía, pues que si aceptamos, como decía el Apóstol Pablo que “en Dios vivimos, nos movemos y existimos”, tendríamos que romper la unidad intrínseca entre el manantial y su agua. Somos agua del Manantial Divino.
En ‘Clave 9’ aprendemos que “Dios es El Poder en la manifestación de sus fuerzas”. Esto es: toda existencia se corresponde con Dios en lo inseparable. Imposible separar la imagen del espejo. Somos imagen de Dios. Tan libres somos que en serlo nos hacemos semejantes a Él. En escoger y en aceptar, y aun más, en decidir o actuar, está lo grande o lo pequeño de nuestra condición humana. Si la escogencia, la aceptación y la decisión la hacemos sobre lo bueno, lo justo, el reino de los cielos será nuestro trono /en paz aquí en la tierra y dicha en la eternidad/; si es lo contrario, sucumbiremos aquí y allá. ¿Teoría? –Eleva nada más tu radio mental y gira en torno a lo bueno y justo, y habrás descubierto “las maravillas que el universo esconde a los sentidos”. Y en el universo tú puedes ser estrella resplandeciente con tan sólo obrar justicia /”los justos brillarán como estrellas en el cielo”/. Y obrando justicia deviene la trascendencia y, por ende, la capacidad de redimensionar /la noción de Dios, del hombre, del mundo de la vida y de las cosas/.
Jesús, que vino a perfeccionar “la Ley y los Profetas”, redimensiona lo anterior con la ley del amor: “Un mandato nuevo os doy: que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. La fuerza del amor lo transmuta todo. Revierte el odio y la venganza en abrazos de confraternidad /que es lo mismo que redimensionar la ‘Ley del Talión’ del “ojo por ojo y diente por diente” / y da a nuestra vida una visión más de lo justo: “lo que no quieras que te lo hagan a ti, no se lo hagas a otro”. De que se puede, se puede, y en esta vida hay ejemplos muy preclaros.
Jesús consagró su vida terrenal a enseñarnos cómo redimensionar la noción de Dios, del hombre, del mundo, de la vida y de las cosas. Si algo de religión hay en su prédica, es también una religión redimensionada, nos enseña a orar, a llamar a ese Dios guerrero, de sangre y de venganzas y de matazones:”Padre nuestro”. Un Padre que la humanidad no conocía. Las maldades del hombre eran atribuidas a Dios. Y así el hombre no era hecho “a imagen y semejanza de Dios”, sino que el hombre hacía a Dios a imagen y semejanza del hombre. Dios con Jesús adquiere su justo valor y dimensión en la mente del nuevo hombre. Y de aquí en adelante, decía Jesús, “no se ha de adorar a Dios con sacrificios ni en el monte ni en Jerusalén (o el Templo); Dios quiere que le adore el hombre en espíritu y en verdad”. Y si la ‘Revolución Francesa’ redimensiona la dignidad del hombre proclamando sus derechos y su libertad, no olvidemos que lo hizo con ‘sacrificios de sangre’ como en el ‘monte bíblico’, y Jesús dejó escrita para siempre su Constitución Redimensionadora:”No se ha hecho el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre”, por lo que derechos y deberes son inherentes al hombre como individuo y como ente social, y la institución debe estar al servicio del hombre. No hay institución, en la tierra, para Jesús, para el mismo Dios, mayor que el mismo hombre.
No olvidemos que en ‘Clave 9’, por el ejercicio armónico de la libertad, de la justicia y del amor, aseguramos la redimensión de nuestra propia mente, pues por tal ejercicio adquirimos ‘Conciencia Cósmica’, y ya no es necesario el silogismo de si Dios esto o Dios lo otro. La ‘Conciencia Cósmica’ ensancha nuestro ángulo de visión y nos eleva a sitiales de luz en donde la razón pierde función y se abre la racionalidad y la trascendencia, y entonces la fe es convicción ante la Presencia Divina. Entonces todo es, porque todo se hace evidencia, y no hay necesidad de buscar a Dios, mucho menos de negarlo. Es como si fuéramos en ese momento una onda expansiva que, en la medida en que se abre, más cerca nos sentimos de Dios.
No obstante, si alguien desea divagar remontándose al ‘topo urano’, libre es. Mas cuando se pone la intención de búsqueda de algo, de Dios, ya estamos en el camino de ese algo, y la sabiduría nos vendrá como compañera. Y así podríamos preguntar:¿Cómo pudo ese Dios hacerse a sí mismo, si los grandes filósofos lo han descrito como increado? Ya hemos dicho de ‘los opuestos’ / ahora lo creado y lo increado/. Si en nuestra lógica lo más normal son los pares de opuestos, aquí tenemos uno: creado (dentro este concepto somos) e increado (sólo Dios). Es más en las principales religiones orientalistas también existe el concepto del ‘Dios-Creador-Increado’, ‘un demiurgo hacedor de todas las cosas hasta de sí mismo, o de ser él por sí mismo’, caso de nuestro Dios.
No decimos ‘quién hizo a Dios’, porque esto sería caer en un círculo vicioso de preguntas, sino ‘cómo pudo hacerse Dios a sí mismo’. Aquí está la incógnita de las incógnitas; algo más que “¿qué fue primero, la gallina o el huevo?”. Hay que tener la mente muy fresca y en un estado de elevación tal que nos permita retro proyectarnos a la génesis de todo, hasta del mismo Dios; que sería lo mismo que tocar ‘el principio de los principios’. La mente tiembla al incursionar nada más que el tema. Es como si tuviera delante un cable de alta tensión, y temiera electrocutarse. No resiste la magnitud de la Presencia Divina. Se siente impotente.
Si bien un vaso no puede contener al mar, el mar sí puede contener al vaso, y llenarlo de la misma agua y quedar inmerso en el mismo mar. De igual modo sucede con la mente (el vaso) respecto a Dios (el mar). Será la incógnita de las incógnitas tratar este tema, pues que acabamos de decir que el vaso /nuestra mente/ no puede contener al mar /Dios/. Pero si bien no podemos contener a ese mar, sí llegamos a la conciencia de que “somos una gota de agua de ese océano; gota que se sabe océano ella misma”. Es decir, deducimos de esta inquietud por conocer de Dios, que se ha hecho algo familiar en nuestra mente, que esto, esta vida, mi vida, no puede ser un azar; que todo esto debe tener otro sentido que no ‘la casualidad’ /que de por sí, recurrir a ‘la casualidad’ ya es ignorancia supina/. La mente ve más allá de ‘la casualidad’. Mi mente sí ve más allá. Y es que en la medida en que ensanchamos el radio mental, la circunferencia que nos rodea también se agranda. O sea, en la medida en que nos acercamos a Dios, Dios se nos hace más grande /de nuevo:”sed perfectos como el Padre celestial es perfecto”, o sea, infinitos y eternos.
Adivina, adivinador sería la salida más inmediata al problema de Dios. Pero no queda más explicación para nuestra mente que aceptar ‘el principio de los principios, Dios’. Repito que esto es lo que paraliza la mente. Pero a lo único que podemos recurrir es a los dictámenes de nuestra mente. No hay más. Y nuestra mente conoce algo: que “es una gota de agua en el océano que se sabe océano ella misma”, que ella, y todo lo que no es ella, es en ese océano llamado ‘Dios’, y que si bien no puede meter dentro de ella a ese océano, sí se siente dentro de ese océano, por lo que hace a ese océano, ‘Dios’, el Gran Todo en el que toda existencia se ubica como ser, y todo es y nada puede dejar de ser. Los mismos ‘ateístas’ admiten que “la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”. De hecho están afirmando implícitamente que hay una realidad última increada que ellos, los mismos ‘ateístas’, por salir del paso denominan “caos primigenio”. Al fin y al cabo éste se originó por sí mismo, igual que decir: Dios se hizo así mismo. Es más, como gota de ese océano se pertenece a éste desde el principio, coexiste en alguna forma con el mismo Dios, sin tener que apelar a la nada. Y mi mente me dice que no somos creados de la nada, somos manación del mismo Dios, de su plugo divino, de su voluntad, de su amor. Somos su imagen verdadera. Si Dios es Todo, nosotros somos sus partes, aunque nos concibamos como dice la Biblia:”imagen de Dios”. Jamás hemos estado fuera de Dios, pues fuera de Dios ni la nada es concebible, pues que Dios habría necesitado de algo fuera de sí /ese absurdo de la nada/. Hemos sido en Dios, somos en Dios y no podremos escapar de Dios. Y “si en Dios vivimos, nos movemos y existimos”, no hay más pertenencia para nosotros y para las demás creaturas que Dios.
Hasta aquí mi redimensión del concepto ‘Dios’. En el plano teórico lo manifestó así. En el plano real de la vida concibo a Dios el hálito de ‘mi existir’, y en pensamiento, palabra y obra, dentro de mi debilidad humana, LO vivifico /lo redimensiono, procuro darle la justa dimensión que de mi parte merece como ‘EL VALOR ABSOLUTO’.

17 diciembre 2007




SOBRE LIBERTAD Y PROPIEDAD PRIVADA
-Salvedad al lector. Si la palabra ‘comunismo’, que enunciamos en este capítulo, hiere la sensibilidad de alguien, para eso es la ‘Clave 9’, para que aprendamos a situarnos en medio de los ‘pares de opuestos’ y procuremos ocupar siempre nuestro lugar de equilibrio entre ‘A’ y ‘B’ como proposiciones, y aprendamos a respetar cualquiera otra posición que no sea la nuestra. Aquí comienza lo grande, cuando en medio de las disidencias asumimos una postura de respeto y no de rechazos.
Alguien en su manera de percibir la palabra ‘comunismo’ me ha mostrado su sinceridad al expresarme:”...’Comunismo’. ¿No es ya una palabra, un concepto lleno de miseria, dolor y engaño? Sólo la palabra comunismo, para mí, es asociada a algo que ha reducido a los hombres a ser nada autónomos, a los que se les niega la dignidad…., me chirría cualquier ‘ismo’ realizado hasta ahora en este planeta, como para extrapolarlo a futuro”.
Cualquier autor se puede considerar un hombre público (escritor, pintor, artista, etc.) y debemos tomar la crítica como lo que es: ‘una crítica’, una manera de pensar del que observa nuestra obra, un punto de vista coincidente o no coincidente con el nuestro, y hasta que nos puede llevar a rectificaciones si consideramos que de verdad hemos cometido error. Mas no olvidemos las aristas que en cuanto a percepción puede tener cualquier objeto concreto, vocablo o imagen literaria, y que cada cual mira más que desde la visión de sus ojos con una òptica mental producto de luchas, aciertos, fracasos, vivencias, experiencias, etc., que han pasado por el escenario de su vida.
Aceptada esta crítica, sin prejuzgar en nada a quien la hace, tomo esta reflexión: “Gracias a comunistas y anticomunistas, el comunismo parece ser hoy el asunto más impopular, bochornoso y anacrónico. El término mismo ha sido denigrado, falseado, desbaratado, arrancado del discurso público. Es tiempo de replantearlo nuevamente. Si la palabra fuera regenerada, revitalizada y renovada, su retorno no podría ser más oportuno” (Tomado de Vocablo ‘comunismo’ de la página Google). Y esto es lo que pretendo hacer: ‘redimensionar’ esta palabra a la luz del mensaje ‘Clave 9’ y revitalizarla con la frescura de la Libertad, de la Justicia y del Amor. Cosa que considero justa dentro de mi misión como Profeta de una nueva generación. Y si bien insisto en “vino nuevo en cuero nuevo”, no hay contradicción entre esto y ‘comunismo’. El comunismo no es una idea agotada, sino desviada y pervertida como muchas de las cosas que toca el hombre. La necesidad de encontrarnos en un sistema en el cual ‘el todo social y de naturaleza sea de todos , por todos y para todos’, ‘comunismo’, para mí, no está en vetustez ni en caducidad, sino en aspiración muy propia y de bien para la humanidad. Y es mi opinión, y con esto no mutilo la opinión de los demás, que antes de echarlo al cesto del olvido histórico, merece, al menos de mi parte, una revisión y extraerlo en su pureza del fango de los radicalismos y distorsiones en que mentes inescrupulosas e intrascendentes lo han sumido. El universo mueve sus piezas como en un comunismo de leyes rígidas, aunque de causas y efectos que da flexibilidad al sistema y permite a las piezas cósmicas moverse en plano de equidad; y cuando un astro, como el sol, atrae hacia su seno alguna de las piezas sueltas, ‘la convierte en energía y no la destruye estérilmente’. Por ende que el vocablo ( y su concepto) ‘comunismo’ no lo doy en contradicción a “vino nuevo y cuero nuevo”. También en Cristo florece como algo compatible a lo del ‘vino y el cuero’ la expresión “regeneración de lo humano”, y esto otro: “para que todos sean uno”, “para que haya un solo pastor y un solo rebaño”, “para que haya paz y justicia en la tierra”, “para que todos os llaméis hermanos”; y en el Antiguo Testamento: “no edificarán para que habite otro, no plantarán para que recoja otro”. Y no es la letra lo importante, sino el espíritu de la letra. Y en el espíritu de la letra ‘comunismo’ todavía hay mucha tela que cortar. Generalmente las comunidades religiosas practican una especie de comunismo, y son muy anterior a lo que recientemente se nos ha querido vender en política como ‘comunismo’. Un Juan puede ser descuidado, malo y sucio. Otro Juan puede ser precavido, bueno y limpio. De manera que no es Juan en sí lo que hace que sea una persona buena o mala, sino la persona es la que puede manchar el nombre de Juan, Pedro, o ‘comunismo’ en nuestro caso. Por último, si los ‘ismos’ “chirrían”, también cabe aplicarse que el radicalismo (con sus gratuitos rechazos) es no menos ‘chirriante’ y manifiestamente dañino para la humanidad. Y cuanto a mi ‘reciclaje’ sobre el ‘comunismo’, alguien también que no soy yo lo ha dicho:”Es tiempo de plantearlo nuevamente… Su retorno no podría ser más oportuno”.
Y como anécdota en muchas ocasiones de mi vida, por el hecho de estar siempre al lado de la libertad, de la justicia y del amor, me han tildado de “subversivo”; mientras que los subversivos y no menos radicalistas, por no ser yo un ‘tirapiedras’, me han burlado como idealista. Así somos. Y así lo acepto. Pero no me detengo en mi pensar y en mi quehacer, por supuesto que en el respeto a los demás.
TEMA EN CUESTIÓN
Extremos de un parafraseo político serían: ‘libertad con hambre’ o ‘hambre con libertad’, ‘libertad sin hambre’ o ‘hambre sin libertad’, ‘sin libertad y sin hambre’. Yo escogería libertad sin hambre. Mas, si tengo libertad y tengo cubiertas mis necesidades biológicas como lo más elemental que se pueda exigir en esta vida, ¿sería suficiente para que un ser humano llevara una vida digna? Ante no más alternativa, tal vez sí. Pero el hombre no es un simple animal de mantenimiento corporal o de engorde. El hombre es como la luz de las estrellas que necesita ámbito universal para expandirse. Los dominios del hombre van más allá del comer. Sus anhelos son de dominio desproporcional a su revestidura animal. El hombre piensa, siente, quiere, sueña, ambiciona, se fija ideales y metas, convierte sus ideas en realizaciones materiales… El hombre como los astros y las galaxias es de vasto campo en su recorrido, y aún así el empíreo le queda corto, pues que su destino, más que lo espacioso y temporal, es lo sin mesura y eterno. Estamos llamados a “Sed perfectos, como el Padre celestial es perfecto”. Y es que somos cual imaginaria circunferencia de radio infinito. Por ende también el aserto del Apóstol Pablo:”Elevad vuestras mentes para que comprendáis cuán buena grata y perfecta es la voluntad de Dios”; cuán sin límites es vuestra existencia como parte del Gran Todo. Hasta el majestuoso deslizarse del cóndor por las alturas envidia al hombre, este ser sin alas, pero con espíritu para remontarse a lo inaccesible, de lo cual carece otro ser del planeta.
Pero este hombre arrostra los ímpetus de su naturaleza, que generalmente lo dominan y lo ponen en propensión de inclinarse por lo fácil y por lo cómodo, y no menos por lo degradante y perverso. Algo así le sucede como si estuviera atado al primitivismo animal y a una fiereza que supera a la de su cuna biológica. Los animales no se comportan así. Maquina la maldad. Mata impíamente a los de su misma especie. De lamentables ejemplos está llena la historia. Guerras genocidas. Campos de concentración hasta el exterminio por hambre, amén del más cruel de los tormentos. El hombre… Un ser de tanto abolengo en su escala existencial, pero de abominables hechos. Un ser, que si la tierra no tuviera poder de absorción, los charcos de sangre abrían superado a las aguas de los océanos. Un ser que ha burlado y pisoteado la ley divina hasta hacer bajar al mismo Dios a la Tierra.
Mas el hombre fue sometido a ‘tener que ganar el pan con el sudor de su frente’. Y en tiempos de verdaderas dificultades Dios lo alimentó con el maná del desierto. El hombre siempre ha estado y estará bajo las miradas misericordiosas de su Creador. Pero él ‘tiene que ganar el pan con el sudor de su frente’. Y ‘tiene que ganar el pan con el sudor de su frente’, porque su ley no es la ley natural, su ley es la ley del libre albedrío, ley que lo separa de los demás seres biológicos. Su condición de humano lo corona como rey de la creación en este planeta. Lástima que este rey tenga tendencias de tiranía y sus impíos actos sean atractivos de innumerables lacayos, que se prestan para sostener tal reino.
¿Podrá este tiranzuelo entregar este reino a manos, no de lacayos, por más ilustres que éstos mismos se proclamen, sino de hombres de conciencia más elevada? La Biblia está llena de presagios:”Todos serán llamados hijos de Dios”; “Un solo Pastor y un solo rebaño”; “Y habrá paz por siempre en la tierra”; “El reino de los cielos está dentro de vosotros”; “Nosotros esperamos otros cielos y otra tierra donde tenga morada la justicia”; “Del más pequeño saldrá un millar”; “El lobo y el cordero pacerán juntos”; “Morir a los 100 años será morir niño”; ”No trabajarán en vano, ni parirán para una muerte prematura”; “Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán de su fruto”; “No edificarán para que habite otro, no plantarán para que recoja otro”… Y ese Dios dice:”Antes que ellos me llamen les responderé yo”… “No habrá mal ni maldición en todo mi monte santo”… Y el monte santo de Dios somos nosotros sus hijos, para quienes nos está reservada la promesa: en esta vida y en la otra. Nuestro Hermano Mayor, El Cristo, vino a enseñarnos el camino hacia la patria de los hijos de Dios. Y en esta patria hay dos ciudades: la terrenal, para que, viviendo como hermanos (“Todos sois hermanos”) bajo un mismo techo, bajo una misma sociedad, la Jerusalén terrenal de la nueva humanidad, estéis preparados para gozar de la morada eterna o ciudad celestial.
Yo sí tengo la esperanza de que al elevarnos de conciencia…, de esta conciencia tan precaria que se está despertando aún en lo humano, y nos abramos a un plano superior de nuestro devenir, al plano de la ‘Conciencia Cósmica’, sí se concretará la promesa en realidad. La ‘Conciencia Cósmica’ no es conciencia de impulsividad y de afecciones o motivaciones estériles que sirven para que los más audaces en la maldad echen las redes para pescar incautos, someterlos y esclavizarlos, y los utilicen como viles lacayos. Tal es todavía el nivel mental de los humanos. La ‘Conciencia Cósmica’ tiene su basamento en el ejercicio armónico de la Libertad, de la Justicia y del Amor, en una conjunción de las palabras del Divino Maestro:”Si permanecéis en mi palabra, seréis en verdad discípulos míos, y conoceréis la verdad, y la verdad os librará”. Aquí está la justificación de los hombres de fe y de bien. Y ninguna otra cosa es el Mensaje del Cristo sino: Libertad, Justicia y Amor. Y nuestra meta en la tierra es ser verdaderamente libres. Y sólo seremos libres, si nos acogemos como sistema, sine qua non, a los mandamientos del amor y de la justicia, cuya práctica induce al conocimiento de la verdad y ésta, por consiguiente, a la plena libertad. Y cuando decimos Libertad, Justicia y Amor nos expresamos no en términos de primacía uno del otro, sino en correspondencia de los tres; no uno sin el otro. Esto es: Libertad, en tanto que se corresponda con Justicia y con Amor; Justicia, en tanto que se corresponda con Libertad y Amor; Amor, en tanto que se corresponda con Libertad y con Justicia. Y así, a este nivel, se da la ‘Conciencia Cósmica’. Conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia. Y no es así la conciencia que nos mueve actualmente, por más que la creamos desarrollada. Que lo que hemos desarrollado es ciencia y tecnología al servicio de la mentira en mayor parte; muy poco a favor de la verdad, y los frutos están a la vista. Por labios del Profeta Miqueas, resumimos los frutos de hoy:”Todas las manos están prontas a hacer diestramente el mal; el príncipe hace extorsión, el juez juzga por cohecho y el grande sentencia a su capricho, y pisan al justo como a rama de zarza que sale derecha del seto…”. Y sin juzgar a nadie, hay quienes ayunan y cometen abominaciones. Y dice el Señor:¿Sabéis que ayuno quiero yo?... –Romper las ataduras de la iniquidad, deshacer los haces opresores, dejar ir libres a los oprimidos y quebrantar todo yugo; partir su pan con el hambriento, albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y no volver tu rostro ante tu hermano…”. Mas la mentira cunde sus efectos hasta en la contaminación ambiental. Y debajo de ésta hay mucha podredumbre, como la del oro negro que reviste de placeres, no a quienes lo extraen con sudor y sacrificio, sino a los usurpadores del poder terrenal que se enriquecen a costa del dolor ajeno; y éste es uno de los yugos que hay que quebrantar (“quebrantar todo yugo”).
Para “quebrantar todo yugo” no necesariamente se ha de recurrir a la mentira hecha fratricidio. No más derramamiento de sangre. No más tortura. No más infamia. El hombre nuevo, el hombre regenerado (“regeneración de lo humano”) de que nos habla Jesús, ha de utilizar métodos nuevos (“medios en proporción al fin”, PALABRA DE MANUEL, PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE ‘CLAVE 9’). O sea, si queremos una sociedad más libre, más justa y más amorosa, tenemos que valernos de “vino nuevo en cuero nuevo”, y este vino es la Libertad, la Justicia y el Amor. Y no bastan ideas solapadas, subterfugio de las canalladas de la ‘antihistoria’ (historia irracional e inconciente y alimentada de bastardos intereses que benefician a un grupo y perjudican a la humanidad entera). ¿¡Hasta cuándo!? “Vino nuevo en cuero nuevo” implica desarrollo de lo humano en lo individual y en lo social, sin menoscabo a lo que de trascendental hay en el hombre, su espíritu. Sin ideas contradictorias de malconcebidos ‘pares de opuestos’. Ideas éstas que engordan a unos cuantos y enflaquecen a muchos . Ahora las ideas han de estar cimentadas sobre un gran ideal: un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor. Y sobre este ideal comenzar a construir la patria nueva, la patria terrenal, que en la medida en que edifiquemos ésta, tendremos garantizada la morada eterna. Si aquí gozaremos de una mejor vida del ciento por uno, allá se nos acrecentará la cuantía con gloria eterna. Y es también para nosotros: “Estos son los verdaderos adoradores que el Padre busca”. Esto es “adorar al Padre en espíritu y en verdad”. “Mentiroso el que dice que ama a Dios y no ama a su hermano”. Y “adorar al Padre en espíritu y en verdad” no está reñido con una sociedad ideada y planificada, y realizada según Libertad, Justicia y Amor. Y esto no es de ángeles, sino de seres humanos libres y concientes.
Alguien podría decir: ¿Y por qué mezclar a Dios en las cuestiones de los hombres? Múltiples podrían ser las respuestas. Yo argumentaré: porque no somos bichos. Porque si ese alguien no ve más allá de sus narices, otros sí ven. No por el hecho de que una persona no sepa sino sumar y restar dice verdad al negar que exista la multiplicación, la división y otras reglas de intrincada matemática. Ejemplos sobrarían muchos. Y si alguien no ve más allá de sus narices, porque esté afincado a sus propósitos individualistas y materialistas, no por ello otros dejan de percibir las demás cosas que imprimen los sentidos y las que llegan según menor o mayor amplitud de cada mente y de su espíritu de trascendencia. No sólo es el interés lo que priva en los hombres, sino también sus ideas trascendentales. Que predomine todavía lo primero sobre lo segundo, no es de extrañar dado el proceso tan lento de elevación mental que llevamos. Pero si de humano es errar; de humano es rectificar. Si la basura es reciclable, el hombre también lo es en su renovación de ideas. Ideas que hay que redimensionar, no con esquemas anacrónicos de pensar sólo en la ‘propiedad privada’ como acaparamiento de tierras, de aguas, de espacio aéreo, de posesiones y lucro sin fin, y sobre todo sin control. Muy mal instituida está la ‘propiedad privada’, sea propiedad individual o de Estado. Y muy mal entendida y aplicada la palabra de Dios para los favorecidos por la fortuna y por el poder temporal. Élites de los dos grandes poderes en la Tierra: la riqueza y el mando. Frente a la abundancia de los avaros y sin escrúpulos se ha puesto el paliativo de la caridad y de la limosna, o políticamente de la ‘ayuda’, como si esto fuera el concepto de una ética divina o de una justicia verdadera, que no existen y que contrastan con lo que conocemos como ley divina del amor impresa en cada uno de los seres humanos. Y ”Lo que no quieras para ti, no lo quieras para tu prójimo”. Pues si no quieres el mal, la represión, el latrocinio, las vejaciones y humillaciones, la represión, el hambre y la miseria para ti, no lo quieras tampoco para tu hermano. Todos por igual nos pertenecemos a una misma naturaleza y a una misma condición humana, y todos tenemos las mismas necesidades. Sí es verdad que la astucia de unos se sobrepone a la inocencia y falta de oportunidades de otros, y la maquinaria de la iniquidad rueda hasta por control remoto. Hasta ahora el enriquecimiento de unos es en sobrepeso y penurias para otros. ¿Mas quién arregla esto? ¿Quién pone las cosas en su sentido más equilibrado y justo? Sin duda que el mismo hombre. ¿Pero, de qué vale rezar y rezar o quejarse y quejarse? Vale si el rezo y el quejarse están acompañados de buenas ideas, de buenas obras, de buena voluntad y de decisión y coraje para “romper las ataduras de iniquidad…” no con violencia, sino dándole expresión de ‘lo nuevo’ y de ‘regeneración’ a la vida individual y social. Y repito : redimensionando la concepción que tenemos del hombre, del mundo, de la vida y de las cosas, y hasta de Dios (de quien esperamos cómodamente que El nos resuelva los problemas que acariciamos con nuestra apatía y con nuestro interés). Todo ello a la luz del gran ideal de Libertad, de Justicia y de Amor que nos ha de elevar de conciencia, cuyo nuevo estadio es la ‘Conciencia Cósmica’.
Yo infiero la noción de Dios en nuestro pensar como algo necesario. Yo siento su presencia en todo cuanto me rodea. Y no sólo percibo el mundo sensible, sino su reverso, lo otro, la otra cara de la moneda, y hasta puedo dar vueltas a la moneda y revertir las dos caras en una sola como el espejo en el cual me veo en esencia. Y si tú, amable lector(a), no crees esto, no se trata de creencias, sino de que te eleves un poquito más mentalmente y, como hemos dicho del Apóstol Pablo, “comprenderás cuán buena, grata y perfecta es la voluntad de Dios”. ¡Cuán buena, grata y más perfecta sería nuestra estadía en esta dimensión, si obrásemos más racionalmente!
En mi librito ‘TESTIMONIO III’, década de 1980, dejé asentado mi criterio sobre la ‘libertad y la propiedad’, y en él, refiriéndome al Concilio Vaticano II, que proclama que “los beneficios de la civilización pueden y deben extenderse a todos los pueblos”, escribí que tal “persuasión” era altamente difícil de lograrse Y añadía que . Más tarde publiqué ‘TESTIMONIO VI’ en el que he hecho acotaciones sobre un ‘ESTADO PREVIO’ a la “NUEVA GENERACIÓN ‘CLAVE 9’”, que es el motivo de mi profecía cósmica. Ambas lecturas las sugiero para que se vayan abriendo mentes y despejando caminos que desemboquen en una humanidad más libre, más justa y más amorosa, como el mismo Dios lo augura en la Biblia y como el sentido común lo espera.
¿Será democracia, monarquía, dictadura, socialismo o comunismo el ESTADO que ha de erigirse en los pueblos para que los beneficios sean para todos y cada uno de los habitantes del Planeta? De mi parte, contemplando lo Divino, lo natural y lo humano en una sincronización tan armónica y tan perfecta, me inclino por lo que observan mis ojos y escudriña mi mente: por el comunismo. Veo en la naturaleza un reloj tan preciso y tan cronometrado en el movimiento de sus agujas y con tal interacción entre sus partes y su todo, que en sollozos de alegría alabo al Gran Relojero, que es quien ha dado impulso y finalidad al reloj de la vida. Y me sumo en las profundidades de mi ser y oigo el ‘tic-tac’ de ese reloj, que no necesita ni darle cuerda, ni pilas, para marcar sus horas, sus minutos, sus segundos… Todas las piezas (individuos de la especie humana) trabajan al unísono y en función de la unidad (o sociedad). Un comunismo tan perfecto que no necesita comentarios. Quizás el hombre, en sus aleteos futuristas, mirando un poco más allá en su devenir, haya tenido el señuelo de adelantarse, al menos en la intención, creando la doctrina socialista y comunista. Doctrina errada en sus principios de “no importan los medios con tal de conseguir el fin”. En ‘Clave 9’: “Los medios han de estar en proporción a su fin”: En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor, para el amor. Los tres en reciprocidad como hemos dicho anteriormente. E interpreto las palabras de Jesús:”No se ha hecho el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre”. Y haciendo parangón: No es la hora al servicio del reloj, sino el reloj al servicio de dar la hora. La hora sería el hombre, la sociedad, como unidad de lo humano; el reloj, el Estado. El Estado debe estar al servicio del hombre, y no el hombre al servicio del Estado. Mas entre Estado, como un todo social, e individuo debe existir la misma dinámica que entre el reloj y la hora, y la hora y el reloj. El todo (Estado-sociedad en función del uno (individuo) y el individuo en función del todo (Estado-sociedad). Que en ejemplo sencillo sería un Estado que forma a sus individuos no para lanzarlos al azar y al egoísmo, sino para que, haciendo uso de su libertad, sin excederse, se sientan miembro de su sociedad y se armonicen con ella y colaboren con ella como su todo. Que el individuo pueda exclamar con integridad: ¡Mi patria y mi todo! Porque en mi patria estoy yo, y en mí late mi patria, mi sociedad, mis demás hermanos. ¡Qué bello poder decir ‘gracias a mi patria’, a mi sociedad, a mi hermanos, que me acogieron en bienvenida cuando llegué a este mundo, y me cuidaron y me cultivaron, y heme aquí realizado para continuar en esta rueda de calor humano, como lo quiere Dios! Un comunismo de todos, por todos y para todos, no de todos los de abajo en provecho de los de arriba.
¿Y el sentido de democracia actual que es considerada como el sistema social y político mejor concebido? –Mejor concebido hasta los momentos, pero sus resultados siguen siendo funestos: abismo entre ricos y pobres. Ricos amparados en leyes de ‘propiedad privada’ dictadas en ley del más fuerte. Ricos que cuanto más tienen más quieren. Ricos sin piedad, y si dan algo es como limosna. Ricos que pueden argüir que han hecho fortuna gracias a su iniciativa, a su sacrificio, a su inventiva, a su tesón… Cómo no. Pero con la tripa cual saco roto que nunca se llena. Siempre ambicionando más y más. Nunca en un límite que permita, a los que contribuyeron con su verdadero sudor a que forjaran sus riquezas, una oportunidad que les asegure también a ellos cierto bienestar. El reloj de la democracia detiene sus agujas y marca muy bien las horas de la ambición y de la posesión de fortuna y de poder. Un reloj amañado al campanazo de la opulencia y de la ostentación. Las horas de la pobreza y de las necesidades de la población en general se las saltan las agujas. Uno que otro campanacito de promesas y de dádivas resuena para la cosecha de votos que ha de mantener a los de arriba en su sitial “democrático”. Y sálvese el que pueda. Y si alguien de abajo tropieza con la piedra-suerte, que suba también a las reglas del juego de los de arriba. Y desde arriba todo es muy bonito. La ley de la ‘propiedad privada’ ensancha el arca del egoísmo. Y continúa la cadena de los ‘opuestos’, no como diferentes y en empatía, sino como ‘contrarios irreconciliables’. La tradicional lucha de contrarios entre ricos y pobres. Lucha que es una herida abierta y sangrante en mi alma como humano, y que me incita a evocar aquella lectura que hiciera en el templo el Divino Maestro: “El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió para predicar la buena nueva a los abatidos y sanar a los de quebrantado corazón; para anunciar la libertad a los cautivos y la liberación a los encarcelados… “. En Cristo se rompen cadenas. Cristo es “alfa y omega”, “principio y fin”. Principio y fin que no indica polaridad de contrarios, sino un principio y un fin en su propia entidad divina, la cual nos la ha manifestado para que aprendamos a ser como El, principio y fin de nosotros mismos en Dios, que imagen de Dios somos; una entidad propia, sin necesidad de más propiedad (‘privada’), pues que todo se conjuga en mí. Soy libre por esencia, y no por ‘la propiedad privada’. Mi esencia es superior a la necesidad de posesión de bienes materiales. Estos no son para los hijos de Dios, para los hombres que obran justicia, un atributo de su esencia, sino algo que satisface parte de las necesidades de nuestra vida terrenal. Y en el hombre hay otras necesidades que no son las del cuerpo:”No sólo de pan vive el hombre”. Mas aunque la ‘propiedad privada’ no es un atributo de nuestra esencia, sino algo adquirido en nuestro hábitat, como entes racionales podemos hacer uso y disfrute de ella; pero como entes racionales, no como caníbales y depredadores de su misma especie. Y como entes racionales tenemos que empezar desde ya a comportarnos. Y ser libre no implica ser dueño de medio mundo. Como seres racionales tenemos que tasar la ‘propiedad privada’, que es causa de discriminación social cuando excede límites.
¿Mas cómo poner en funcionamiento ‘el reloj-Estado’ que regule, sin mutilar la libertad, el área de la ‘propiedad privada’? Ya hay como un despertar por el bienestar de la humanidad. Al menos asoman inquietudes. Lo cual indica que la mente se está abriendo a nuevas posibilidades, aunque nubarrones de guerras, terrorismo, tráfico de drogas, armamentismo, y flagelos del hombre contra el hombre estén en las primeras noticias del día. Yo no puedo construir tan complejo ‘reloj-Estado’. Mas yo asomo ideas y remuevo cenizas. A mi lado y detrás de mí hay más hombres de buena fe. Sólo falta, repito, voluntad, decisión y coraje. Y busquemos consenso. La sociedad estratificada en sectores (de profesión, oficio, etc.) favorecen las condiciones, a pesar de los males que nos azotan, para ir poniendo la primera piedra del nuevo edifico de la humanidad. Imposible no lo es. Y más que posible es factible. Un imprevisto fue suficiente para que el barco que pretendía llegar a las Indias y dar así la vuelta al mundo por esa ruta, cumplimentara la profecía de encontrarse en “las islas lejanas” (Is. 66,199), las Américas para mí. De manera que no descartemos un nuevo descubrimiento como un eslabón más de superación en nuestra trayectoria histórica. Ya no hay islas lejanas. Ya el mundo resulta pequeño. Ahora, cuando lo de abajo se ve desde arriba y lo de arriba desde abajo, es más fácil poner la lupa sobre lo interno, sobre lo humano, y perfeccionar nuestro modo de vida. El que busca, encuentra. Y el que porfía, vence. No esperemos que la tercera bestia apocalíptica nos tenga que “marcar la mano derecha y la frente para poder comprar o vender”. Sí estamos advertidos de que la bestia “tiene una herida de espada y que ha revivido”. Si no nos acorazamos bien con la ley del amor plasmada en hechos de libertad y de justicia, la embestida de la bestia está presta para imponernos su sello. Y la amenaza esta vez es para “todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos”. Yo cumplo con lo mío: advertir y ayudar, para que “la regeneración de lo humano” se haga realidad. El sistema que se escoja, ‘comunismo o no comunismo’, las circunstancias y los hombres lo determinarán.
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel, Profeta de ‘Clave 9’.




16 diciembre 2007

EN CABEZA AJENA Y EN CABEZA PROPIA


En cabeza ajena es muy fácil decir: reza; la oración es potentísima; ten fe; confía en Dios… Lo cual es lo mismo que cuando alguien tiene buena salud y no conoce lo que es estar enfermo y a modo de una persona inconsciente recomienda o la oración, o la distracción o prácticas esotéricas de poca monta. Y es que el aguijón del dolor no ha herido los propios sentimientos. Las aguas de nuestro ser están claras y serenas. Cosa distinta suele acontecer cuando el dolor, la incomprensión, la adversidad o una particular y desagradable situación nos visita. Sobre todo si, como dice el adagio, ‘no estamos curados en salud’, no estamos preparados para enfrentar: bien lo que se veía venir o bien lo imprevisto.
Las palabras de Cristo, el Hijo de Dios, nos invitan a superar el dolor, a sublimar el sentimiento herido o contrariado. Si bien dicen “orad”, “pedid”, también conllevan a que imitemos el ejemplo que El nos dio:"Padre, si es posible, aleja de mí este cáliz. Mas no se haga mi voluntad , sino la tuya”. Y aquí radica el ‘quid’ de ser cristiano de verdad, o, al contrario, serlo de conveniencia, facilismo, ignorancia o fanatismo. El cristiano de verdad se despega de la alegría y del sufrimiento, y acepta la realidad con pies en tierra y con la mente en lo trascendental y , si el caso lo requiere, con el corazón en la humanidad (con el desprendimiento de sí mismo, en caridad a su prójimo). Casos hay de madres que al concebir y dar a luz a su criatura la ofrecen a Dios, y desde ese mismo momento parecieran encarnar los versos de Kahil Gibran: “Tus hijos, no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y, aunque estén contigo, no te pertenecen”.
Madres que, al hacer esta consagración, se han liberado de las amarras del dolor y han desviado el curso del sufrimiento por la pérdida de un hijo y han atraído en su transitar de madres el don de fortaleza y el de la santa resignación o consuelo de gloria de parte de Dios. Y madres así las hay todavía. Y hombres de verdadera fe en Dios también los hay. ¡Pobre hombre o mujer que ponga su esperanza en las cosas de esta vida!
Decían a Jesús los apegados a este mundo:“Duras son tus palabras, Maestro”. Muy duras quizás. “Cristo hablaba en parábolas, pero a sus discípulos les explicaba”. Y ellos aprendían del valor de la oración. Y quien se precie de ser cristiano (discípulo de Cristo) debe asimilar el contexto de todo su mensaje; no palabras sueltas y de conveniencia personal o de un entretenimiento cuando las cosas de la vida salen bien. ¿Y cuando salen mal? Ah, si salen mal: “¿Por qué Dios permite esto? Tanto rezar, para nada”. Y lo que era una fe deslumbrante en la cumbre de ‘doña felicidad’ se convierte en tinieblas y en tormentas de desconcierto cuando llega una hora no deseada. Rayos y truenos ofuscan y amedrentan el alma y la hacen sucumbir a oscuros abismos de lamentaciones y desesperación. Y es que en cabeza ajena todo es muy bonito, y es hasta placentero enseñar a otros a orar. Mas cuando llega la hora… Hay, pues, que estar preparados para lo agradable y para lo desagradable. Hay necesidad de elevar nuestro nivel de conciencia (a ‘Conciencia Cósmica’, que nos sitúa con equilibrio entre los pares de opuestos (bien-mal)) y entonces comprenderemos mejor cuáles son los designios de Dios respecto a nuestras vidas y por qué la oración es un arma de vencedores. Y el que vence en ley del espíritu, si bien pide aún lo material y otras cosas como la salud personal, familiar y de amigos, espera siempre la respuesta en la voluntad divina, y acepta la respuesta aunque sus peticiones no se ajusten a los resultados. Sus peticiones ante Dios son como la inocencia del niño, “a quien un padre no le va a poner un cuchillo en sus manos”, y se entrega, como el niño, a los brazos del Padre en el que halla todo alivio. ¿Pero cómo va a ser un ‘cuchillo’ la petición por un ser querido? ¿Acaso es malo pedir esto? –“El pensamiento de Dios no es igual que el de los hombres”. Generalmente las peticiones humanas están encaminadas a satisfacer necesidades físicas; raras veces espirituales. Por la ‘Conciencia Cósmica’ miraremos un poco más arriba atendiendo a la gran meta (la vuelta al Padre). Es más, con la oración podemos caer en el absurdo de asumir las responsabilidades de otros. Cada individuo debe responder a las leyes preestablecidas, y nuestra oración puede convertirse en una interferencia indebida. La Biblia, en sus grandes profetas nos han enseñado a decir:"Aquí estoy”. Y mi oración cotidiana ante el Padre es ésta: 'Aquí estoy’, Padre, Y dispuesto a conducir la nave de mi existencia bajo tus miradas; sin esperar recompensas, pues que en la justicia divina todo está dado en gloria. Mi fe así es entrega y confianza; sin esperar nada a cambio. La llenura es ley infalible.
No se debe pasar por alto esto otro del Cristo:"El que quiera venir en pos de mí, tome su cruz y sígame”. Y tomar la cruz de cada uno no es sino aceptar la voluntad plena del Padre. “Y la voluntad de Dios es buena, grata y perfecta”. Sus verdaderos seguidores han dado y dan testimonio de ello. Y fuese en la alegría o en el dolor, de igual modo bendecían y alababan a su Señor. ‘Estaban curados en salud’. Habían comprendido el significado de ser cristiano y en la ‘aceptación’ percibían cómo el sufrimiento de aquí se les transmutaba no sólo en gloria del más allá, sino que recibían el don de fortaleza y el dolor perdía su trágico matiz de agobio, al tiempo que sus espíritus irradiaban en gozo. Su Maestro les había enseñado que “las cosas de este mundo no sirven para nada; las espirituales son las que dan vida eterna”. Y llenaban su espíritu. Y las cosas de aquí abajo les estaban sometidas.
Tal vez olvidamos o desconocemos que la meta del hombre no está en esta dimensión, sino en la dimensión-luz, en un más allá del devenir de nuestro ser. De manera que estar aquí es mero tránsito. Y la estadía en la dimensión sensible puede ser tan precaria como que apenas se produce nuestro engendro podemos morir. Permanecer aquí por x tiempo no nos está dado predeterminarlo. Un cúmulo de leyes naturales condicionan nuestra vida. Y el que haya sido engendrado está sometido a ellas . ¿Mas qué hay detrás de estas leyes de causa y efecto? ¿El misterio? Detrás de lo sensible (del anverso) se halla el reverso, la otra cara de la moneda de nuestro propio ser, que a su vez está enmarcado, como el minutero del reloj, en la esfera de las coexistencias emanadas del PODER EN SÍ, que llamamos Dios. Por ende el dicho de Pablo Apóstol:"Vivimos, nos movemos y existimos en Dios”.
Venir a esta vida o no venir a ella obedece a múltiples causas. Una, lo ignoto y que atribuimos a la voluntad divina. Otras de carácter natural de los elementos que intervienen en la reproducción. Pero una vez que se produce el engendro todo puede suceder dentro o fuera del útero materno. Si dentro de éste, causas internas o externas que con los adelantos científicos y tecnológicos se pueden detectar. Si fuera del vientre materno, un sinfin de causas ( enfermedades, accidentes, suicidios, homicidios…).
Bien cantaba el poeta:
"Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte
Tan callando….. (J. Manrique).
Y San Juan de La Cruz y Santa Teresa de Jesús cantaron lo mismo: “muero, porque no muero”. Avivaron el seso y despertaron a la vida. Y lucharon en lucidez de cabeza propia frente a las adversidades y al dolor. A cada latigazo que les daba la vida, se avivaban y despertaban más sus almas y siempre alabando, sin dudar de su oración ni de su fe. Veían que la ‘muerte les venía tan callando’. Y la muerte, y el dolor, para ellos era la puerta de entrada a la patria celestial. Tenían por evidencia: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir…”. Y en vez de agostar sus aguas con quejidos y quebrantos, las acrecentaban en caudalosos torrentes de amor y de fecunda acción según el mandato divino. Y por eso su ‘morir era vivir’. Mientras que para muchos cristianos es al revés: su ‘vivir es morir, dolor y sufrimiento sin remisión’; con un soplo de adversidad se dejan arrastrar como ante un devastador huracán. Pero…, en la viña del Señor no caben peros. Hay que embriagarse con el vino de esas uvas imperecederas. Y el vino de esa viña es de pleno conocimiento y convicción de qué hacemos aquí, de dónde venimos y a dónde vamos, partiendo de lo que somos: energías superiores con forma de humanos, átomos y moléculas de la vida misma, que es Dios.
Alguien, leyendo estas páginas en borrador, me dijo:”¡Ay, si yo hubiera sabido de estas cosas cuando estaba perdiendo a mis seres queridos! Pero el peor ¡ay! es, pienso, el de los que ya vamos sabiendo, pero nos comportamos como cualquier ignorante. ¡Peor será nuestra tristeza y abatimiento!”.
…Y aunque la vida sea más amarga para unos que para otros, El que nos da el ser y todo lo sustenta, es justo y misericordioso. Y la vida no termina aquí. La vida… Somos vida en lo eterno. Y esta vida no es sino un hito en el devenir de nuestro ser. ‘Somos en Dios. Vivimos en Dios y nos movemos en Dios’, repitiendo lo del Apóstol. Venimos de Dios y a Dios vamos. Y si estamos aquí es como expresión de la voluntad divina. Y “la voluntad de Dios es buena, grata y perfecta”. Eleva tu mente y sobrarán mis palabras. Mientras tanto, yo ante lo bueno o lo malo, en ejemplo de Cristo, sigo orando al Padre. “Y cuando ores, entra en tu cámara secreta. Antes de que hables ya el Padre te ha escuchado”. “Y no se cae ni un cabello de tu cabeza sin la voluntad del Padre”. Nuestros días, pues, están contados. “Del Padre vengo y al Padre voy”. Y en el Padre espero abrazarme con mis lectores.
TÚ VALES Y MERECES MUCHO MÁS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel, Profeta de ‘Clave 9’.

NUEVA GENERACIÓN 'CLAVE' HACIA UN NUEVO ESTADO


‘Clave 9’ nace el 16 de Junio de 1979 por ‘arrebato cósmico’ que, de parte de Seres de Luz, tuvo el Dr. Manuel González Avila, quien desde entonces está consagrado a impartir el mensaje ‘Clave 9’ como su ‘profeta’. Y el nombre ‘Clave 9’ viene dado en el mensaje, denominado éste ‘PALABRA DE MANUEL’, como “misión 9”. Alguien envió un libro (‘ESDRAS RASIT’) a Manuel en el que se explica que la humanidad tiene que recorrer 10 dimensiones; ya ha recorrido 1 y ahora ha comenzado la número 9. Explicación ésta que no extraña Manuel, pues Manuel está convencido de que así como él ha sido contactado, también pueden haber sido contactados otros hermanos, entre éstos el autor de ‘ESDRAS RASIT’, Francisco Arturo Mejías.
La ‘NUEVA GENERACIÓN ‘CLAVE 9’, es un mensaje de Libertad, de Justicia y de Amor en base a forjar un nuevo tipo de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’, que, al decir de Faber Kaiser, es “algo más de lo que estamos acostumbrados a ver, a oír, a conocer, a creer” . Sí, ‘Conciencia Cósmica’ es “algo más” que todas las vivencias y experiencias habidas en la ‘antihistoria’ (historia a ciegas, impulsiva, irreflexiva, del momento; sin planificación de futuro para la humanidad, sí hecha según intereses personales y grupales). La ‘Conciencia Cósmica’ es germen de un hombre nuevo, dueño de su destino como individuo y como especie, y de una humanidad nueva y, por consiguiente, de una historia que ha de reflejar la acción positiva del hombre por el hombre y para el hombre. Historia en la que desaparecerá todo tipo de discriminación, pues que es el hombre como individuo y como sociedad el eje de todo. Un hombre forjado en un ‘EN – PARA’: En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor para el Amor. Un hombre nuevo en una sociedad también nueva, sin remiendos (“vino nuevo en cuero nuevo”). Las mismas circunstancias ambientales contribuirán con este aserto, pues que nos pertenecemos a un todo sincronizado y armónico, amén del indiscutible factor educativo que se desprenderá de las nuevas políticas de consenso que han de surgir. Las mismas distancias entre la tierra y el universo se acortarán y un planeta no muy lejano nos brindará un nuevo albergue para que nuestro devenir por esta dimensión se perpetúe. Y ello junto a un nuevo germen que nos revitalizará. Germen de nueva conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. Y tendremos un renacer superior al de la modernidad que siguió a la nueva concepción de la Tierra girando alrededor del sol, y al hallazgo del Nuevo Continente. Un renacer superior, porque la dimensión de la ‘Conciencia Cósmica’ también lo es. Será como si el “reino de los cielos” de que nos habla Jesús se acercara. La realidad es que ese germen (‘Conciencia Cósmica’) lo traemos como dormido por dentro y ya está apuntando su despertar. Tras el invierno de la ‘antihistoria’ deviene la primavera de una nueva vida para el hombre, manación éste del Hacedor que se caracteriza entre los demás seres que pueblan la Tierra por su espíritu emprendedor, su libre albedrío y su capacidad creativa. Su mente conjuga lo presente, lo pasado y lo futuro. Es el hombre un ser superior y de valía (imagen de su Hacedor). El hombre introyecta cuanto le rodea, y aún procesa sus mismos adentros, y proyecta sus pensamientos, sus sentimientos y sus ideas. Y ahora, quizás pronto, muy pronto, se asomará a la ventana de la ‘Conciencia Cósmica’ para dar apertura a la ‘NUEVA GENERACIÓN’ a que está llamado en el devenir de su ser. La ‘Conciencia Cósmica’ es el hito que cierra lo viejo para dar paso a lo nuevo, por ende que no quepan remiendos. El mensaje ‘Clave 9’ viene a confirmar de este hito, cuyo campanazo ya resuena en las mentes y en los corazones de gentes de todas las latitudes. Es como el grito esperanzador del hombre que ha de nacer. Por supuesto que para este parto de hombre nuevo tendrán que temblar las naciones enteras. A las buenas el parto, aunque doloroso, será feliz. A las malas podría haber calcinación, y funestas serían sus consecuencias y lo que haríamos sería demorar una humanidad más libre, más justa y más amorosa. Y no olvidemos que Dios no tiene prisas; somos nosotros los que no debemos perder tiempo.
En ‘Clave 9’ estamos concientes de que para arribar a la ‘Conciencia Cósmica’ no se trata de un ‘abracadabra’, sino de un “proceso lento y dificultoso”, como también dijera Faber Kaiser. Y es lento y dificultoso el proceso porque hay que romper muchos esquemas mentales (políticos, religiosos, y doctrinarios de toda índole) que parecieran ser lo inmodificable, cuando en realidad un soplo hace que se derrumben los imperios más poderosos. Vendrán muchos imprevistos que desconcertarán a los poseedores del ‘poder’ que se verán obligados a soltar las riendas del viejo orden (hoy llamado capitalismo, democracia de derecha, de centro, de izquierda, etc…). La influencia de lo de arriba no tardará en reflejarse sobre lo de abajo. El Todo no es dual; es único y armónico, y en proceso de devenir (evolutivo). Mas al hombre le está dado irse preparando para ese momento. De aquí el mensaje ‘Clave 9’, procedente de Arriba para todos y cada uno de los de abajo. El hombre, por demás está decirlo, no es animal de sumisión ni estático, sino libre, emprendedor, de dominios y de expansión; y por ende sus hitos sociales, como este nuevo que se avecina. Su ser ya se está abriendo a nuevas posibilidades de su realización personal y social. Un nuevo hito en su devenir se está desplegando y la ‘Conciencia Cósmica’ será su motor. Conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia que abarca toda la potencialidad de su ser, no como hasta ahora afincado a la idea de ‘hombre político’ en el concepto dual de ‘lobo y cordero’, sino de ‘hombre cósmico’. Hombre con sentimientos e ideas de humanidad, no sólo capaz de remontarse a las estrellas, sino de sumergirse en el mar de su magnificencia humana. Hombre con caparazón de carne y hueso para afrontar las inclemencias de su medio natural y al mismo tiempo con reconocimiento de su espíritu y de que su meta es el más allá. Convencido de que por un hito vino y por un hito se va a los antros de su mismo origen. La 'Conciencia Cósmica' lo faculta ahora para el logro de ese paso en lo trascendental. Dios dejará de ser objeto religioso en mentes ignorantes y fanáticas para ser: ‘El Pastor de un solo rebaño’. Rebaño de lo Divino en lo humano y de lo humano en lo Divino. Y escrito está: "Todos me conocerán, desde el más pequeño al más grande… Y no tendrán que predicarse unos a otros a Dios”. Y nada ni nadie podrá sustituir a la esencia divina que portamos en nuestro ser. Y como decía el mismo Jesús: "A partir de ahora se ha de adorar al Padre en espíritu y en verdad”. Y la ‘Conciencia ‘Cósmica’ nos induce a este estado de unidad con el TODO. Sin miedo a nada ni a nadie podremos exclamar: ¡Dios y hombre; hombre y Dios! No será la política de ‘antihistoria’ la que determine al hombre, sino su propia conciencia (‘Conciencia Cósmica’). Y es entonces cuando la misma política se ha de humanizar. Ahora, por más intentos de superación que se estén haciendo en algunas políticas de estados, el tinte político es todavía de conveniencia personal o grupal, y la pirámide que rige es vertical de ‘arriba-abajo’. Pirámide que en ‘Conciencia Cósmica’ se revierte de ‘abajo-arriba’, sin predominio de partes, y de ‘lado a lado’, bajo la única jerarquía de la igualdad, en correspondencia de derechos y deberes, y en atribuciones de representación y participación de cogobierno; sin entuertos de partidos como terceros, que se imponen. Y es así cómo comunidad, estado y gobierno expresarán en cumplimiento de bien individual y común el mensaje de Libertad, de Justicia y de Amor de ‘Clave 9’. A tal efecto léase mi ‘TESTIMONIO VI’, Cap. VII.
A mí como Profeta de ‘Clave 9’ me está dado simplemente anunciar estas cosas; no litigar con gobernantes o personas de la ‘antihistoria’. Y aunque sé que muchas mentes están cerradas a oír y comprender lo nuevo que trae la ‘Conciencia Cósmica’, mi misión es “no callar”. En más de una ocasión, personas que asisten a mis reuniones y que tienen el buen deseo de elevación, se resisten a ciertos enfoques (religiosos, esotéricos, políticos, etc.) que emito, y quisieran ahogar mi voz. Y es que las mentes están embriagadas de los ‘pares de opuestos’, de las ‘luchas de contrarios’ que amamantan a la ‘antihistoria’. Mentes que se apegan a uno de los platillos de la balanza y no aceptan contraparte. Sòlo en ellas está la “verdad”; lo demás es mentira, y hasta la disconformidad con sus ideas es considerado como enemigo a eliminar, sin más aceptación de reflexión, cordura y término medio. Mentes lejos del equilibrio que requiere la ‘Conciencia Cósmica’. Mentes que no levantarán vuelo mientras sus alas estén pegadas a la contradicción, haciéndose así irreconciliables con otras posturas del pensamiento humano. Se radicalizan. Cierran las puertas del diálogo y de la comprensión. Han sometido su libertad a una idea, a un interés, a una persona, a un grupo, a una doctrina… Mentes enredadas y que, como consecuencia, no pueden producir sino enredos. ¡Con qué facilidad se enajena una mente! Basta un dádiva, una promesa, un apego a una idea, una creencia o compensación ilusoria… Y deviene lo más grave, la capitalización que de estas mentes débiles, fáciles o soñadoras hacen otras mentes más sagaces, que convierten a aquéllas en instrumentos de sus intereses y hasta de sus perversiones. Esto en el campo político, religioso, doctrinas varias… es una realidad como que dos más dos son cuatro. Y algo insólito también: mentes materializadas, por más intelectuales y brillantes que parezcan y por más cuellos blancos con que se cubran, cómo enlodan la vida social. Esta clase de mentes son como sanguijuelas en los gobiernos. Se hacen paradigmas en las mentes de algunos gobernantes, cayendo éstos en oportunidades como en estado de embeleso o posesión; obran por influencia externa. Tales mentes viven del zarpazo. Su acecho es el halago y el servilismo. Y es así cómo logran penetrar en la mente de ciertos gobernantes, quienes en sus delirios de poder y grandeza ensanchan fácilmente su egolatría, y a veces hasta truncan sus buenos deseos. Una posesión ésta de energías negativas en cadena, cuyos eslabones, cuando se recalientan, suelen terminar en fracasos, no sólo para los gobernantes de turno, sino, sobre todo, para quienes ingenuamente, los más débiles y pobres, cifran una esperanza de vida mejor que nunca les llega.
Bueno es que aquellas personas que se preparan en el proceso ‘Clave 9’ vayan comunicando de sus avances a aquellos hermanos y hermanas que caminan por sendas de las diversas políticas y ocupan cargos gubernamentales, pues ‘Clave 9’ es para todos y cada unos de los terrícolas sin excepción, aún para los mismos gobernantes, por más que éstos no se percaten de las exigencias del momento. Los gobernantes también necesitan luz, y no dudamos de su buena fe para gobernar, aunque estén inmersos todavía en la ‘antihistoria’. Y la ‘antihistoria’ se rompe también desde adentro de los gobiernos cuando éstos se enmarcan en obras de Libertad, de Justicia y de Amor. En la actualidad, inicio del siglo XXI, hay gobiernos haciendo ensayos para mejorar la vida de sus pueblos, y esto contribuye a que se abran las puertas por lo menos a la antesala de la ‘NUEVA GENERACIÓN’ a que aludimos. Y aunque el cáncer de la ‘antihistoria’ pareciera imposible erradicarlo, revistámonos de ánimo y de coraje ante las dificultades a vencer. Preparémonos en ‘Conciencia Cósmica’ y comenzaremos a través de este nuevo lente a ver nuevas posibilidades y realizaciones de vida individual y social. Por ley de Arriba corresponde ahora un nuevo hito en la evolución del hombre, y la marca de los tiempos es la ‘Conciencia Cósmica’. Todos somos dignos de Libertad, de Justicia y de Amor. Y ya las etapas del primitivismo humano y de sus barbaries hay que echarlas al cesto como un mal recuerdo de ‘antihistoria’. También los gobernantes son dignos de hermosear sus vidas y de ser reconocidos en sus buenos deseos de bien común. Yo como Profeta de ‘Clave 9’ a nadie juzgo; a todos los invito a que se ejerciten en Libertad, en Justicia y en Amor. Una ‘NUEVA GENERACIÓN’ de hombres más libres, más justos y más amorosos clama por nacer. Bien decía Jesús que “hay que nacer de nuevo para entrar en el reino de los cielos”. Y el reino de los cielos está a nuestro alcance y a nuestro goce. ‘Clave 9’ lo anuncia. Sólo falta que ideemos, planifiquemos, instrumentemos y realicemos ese nuevo Estado de Libertad, de Justicia y de Amor, y cuanto antes mejor. Estado que, igual que el reino de los cielos, “no viene ostensiblemente”, por arte de magia; lo tenemos que construir nosotros mismos, y capaces somos.

TÚ VALES Y MERECES MUCHO MÁS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
-Manuel, Profeta de ‘Clave 9’-

EL MILAGRO ESTÁ EN NOSOTROS

La gente espera milagros. Pero el milagro no es de necesidad, lo hace Dios a quien quiere para que se manifieste en ese hecho su gloria. Para eso el hombre posee el don de ciencia, para que escudriñe en los antros de la naturaleza y descubra el portento de realizar él mismo su propio milagro. Un hallazgo, aunque sea simple, para aliviar un dolor, ya es de por sí un milagro en las manos del hombre; cuánto más si con tal o cual remedio se cura una enfermedad o se salva una vida. Y si a este don se añade la fe del paciente, mucho más rápido se opera el milagro. Además, la fe del ejecutante (médico, por ejemplo) en la aplicación de la medicina, también es influyente. La fe es algo que exigía Jesús, y no en vano, porque la fe es como la puerta que da acceso al milagro (“tu fe te ha salvado”). La fe es como un pronto que sale de nosotros mismos y abre canal; y el milagro se da.
La gente espera milagros, pero más que milagros recibe dolor, plagas, enfermedades, guerras, muerte… Y es que el hombre usa mal los recursos científicos y tecnológicos. Recursos que los pone en función de la comodidad y del lucro que propician “la cultura de la muerte”. Extraer un elemento mortífero de una sustancia “x” puede ser en sí mismo un acto científico, y como tal no es malo. Malo es cuando ese elemento se aplica con fines no positivos para la vida del hombre: para su bienestar social y para su salud. Pero el hombre, atraído por lo inmediato (comodidad y/o lucro) lo lleva a efectos nocivos hasta para el medio ambiente. Y éste, como ya está sucediendo, se le revierte en amenazas, que pueda un día ser tarde par contrarrestarlas. Ya el preaviso ha llegado a la vista y a los oídos del hombre, quizás no todavía a su conciencia. Pero ya la amenaza está dando su alerta.
Mas la ciencia del hombre no sólo descubre los elementos naturales. La ciencia del hombre penetra también la historia humana, y conoce de sus etapas, de sus aciertos y desaciertos. Por su puesto que no bastan las buenas intenciones de los que suben al poder de las naciones. La ciencia política debería estar más cerca de los conductores de pueblos; y no lo está. Y pareciera como que los políticos, al tocar el poder, se olvidaran de lo humano. Y mejorar las condiciones de lo humano debería ser la tarea primordial de ellos. Pero no. Se entronizan en el poder y muerden una y mil veces, si fuere necesario, la manzana de la discordia, y no quieren dar paso al mundo mejor al que todos tenemos derecho de vivir. Los políticos, una vez que le toman gusto al poder, salen inmediatamente de la órbita racional, y si a algo se vuelcan con desmedido afán es al disfrute del poder. Y en el disfrute del poder están las concomitantes del enriquecimiento, el abuso de poder, el silenciar la voz de protesta con métodos que en nada desdicen de los otrora usados por la barbarie, etc. Y vemos el flagelo de la droga patrocinado por el poder de las armas en muchos casos. Y como un fantasma de los nuevos tiempos se ponen las políticas al servicio de un terrorismo impío. La vida se pone en función de la muerte. Las mentes más poderosas se apoderan de las más débiles para utilizarlas como suicidas. Una lucha del hombre contra el hombre y nada más. Del más fuerte contra el más desvalido, sea esto en el terreno político, de las armas, de lo económico… Y hasta la bandera de la fe religiosa es utilizada para el fratricidio. Dios es una idea de conveniencia y nada más en los manipuladores de conciencias. De manera que estamos aún muy lejos del día esperado. Y un dilatar más ese día puede dar al traste de lo inevitable.
Para que el hombre tome esa conciencia superior que exigen los mismos tiempos, es el Mensaje ‘Clave 9’: Libertad, Justicia y Amor, como bases de esa nueva conciencia, que denominamos ‘conciencia cósmica’ (“algo más de lo que estamos acostumbrados a ver, a oír, a conocer, a creer…”, según Faber Kaiser). Y los que tenemos en misión propulsar esta ‘toma de conciencia’ no nos parcializamos con las ideas imperantes en el mundo de las naciones, ni atentamos contra quienes las sustenten; simplemente alertamos e invitamos, pues ya es hora de que el hombre eleve su mente hacia nuevos estadios del devenir y del ser. Allá con el “crujir de dientes” de los que desde arriba o desde abajo utilicen la violencia, que es “el arma de los sin razón”. El hombre viene dado para superar etapas. Bien decía el Apóstol Pablo que por la “elevación de vuestra mente podéis conocer cuán buena, grata y perfecta es la voluntad de Dios”. Descubrir esta ‘voluntad divina’ tiene que ser ahora la tarea primordial de científicos, políticos, y hombres en general. Tal voluntad está manifiesta en nosotros mismos. Sólo falta dar el primer paso a ese estremecimiento que de por sí trae la ‘conciencia cósmica’. Y, entonces, lo que ahora aparenta ser una pesadilla para la humanidad, será un nuevo despertar histórico que nos aportará paz y bienestar. Y, entonces también, las palabras del Cristo tendrán cumplimiento: “El reino de los cielos está dentro de vosotros”. Por cierto que en cuanto a salvación, sea de este mundo o del otro, dice el ‘Concilio Vaticano II’: “Es el hombre concreto, de alma y cuerpo, lo que hay que salvar”. Y la salvación está en nosotros mismos.

TÚ VALES Y MERECES MUCHO MÁS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!
Manuel, Profeta de ‘Clave 9’.

BUSCANDO AL HOMBRE NUEVO

El hombre nuevo tiene que nacer del viejo. En la matriz cósmica de la humanidad viene inserto el nuevo hombre como en el grano de maíz lo está la mazorca con sus nuevos granos. Y así como el grano de maíz está sometido a la siembra y al tiempo que le exige su proceso germinativo y de cosecha /”tiempo para todo”, dice la Biblia/, de igual modo tenemos que ir implantando al nuevo hombre en el seno de la sociedad, que es la matriz donde se anida y desarrolla el hombre como individuo.
La génesis social del hombre, una vez que éste aparece como morador de la Tierra, se genera como en gradaciones evolutivas. Quizás, primero, como una especie acuática en mancomunidad, como todas las demás especies, en sus primeros estratos. Luego, como salido de las aguas y en tierra firme, se desliza por el lodo existencial y adaptándose a nuevas condiciones. Condiciones que lo iban moldeando hasta hacerse arborícola y posteriormente sagaz depredador, y así hasta determinarse como ‘homo erectus’ y convertirse en experto cazador. Y hacerse sedentario. Y llegar hasta nuestros días a través de una historia de conflictos, más impulsiva y afectiva (de intereses) que racional (por más que haya removido dentro de sí el universo de las ideas, de las razones, de los derechos, de los deberes…). Ha predominado en su actitud la fuerza voraz que arrostra en su misma naturaleza, como hijo del sol y de las estrellas y del magma originario (cuando ni en molécula ni átomo era una entidad propia como lo es hoy). Era tan sólo elemento del volcán primigenio en erupción evolutiva para la vida. Ahora es hombre pensante y responsable de sus actos. Sabe lo que es bueno y lo que es malo. Y si en esto hay todavía dudas, al menos escoge lo que, según su estadio educativo y su ámbito cultural, le conviene. Pero, lamentándolo mucho, aún no se ha abierto su abanico mental al nivel que ya exigen las circunstancias del siglo XXI. El interés por lo material es como una densa capa que, en sus delirios (del hombre) de grandeza, o en su inconciencia del momento, lo absorbe y desquicia. La historia (‘antihistoria’: historia irracional e inconciente) lo acusa de sus desvaríos. Y no hay paso atrás que recuperar. El devenir es la meta de las realizaciones. Las torpezas del ayer sólo tomarlas como referencia para algo mejor. La conquista de la materia lo ha soterrado cual ambicioso buscador de oro atrapado en la búsqueda de éste. Ya el hombre del siglo XXI siente la asfixia de su desacertada trayectoria: guerras tras guerras; pan amasado no “con el sudor de tu rostro”, sino con charcos de sangre. En cada época histórica (antigüedad, edad media, edad moderna, actualidad) los mismos matices predominantes, y quizás ahora con más intensidad y acuciosidad que antes (guerras infernales, terrorismo, comercio de armas, flagelo de drogas, opulencia de pocos y miseria en demasía, crímenes legalizados como horca, paredón, silla eléctrica, etc., discriminaciones clasistas, políticas de dominación y adoctrinamientos de sumisión…; barbarie sofisticada, al fin). El hombre de las cavernas era tosco, porque la naturaleza que lo envolvía era dura y no había (el hombre) hallado instrumentos para salir de ellas ( el fuego, la noria, el pastoreo, el arado, el uso de los metales…). Pero el hombre de hoy se enconcha, que es peor, cual tortuga, y se mete en la arena del egoísmo despiadado, en la prepotencia y en el abuso de los fuertes sobre los débiles; en la fascinante y lucrativa ‘propiedad’ capitalista o de Estado. Alojamiento no de supervivencia de la especie, sino de la desigualdad y de la injusticia más aberrantes. Unos humanos gozan como dioses privilegiados de los beneficios de la ciencia, de la tecnología y del trabajo de los humildes; otros, los que pareciera tener que pagar ‘karma’ ante esos dioses, no tienen espacio ni para cobijarse (cordones de miseria que bordean a opulentas ciudades), sin techo y en desventura por su marginalidad. Las orgías de unos frente al sórdido grito de los desvalidos.
¿Hasta cuándo el rico y el pobre del hombre viejo?
Hablando Jesús del reino de los cielos nos dio como una respuesta a este ‘hasta cuándo’: "El reino de los cielos está dentro de vosotros. Mas no viene ostensiblemente, ni de lejos”. Y el ‘reino de los cielos’ que no hemos sido capaces de asimilar en veintiún siglos, ya late en las entrañas del hombre viejo y pugna por nacer. Si un parto normal ha necesitado de nueve meses para el engendro y desarrollo de la criatura, para este parto gigantesco de la especie harán falta años y más años, aunque no tantos siglos. Y no tantos siglos, porque, según el Mensaje ‘Clave 9’, nuestros Hermanos Mayores, Maestros del Universo, Peregrinos del Universo, están preparando la sala de parto para que todo salga conforme a la palabra divina (comercializada por unos; fanatizadas por otros): "Todos me conocerán”. Es decir, se habrá elevado el hombre mentalmente; habrá nacido el hombre nuevo con una conciencia superior: ‘Conciencia Cósmica’. Conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia.
En lo político, económico y social nacerán nuevas ideas precursoras del hombre nuevo. Y nuevas voluntades las pondrán en ejecución. Mas la tarea, siendo de todos, debe comenzar por los que ya sienten esta inquietud por el hombre nuevo. En unos, esta inquietud puede estar dormida; en otros, aunque en pocos, como que apunta hacia un nuevo ideal de vida. Pero ya esto no lo detiene nadie. Un cierre de época está apresurando la necesidad de prestar atención a ese parto cósmico del hombre nuevo. Y si a definición de cómo será ese parto, el Mensaje ‘Clave 9’, en su Principios Fundamentales o ‘PALABRA DE MANUEL’, es muy puntual: "Las naciones todas de los terrícolas izan banderas de desconcierto… estorban las fronteras”. Y entre las fronteras que estorban predomina el sexo. El sexo como industria de jugosas ganancias y como aberración. El sexo como ignorancia. El sexo como moralismo e hipocresía. Y algo ni siquiera del hombre anterior al de las cavernas: el sexo de un liberalismo desmedido que pone en peligro a la misma especie. Y el sexo en el laboratorio. Y el sexo, no olvidemos, trae su propia química. Si el hombre viejo desproporciona este equilibrio, algo más funesto que el sida podría sobrevenir a la especie.
Preparémonos en ‘Conciencia Cósmica’ para recibir a plenitud el advenimiento del hombre nuevo. Hagamos una mirada retrospectiva hasta llegar al hombre de sexo meramente biológico, al hombre animal. En él, aunque hay fiereza, hay inocencia. El sexo era impulso natural que necesitaba satisfacción. Y en esta satisfacción devenía la reproducción inconciente de la especie. Pero no olvidemos. Era el hombre ‘animal’ en este proceder. Y por eso lo encontramos desnudo (Adán y Eva) en el paraíso: "Ambos estaban desnudos sin avergonzarse de ello”. Y siguiendo al hombre animal, tenemos al hombre moral y religioso, que conceptúa restringidamente al sexo. Y un pasó hasta nuestros días, el liberalismo irracional que ha desenfrenado las pasiones sexuales y se está tomando al sexo como un conejillo de indias en el laboratorio…
El hombre nuevo, menos biológico, más racional y conciente, y más libre y menos liberal (de menos libertinaje y más comedido en sus apreciaciones y actuaciones) trae aparejada la dignificación del sexo en el cuido de su especie. Y decimos más libre y menos liberal, porque la libertad en el nuevo hombre estará en función siempre de justicia y de amor, mientras que el liberalismo del hombre viejo deja mucho que desear con sus aberraciones y abominaciones sexuales, siendo el sexo el conducto natural para perpetuarse la especie, y de por sí requiere de que le demos una valoración más justa. Los animales y las plantas nos cantan día y noche al son de los arpegios del sexo, mientras que el hombre con su llamado liberalismo lo ha pervertido.
Son muchas las circunstancias internas y externas por las que tiene que atravesar todavía la nueva criatura, que no es otra cosa sino: hombre más libre, más justo y más amoroso. Es el mismo hombre crístico. Un hombre más hombre y menos homínido; más racional y conciente, y menos irracional y agresivo en su conducta. Y las circunstancias que han de propiciar el nacimiento del hombre nuevo con nuevos usos, costumbres, valores y concepciones del pasado que no encuadran en el mundo actual, que es el punto de convergencia de todo lo anterior para dar paso a la nueva criatura. Los estamentos del matrimonio se derrumban. La moral religiosa con sus matices de espiritualidad y de control de la sexualidad está desapareciendo. La fe es cambiante: hoy está el hombre o la mujer en una iglesia y mañana se cambia a otra con la excusa de que la nueva sí le llena y la otra le dejaba vacío. Y es que la influencia del liberalismo y del materialismo se ha apoderado hasta del sentimiento religioso. Toda la energía se la lleva el rito, generalmente alienante, que cuanto más extravagante sea, mayores son sus efectos de hechizo. Las almas quedan atrapadas en su liberalidad, pero sin ser libres. Y no dejemos de lado ‘el pansensualismo (con sus aberraciones de sexo) entronizado en la “liberación sexual”. No me es dado calificar al sexo de bueno o de malo, pues que para ‘Clave 9’ y para mí en particular: "El sexo ni es bueno, ni malo. El sexo es fuerza generadora de la armonía en ‘EL PODER’“. “Me siento bien así”, se dice. En otras palabras: ‘hago lo que me da en gana’; ‘en mi vida mando yo’.
Asimismo los adelantos científicos y tecnológicos en todas las áreas del pensamiento, muy en particular la genética con su laboratorio de reproducción humana, y las migraciones modernas, están rompiendo con los moldes legales y de costumbres de los pueblos. El cambio en todos los órdenes es abrupto; hasta en la naturaleza. Según ‘Clave 9’ “desaparecerán las fronteras” (y ya se están abriendo y resquebrajando), por más que se intenten construir muros de contención a las migraciones. Un nuevo éxodo de mezcla de pueblos y razas se está escribiendo. Incontenible. Y “el nuevo orden, político, económico y social” que profetiza el Mensaje ‘Clave 9’ comienza a hacerse realidad, por más dura que ésta nos parezca. Pero el nuevo ‘libro del éxodo’ ya ha comenzado a escribirse. Y el hombre llegará como verdaderamente nuevo a su patria prometida: “Cielos nuevos y tierra nueva donde tenga morada la justicia”. Una justicia en relación de términos: Justicia, en tanto que se corresponda con Libertad y con Amor. Porque para este entonces la ‘Conciencia Cósmica’ habrá elevado al hombre del estado vibratorio tan bajo en que se halla todavía. Y el Planeta será de todos y de cada uno de sus moradores, no de unos particulares (individuos o grupos). Y el que nazca en él vendrá en condiciones humanas más dignas. “El lobo y el cordero pacerán juntos”. “No trabajarán ni fabricarán unos para otros”. El nuevo ideal de vida será del hombre por el hombre y para el hombre; no como ahora que se predican máximas de igualdad y se practica la desigualdad. Esto porque las riendas de las naciones están en manos del poder por el poder (y tal es la condición vibratoria del hombre que no permite otra cosa, sino: unos arriba; otros abajo).
Por ‘PALABRA DE MANUEL’:”…entre las muchas cosas que han de preceder a la NUEVA GENERACIÓN /al hombre nuevo/ está el control racional de la especie humana, que no la forma irracional y primitiva que todavía utiliza en su reproducción”. Esto conlleva también a que “Los conceptos de moral y de reputación han de ser sustituidos por el de ‘Conciencia Cósmica’: Libertad, Justicia y Amor”. Y si por racionalidad el hombre no logra este propósito implícito en el gen de la especie, nada de extraño tiene que la Madre y Sabia Naturaleza nos dé una dolorosa palmadita y tengamos que ocultar nuestras mal llamadas ‘vergüenzas’ no con “hojas de higuera”, sino con arrepentimientos sin remisión.
Mientras tanto, yo, Manuel, Profeta de ‘Clave 9’, invito a descubrir a ese hombre nuevo y a que le empecemos a dar albergue en el seno de nuestra sociedad con leyes más libres, más justas y más amorosas como todos y cada uno nos merecemos.
TÚ VALES Y MERECES MUCHO MÁS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!

ESTADO PREVIO - UN NUEVO SOL



El Mensaje ‘Clave 9’ nos pide “pies en tierra”, y de todo su contexto se infiere además que ello sea con la mente en lo trascendental y el corazón en la humanidad. En una conjugación del ser humano en su totalidad: no sólo como ente físico, sino también como ser espiritual. Por supuesto que procurando el antiguo principio de “mente sana en cuerpo sano”. Y la mente no es el todo humano. La mente es el tablero de comando de nuestra nave física para atravesar de la mejor manera esta dimensión sensible. Si mente y físico están equilibrados, el piloto, la esencia humana, el espíritu, haciendo buen uso de su libre albedrío, podrá enrumbar la nave toda por sendas de realización positiva en esta vida y con garantías de lograr la meta final de nuestro ser: volver a la casa del Padre por motu propio, libre y con destellos de gloria; fin para el cual hemos sido creados los humanos. En tal sentido, “dando al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”, es que el ‘ESTADO PREVIO’ debe conducir los destinos del hombre. Todavía quizás estemos muy lejos de ese día de confluencias, aunque confío más en un imprevisto de carácter social o natural para que salga ese nuevo sol. Por ahora nada más que ver las noticias internacionales para hacernos una idea de cuán loco y convulsionado está este mundo. Se justificaría más la barbarie del hombre primitivo que las calamidades, pestes y mortandades (y cada cual añada lo que ve y vive a diario, con sus respectivas denominaciones) que ha generado el hombre de este llamado siglo XXI, plasmado de universidades, de centros educativos, de tanta, dícese: cultura y civilización. Bajo el punto de vista de ‘Clave 9’ a nadie culpo; a nadie exonero. A todos, sin embargo invito a la toma de un nuevo tipo de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. Ya las conciencias del pasado que nos han arrastrado hasta el día de hoy han cumplido su función como eslabones de la cadena evolutiva de los pueblos. Si bien no todo ha sido tan negativo como para matarnos la esperanza de mundo mejor, sí se ha despertado en el devenir de nuestro ser una nueva conciencia, la ‘Conciencia Cósmica’, que ha de cumplir en la escala evolutiva individual y social una función más elevada que las conciencias anteriores. Compárense, simplemente y a grandes rasgos, las diferentes conciencias de lo pasado, incrustadas en parte hasta lo presente (hombre de las cavernas, hombres de la antigüedad , hombre del medioevo, hombre moderno, hombre actual). Sin duda que hallaremos diferencias específicas. Pero lo significativo para nosotros del siglo XXI debe ser que aún esas conciencias, sobre todo la de barbarie, se impone como sistema. En unos pueblos disfrazada de monarquía; en otros, de democracia; En otros, de absolutismo. El denominador común es el mismo: las élites de arriba subyugando a los más humildes o menos favorecidos. Y lo más grave, si comparamos, es que los hombres primitivos no tenían estructurada un filosofía de Estado como poco a poco se han venido ideando e instituyendo como sistemas de gobierno. Mas aunque las intenciones de unos y de otros obedezcan a la conciencia del momento histórico, no por ello debemos paralizar la máquina del tiempo; mucho menos la de nuestro ser. Estamos en otra época. Como seres en evolución no nos está permitido anclarnos a un pasado por muy bueno que aparente ser. El devenir es nuestro. En nuestro ser hay gradación de lo menos a los más, hasta “Sed perfectos como el Padre celestial es perfecto” y “Renovaos en vuestra mente, para que comprendáis cuán buena grata y perfecta es la voluntad de Dios”. Esto es, para salir de este estadio de guerras, drogadicción, perversiones a granel, individualismos aberrantes…, cuales callejón sin salida, se hace necesario recurrir a otra esfera de nuestro ser, de nuestro pensamiento y de nuestro sentimiento representada en la ‘Conciencia Cósmica’, que es conciencia de unidad, de universalidad y de trascendencia, y que nos corresponde ahora asumir, repito, en la escala de nuestro ser. Cosa compleja para su formación, hasta el punto de que Faber Kaiser lo dijera con estas palabras:”La toma de la conciencia cósmica del hombre es un proceso lento y dificultoso”. La experiencia de 28 años trabajando sobre este aspecto, así me lo demuestra. Y si yo tuviera que añadir algo a lo de Faber Kaiser, diría: ’Quizás muy lento y muy difícil todavía ante los desbordados intereses individualistas y grupales, y materialismo, del hombre del siglo XXI. Hombre que, en desafío de sus pretensiones egoístas, continúa matando a su hermano y ofendiendo al Creador, e hiere a la madre naturaleza. Mas el hombre se olvida de que las leyes de ésta son inexorables en su cumplimiento. Y si las sigue desafiando, pueda ser, y ya se aprecian atisbos ambientales, que más temprano que tarde esas leyes se descarguen sobre nuestro Planeta y consecuentemente no escaparíamos a los efectos devastadores de la hecatombe, que puede estar unida a otra no menos flagrante propiciada por el mismo hombre. Por este hombre que, olvidándose de su esencia espiritual y de su verdadero destino, y afincado en su prepotencia y poderío, está propiciando como una nueva caída semejante a la expulsión que ya tuvo del paraíso en sus albores como humano. Sería como repetir tan lamentable “cuento”. Lo triste es que un cuento sobre otro cuento son dos cuentos. ¡Y qué cuentos! Como para nunca jamás levantar cabeza. Y si se considera cuento ‘la caída del hombre’ registrada en todos los pueblos del mundo, para nosotros en la Biblia, yo no quisiera ser un personaje de ese lamentable cuento que ya estamos prestos a protagonizar (o hecatombe de naturaleza o guerra infernal).
Ya es hora de despertar en un nueva toma de conciencia, ‘Conciencia Cósmica’. De Arriba nos ponen en alerta. El Mensaje ‘Clave 9’ es uno de esos alertas. Hay que empezar a elevar las mentes y ennoblecer nuestros corazones. No más impiedad de los de arriba sobre los de abajo. Y la impiedad es producto del bienestar de unos pocos constituidos en imperio, con sus capataces y su soldadesca, lacayos al fin de la maldad institucionalizada. La ambición embota sus sentimientos, ofusca su razón y aviva las fuerzas de la represión sobre los más débiles e indefensos. Se olvidan no sólo de que los demás son seres humanos con los mismos derechos que ellos en cuanto especie. Y creen taparse el rostro con el disfraz de la mentira para que la muerte no los agarre en la mentira. Mas la muerte, como lo inevitable e inexorable los acecha con certera guadaña. Y algo peor: El juicio divino. Y en el banquillo de este juicio nadie podrá excusarse. Allí no vale ‘el yo no fui’. Allá no entra espíritu impuro. Allá hay que purgar, hay que pagar hasta “el último ochavo”. Y repito mi concepto de otras veces: Así como en el mundo de los normales en esta vida es altamente visible, y sufre, el que traiga taras genéticas o malformaciones física o psíquicas, de igual modo allá estará en evidencia su impureza. Y las penas de allá no se pueden comparar a las de acá. Las de acá son temporales. Las de allá son más dolorosas, y eternas, en comparación a las de acá. Y acá todos por igual tenemos una mente y una conciencia que nos acusa de lo que es bueno y de lo que es malo; de lo que nos conviene y lo que nos perjudica. ¿Por qué los malhechores, cuando se ve perseguidos por una fuerza superior a la de ellos, huyen? Mientras todo les va bien y bonito, como si no pasara nada a su alrededor. Pero cuando la espina punza su sensibilidad humana, la situación cambia.
El ahora puede convertirse en un después mejor o peor. No cabe la indiferencia, pues que ésta ya de por sí es negativa. Y los semejantes, positivos o negativos se atraen entre sé, y los tenemos delante de los ojos. Así que “el que tenga ojos que vea”. Los ya conscientes de esto no deben dar paso atrás. Yo me incluyo. Tenemos que dar pasos adelante. Y “no callar verdad, ni decir mentira”. “La verdad os hará libres”. Y en la Biblia, por ejemplo, hay uno de esos abecedarios para aprender el lenguaje de la ‘verdad’, de eso que Pilatos cuestionó desde las alturas del poder terreno, pero que el Cristo le replicó:”No tendrías poder, si no te hubiese sido dado de arriba”. Y arriba’, para unos pueda ser Dios; para otros, el pueblo. Pero ese arriba existe. Y el ‘arriba’ es el que da el poder. Y el gobernante debe ser consecuente con el poder que se le ha depositado. Si es Dios el que otorga el poder, éste debe ejercerse para bien de todos los hijos de Dios (el hombre). Si es el pueblo, para obtener beneficios cónsonos a su dignidad. Así lo dice la razón más elemental. De manera que gobernantes y gobernados han de ir buscando fórmulas de avenimiento para un mundo mejor. Todos estamos obligados de igual modo a ello, para eliminar abismos, para que no haya opresores y oprimidos, para que no haya ricos y pobres, para que el que venga a este mundo sea recibido por los iguales de su especie y pueda desarrollarse como ser humano. Al respecto ‘Clave 9’, en manifestación del Plan Superior, pues que no estamos solos, y nos vigilan seres muy superiores a nosotros, nos brinda el Mensaje de Libertad, de Justicia y de Amor en un ‘EN – PARA’. O sea: En Libertad, para la Libertad; en Justicia, para la Justicia; y en Amor , para el Amor. Un trípode (Libertad, Justicia y Amor) que, al ejercitarnos en él, nos deviene en una nueva conciencia: ’Conciencia Cósmica’. Y esta conciencia será el nuevo sol que alumbrará a la humanidad en un mundo realmente mejor, pues que en la ‘Conciencia Cósmica’ desaparecen los contrarios, no como simples opuestos, sino como enemigos. Los opuestos, como lo somos unos respecto al otro, no son malos los. Esto es, el hecho de que seamos diferentes no quiere decir que seamos enemigos, pues que por las diferencias se puede llegar mediante la razón, la libertad y la voluntad a las coincidencias. Por supuesto que en nuestro ser hay capacidad para ello. Y lo primero es ir tomando esa ‘Conciencia Cósmica’ e irla llevando a planos de acción positiva. Todo a favor de todos y nada en contra de nadie. Lo segundo sería idear, planificar, instrumentar y realizar el cómo vamos a construir ese mundo mejor. Mundo mejor que debe ser el reflejo de un ‘ideal de vida’. Un ideal de Libertad, de Justicia y de Amor. De que tenemos esa capacidad, la tenemos. Y de que si no acometemos esta empresa tan necesaria para la humanidad entera, hasta lamentaciones serán estériles. Alguien desde la esfera del poder irá abriendo horizontes; otros lo imitarán y asimilarán. Y el sistema educativo de por medio como un instrumento indispensable. Por ende que el Estado debe ser fuerte; no para reprimir, sino para mantener la armonía social. Y un Estado es fuerte cuando se instituye no por la fuerza (violencia), ni por la mentira, sino con el consentimiento deliberado y participativo de todos y cada uno de los ciudadanos. En este ‘ESTADO PREVIO’ , previo a la ‘NUEVA GENERACIÓN’ QUE ANUNCIA EL Mensaje ‘Clave 9’, el hombre aprenderá a reconciliarse con su semejante y con su Creador. Y escrito está:”Todos me conocerán…”. El concepto de hombre no tiene por qué estar reñido con el de Creador, Dios. Y por la ‘Conciencia Cósmica’ se logra perfectamente esta idea de grandeza y de verdadera salvación. Y no es que vamos a ser ángeles, sino humanos más libres, más justos y más amorosos. Y lo de Arriba derramará sus bendiciones sobre lo de abajo. Y habrá ‘Dios y hombre; hombre y Dios’.
TÚ VALES Y MERECES MUCHO MAS
¡PIES EN TIERRA!
¡LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR!